Dos años de acogida a las personas refugiadas de Afganistán que escaparon del regreso de los talibanes

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Desde agosto de 2021, cuando se produjo la primera acogida a personas refugiadas procedentes de Afganistán en el marco de la Operación Antígona tras la toma de control del país por parte de los talibanes, en Accem hemos atendido a un total de 859 personas de nacionalidad afgana, de las que 398 son mujeres. De ellas, 117 llegaron solas, sin la compañía de ningún familiar.

La Operación Antígona es el nombre del dispositivo que puso en marcha el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones del Gobierno de España para organizar la acogida en España de las personas evacuadas desde Afganistán al encontrarse en riesgo por haber colaborado en los últimos años con las fuerzas internacionales presentes en el país asiático hasta el regreso al poder de los talibanes. Asimismo, y de manera paralela a los operativos especiales que se pusieron en marcha para su evacuación, se ha ido facilitando el traslado a España de antiguos colaboradores/as y otras personas en situación de riesgo que han podido llegar por sus propios medios a países vecinos y que han solicitado en la embajada española su traslado a nuestro país con la intención de solicitar protección internacional. Esto se ha llevado a cabo al amparo de la Ley 12/2009 de 30 de octubre reguladora del asilo en España. A fecha de agosto de 2022, con información hecha pública entonces, el Gobierno español había evacuado a un total de 3.900 afganos y afganas.

Facilitar el traslado a España desde las sedes diplomáticas en el exterior para poder tramitar la solicitud de protección internacional es una de las vías legales y seguras que las organizaciones sociales, entre ellas Accem, reclaman con insistencia para reducir el sufrimiento de las largas y penosas rutas migratorias hacia los países de destino, llenas de riesgos para la vida y la integridad de las personas.

El acceso a esta vía es generalmente lento, por la lista de espera existente y los trámites necesarios para activarla, pero una vez en España, las personas afganas acceden al procedimiento de protección internacional de manera ágil y sus solicitudes se estudian y resuelven con relativa celeridad. En 2022 se registraron 1.581 solicitudes de protección internacional de personas afganas y la tasa de reconocimiento se situó en un 98,7 %. También atendemos a personas que han conseguido acceder a España por otras vías: por sus propios medios o con el apoyo de otras organizaciones.

Es de reseñar cómo desde el pasado mes de marzo, un total de 160 personas (90 mujeres y 70 hombres) de origen afgano han sido acogidas en el CREADE (Centro de Recepción, Atención y Derivación) de Pozuelo de Alarcón, en la Comunidad de Madrid, gestionado por Accem y puesto en marcha un año antes para dar respuesta a la llegada de las miles de personas refugiadas de la guerra en Ucrania. Así, el primer grupo acogido en el CREADE de personas no procedentes de la guerra en Ucrania estuvo conformado por cinco mujeres afganas que habían sobrevivido a un atentado en el país. Posteriormente, a partir del 23 de abril han sido acogidas en el CREADE un total de 152 personas aterrizadas en España procedentes de Islamabad (Pakistán).

Las personas procedentes de Afganistán atendidas por Accem

Actualmente, a término del primer semestre de 2023, estamos acompañando en su proceso de inclusión social a un total de 297 personas de origen afgano, de las que 150 son mujeres. En estos casi dos años, desde Accem hemos atendido a un total de 859 personas procedentes de Afganistán. Un primer dato nos muestra que la distribución por sexos se encuentra relativamente equilibrada, con un 54 % de hombres y un 46 % de mujeres.

Personas de origen afgano atendidas por Accem (2021-2023). Por sexos

El tramo de edad mayoritario es el comprendido entre los 18 y 34 años de edad, que aglutina al 43,5 % de las personas a las que hemos atendido. Es de destacar la presencia de un 33 % de menores de 18 años, lo que apunta a un exilio familiar en el que el progenitor/a o progenitores se trasladan junto a sus hijos.

Personas de origen afgano atendidas por Accem (2021-2023). Por edades

En nuestra intervención hemos detectado la presencia de, al menos, 138 personas procedentes de Afganistán que cuentan con estudios superiores, que suponen el 16 % del total de personas atendidas. En cuanto a la situación administrativa de las personas a las que hemos acompañado, en el 50 % de los casos eran solicitantes de protección internacional y/o protección temporal; un total de 232 personas eran beneficiarias del estatuto de refugiado y otras 44 de la protección subsidiaria.

En coherencia con nuestro modelo territorial de intervención, hemos dado apoyo a personas afganas en 12 comunidades autónomas diferentes, si bien es cierto que en este caso, las personas atendidas se han concentrado de manera muy significativa en Madrid, con 619 personas atendidas. A continuación se sitúa Castilla-La Mancha, con 109 personas atendidas.

Personas refugiadas afganas atendidas por Accem (2021-2023). Por CC.AA.

 

Nuestro trabajo de acogida e inclusión: un camino no exento de dificultades

En estos dos años, las principales actuaciones que nos han demandado las personas procedentes de Afganistán a las que hemos atendido han sido: asistencia jurídica, en un 49 % de los casos; aprendizaje del idioma, en el 37 %; atención psicológica, por parte del 32 % de las personas atendidas; y orientación y apoyo para la inserción laboral, en un 17 % de los casos.

La asistencia jurídica se requiere especialmente para facilitar el acceso a la protección internacional y para la regularización de la situación jurídica en el país de acogida; el aprendizaje del idioma, como elemento esencial para avanzar en los procesos de inclusión social; la asistencia psicológica, para apoyar el proceso de recuperación personal después de experiencias frecuentemente traumáticas y atravesadas por distintos duelos; y el empleo, como pieza fundamental para culminar los procesos de inserción y conquista de la autonomía. Estas actuaciones conforman un mapa global de nuestra intervención, que atiende de manera integral e individualizada a las distintas necesidades de las personas, orientada siempre y desde el primer momento hacia la inclusión social.

Atenciones desplegadas por Accem para atender a las personas afganas (2021-2023)

 

Sin embargo, nos parece que es también interesante hacer visibles las dificultades que aparecen en los procesos de inclusión social de las personas refugiadas en España. En el caso de las personas que han conseguido escapar del Afganistán de los talibanes, hemos observado especialmente el peso que supone la falta de una red de apoyo de otras familias afganas en el municipio de acogida. La falta de una comunidad afgana amplia y consolidada en España ha llevado a que algunas familias hayan preferido buscar alternativas en otros países del entorno europeo. La barrera del idioma constituye un segundo obstáculo de importancia. En este caso, se ha producido un gran desequilibrio entre las personas que manejan el idioma, por haber trabajado en el pasado con españoles/as desplazados/as en Afganistán, y las que no contaban con esta herramienta tan crucial para los procesos de inclusión. Estos desajustes se producen en el seno de las mismas familias, repercutiendo además de forma muy directa en las posibilidades de acceder a un empleo.

A nivel psicológico, nos hemos encontrado con frecuencia a personas con un deteriorado estado anímico y psicológico. Algunas de estas personas han sufrido problemas de sueño y/o estrés postraumático. En este sentido, cabe señalar cómo el desplazamiento forzoso y no organizado de estas personas ha provocado un grave desajuste de sus planes y expectativas futuras, además del trauma emocional que conlleva abandonar de manera inmediata y arriesgada el país de origen, dejando atrás a sus familiares y vidas anteriores. Las dificultades y la lentitud de los procesos de reagrupación familiar también conllevan un importante coste emocional, con la preocupación de contar con familiares cercanos en el país de origen o países limítrofes, a menudo atravesando situaciones de gran vulnerabilidad.

En los procesos de inserción han aparecido dos barreras que son muy habituales en los procesos de inclusión de las personas a las que atendemos en el ámbito de la protección internacional: la búsqueda de una vivienda y el acceso a un empleo. En el caso de la vivienda, nos enfrentamos a situaciones de escasa oferta, precios elevadísimos, así como a propietarios que exigen unas condiciones inasumibles para arrendar una vivienda, junto a situaciones de discriminación. Todos estos factores hacen difícil dar el salto del centro de acogida a una vivienda de alquiler. Con respecto al empleo, al contexto de un mercado laboral de gran competitividad y altos niveles de desempleo, se unen factores como la falta de dominio del idioma, el nivel de formación o las dificultades para la homologación de títulos.

Las mujeres se enfrentan a barreras añadidas en los procesos de inclusión

En clave de género, la distribución de roles en el ámbito de la pareja ha llevado a que en líneas generales los procesos de inclusión social de las mujeres hayan llevado un ritmo más lento. Las mujeres, por su rol como principales cuidadoras de las niñas, niños y adultos dependientes, enfrentan mayores dificultades para seguir un itinerario de preparación para la autonomía por no disponer, por ejemplo, del tiempo necesario para asistir a clases de castellano, lo que complica enormemente los siguientes pasos y, en definitiva, el acceso a un empleo y a la autonomía. En ocasiones, directamente, cuando es el hombre quien conoce el idioma, la posible incorporación de la mujer al empleo queda al margen, centrándose en el cuidado de los menores y del hogar. Este tipo de cuestiones se han trabajado desde los equipos de intervención a través de talleres y grupos de discusión en los que tratar la equidad de género e intentar favorecer el empoderamiento de la mujer en las diferentes esferas de actuación. No obstante, también nos encontramos casos en los que la referente de la unidad familiar ha demostrado ser una mujer autónoma, que toma decisiones en pro del bienestar de la totalidad de su familia, notándose una evolución del aprendizaje del idioma superior y con mayor rapidez que el de los hombres y un mayor nivel de adaptación.

Este conjunto de factores y dificultades han repercutido en los procesos de inclusión y conquista de la autonomía. Por este motivo, en fechas próximas a la finalización del itinerario de acogida e inclusión, que se prolonga durante 18 meses, de las primeras personas llegadas en el marco de la Operación Antígona, se valoró desde la Secretaría de Estado de Migraciones, titular de los programas de acogida e inclusión a personas con protección internacional, la necesidad de ofrecer una respuesta excepcional, permitiendo la solicitud de una prórroga de seis meses adicionales en el programa para las personas y familias que lo necesitaran.

Desde Accem seguimos trabajando, de acuerdo con nuestra misión, en la atención, acogida y acompañamiento en los procesos de inclusión social de las personas de origen afgano que han buscado un refugio en nuestro país ante el riesgo cierto para sus vidas y su integridad al que se enfrentaban de haber continuado viviendo en Afganistán. Sin embargo, es necesario el apoyo, la iniciativa y la solidaridad del conjunto de la sociedad para que estas personas puedan reconquistar su autonomía perdida para salir adelante y aportar todo lo que llevan dentro a la sociedad de acogida. Este trabajo se realiza gracias a la cofinanciación del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones y el Fondo Europeo de Asilo, Migración e Integración (FAMI) de la Unión Europea

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