
Un año de acogida a las personas refugiadas de la guerra en Ucrania
En los últimos días de febrero de 2022, con el ataque de las fuerzas militares rusas a Ucrania, se iniciaba una guerra a gran escala que muy pronto derivó en el desplazamiento forzoso de cientos de miles de personas fuera de las fronteras de Ucrania, huyendo de la guerra. Desde que en el mes de marzo comenzaron a llegar a España las primeras personas refugiadas, Accem puso a disposición del conjunto de la sociedad española y el Estado su experiencia y saber hacer consolidado en más de 30 años de trabajo en la atención, acogida y acompañamiento a las personas refugiadas en España, así como en la respuesta a situaciones de emergencia humanitaria.
El reto de la acogida a las personas que escapaban de la guerra en Ucrania fue de tal magnitud que fue necesario poner en marcha un dispositivo específico que llamamos “Emergencia Ucrania”. Entre marzo y diciembre de 2022, en Accem atendimos a un total de 29.056 personas que buscaron refugio en España para escapar de la guerra, de las que el 34 % eran menores de 18 años. El perfil más habitual en la acogida ha sido el de mujeres solas con hijos a cargo. Fueron alojadas en nuestros centros de acogida un total de 10.460 personas.
PERSONAS DESPLAZADAS POR LA GUERRA EN UCRANIA ATENDIDAS POR ACCEM EN 2022

PERSONAS DESPLAZADAS POR LA GUERRA EN UCRANIA ATENDIDAS POR ACCEM EN 2022 MES A MES

Dispositivo Emergencia Ucrania
Las situaciones de emergencia es necesario afrontarlas desde la generación de operaciones y recursos específicos que permitan realizar una intervención a la altura del reto planteado. En marzo de 2022 fue fundamental articular el dispositivo “Emergencia Ucrania” para proporcionar una respuesta humanitaria y de calidad a las personas que llegaron de forma masiva escapando de la guerra. Este dispositivo estuvo en funcionamiento entre el mes de marzo y el mes de septiembre, dando acogida a alrededor de 10.000 personas.
El dispositivo “Emergencia Ucrania” de Accem fue capaz de gestionar un total de 3.409 plazas de acogida, que estuvieron repartidas por gran parte del territorio del país, siguiendo el principio de equilibrio que forma parte del modelo de acogida de nuestra entidad.
PLAZAS DE ACOGIDA DEL DISPOSITIVO
“EMERGENCIA UCRANIA” DE ACCEM

En la primera fase de la emergencia, jugaron un papel decisivo los Centros de Recepción, Atención y Derivación (CREADE) puestos en marcha desde el Ministerio, en los que se centralizó la atención a las personas recién llegadas de la guerra. Accem gestionó desde el mes de marzo el primero de los CREADE que se abrieron, en la localidad madrileña de Pozuelo de Alarcón, con 400 plazas de acogida y un trabajo continuo de atención directa, información y orientación y atención psicológica. Solamente en su primer mes de funcionamiento habíamos dado atención a más de 6.000 personas.
Acogida integral para la autonomía y la inclusión
En el mes de septiembre, el sistema español de acogida a personas solicitantes de protección internacional ya se había ajustado y preparado para absorber dentro de su estructura a las personas refugiadas de la guerra de Ucrania. En ese momento se produce esa transición al sistema ordinario de protección que gestionan en nuestro país de forma conjunta el Estado, a través del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones y las organizaciones de referencia en la acogida a refugiados, entre las que Accem forma parte desde hace más de 30 años.
El sistema de protección y acogida en España a las personas solicitantes de protección internacional está estructurado en tres fases diferentes: evaluación inicial y derivación; acogida temporal y autonomía. El tiempo total de permanencia en el sistema prevé un máximo de 18 meses que puede prorrogarse a 24 en casos de especial vulnerabilidad.
Fase 1 – Evaluación inicial y derivación:
Cuando una persona solicita entrar en el sistema español de acogida accede a esta fase, que equivale a una atención en la emergencia. A la persona atendida se le asigna una plaza de acogida de emergencia. Esta fase está concebida para que tenga una duración de un mes. Actualmente, en Accem gestionamos un total de 2.026 plazas de estas características. Estas plazas se encuentran ubicadas tanto en centros de gran capacidad, como en hoteles, hostales y pensiones. El CREADE de Pozuelo, por ejemplo, se integra en esta fase de la acogida.
En esta fase se ofrece en primer lugar información y orientación, que es la primera y más básica necesidad que presentan las personas que acceden al sistema después de un largo viaje y de su aterrizaje en un nuevo lugar y en nuevas circunstancias. Se proporciona información sobre sus derechos, sobre el marco legal que les protege y sobre los recursos a su alcance, tanto de atención jurídica, como psicológica como la posibilidad de acceder al sistema de acogida.
Las personas que entran en esta primera fase mantienen asimismo una entrevista con una trabajadora o trabajador social, para detectar necesidades y situaciones de vulnerabilidad. A partir de este momento, se ponen en marcha nuestros servicios especializados de atención jurídica, social y psicológica. Se atiende de forma integral a la salud física y mental de las personas, que, en general, se encuentran en una situación de intenso choque emocional. El trabajo de atención psicológica en este momento está muy centrado en la contención. También se activan los mecanismos para la prevención y detección de posibles casos de explotación y trata de personas.
Fase 2 – Acogida temporal:
Desde esa primera fase de evaluación y derivación se le asigna a la persona una plaza de acogida en uno de nuestros centros y pisos. La estancia prevista en esta fase es de seis meses, si bien puede prorrogarse en casos de especial vulnerabilidad. La presencia de menores o la edad avanzada de las personas acogidas son, por ejemplo, criterios para valorar esa especial vulnerabilidad. Actualmente, Accem gestiona 3.200 plazas de acogida temporal de las que alrededor de 1.200 personas son personas de origen ucraniano (datos enero 2023).
La intervención social en esta fase está encaminada desde el primer momento a la inclusión. Se procede a la escolarización de los menores y se pone especial énfasis en el aprendizaje del idioma, que será una herramienta fundamental para la inclusión social. Esta fase se lleva a cabo, de forma general y siguiendo el modelo de acogida de nuestra entidad, en pisos de pocas plazas situados en barrios normalizados e integrados en la ciudad. En esta fase se procede a la escolarización de los menores y se pone en marcha el servicio de aprendizaje del idioma, para trabajar desde el primer momento hacia la inclusión. Del mismo modo, se gestiona el ejercicio del derecho a la atención sanitaria. En lo relativo a la atención psicológica, se lleva a cabo un trabajo basado en el ajuste de expectativas y en la asunción de la realidad que la persona está viviendo en ese momento. Asimismo, contamos con diez plazas de acogida especializadas para personas con problemas de salud mental.
Esta fase también comienza con una entrevista personalizada, que permitirá una valoración inicial y la elaboración de un informe de necesidades, como por ejemplo las demandas de reunificación familiar. A partir de ese momento comienzan a diseñarse, de forma conjunta con cada persona atendida, itinerarios individualizados de inserción orientados a la autonomía. En esta etapa se comienza a trabajar en la inserción laboral, un proceso que también requiere una adaptación de expectativas y un tiempo mínimo de adaptación para situarse ante una nueva realidad vital. En el caso de las personas refugiadas de la guerra en Ucrania sí hemos detectado una respuesta más positiva para facilitar la inserción laboral, con un mayor número de empleadores dispuestos a ofrecer oportunidades de empleo.
Junto al trabajo, y a medida que se aproxima el momento de pasar a la siguiente fase, comienza la labor de búsqueda de una vivienda. Aquí nuestra labor es la de favorecer la autonomía de cada persona y familia, acompañando ese proceso de búsqueda de casa. El momento de conseguir una vivienda marcará el final de la fase de acogida temporal. En toda esta etapa también las personas y familias acogidas han tenido acceso a ayudas destinadas a necesidades específicas de transporte, vestido, de carácter sanitario y educativo, así como a una ayuda económica de bolsillo.
Fase 3 – Autonomía:
La consecución de una vivienda de alquiler marca el inicio de la fase de autonomía en el sistema de acogida. En esta fase, las personas a las que apoyamos han salido ya de nuestros pisos y centros de acogida, pero continúan recibiendo ayudas para el pago del alquiler y para la cobertura de las necesidades básicas (suministros, comida, ropa, transporte, etc.). El tiempo de duración de estas ayudas dependerá del que hayan permanecido en la fase anterior, siendo el máximo tiempo permitido en todo el circuito de acogida de 18 meses, sólo ampliables a 24 en casos de gran vulnerabilidad. Existen también las llamadas ayudas transversales y puntuales, destinadas a la cobertura de necesidades específicas (material escolar, gafas, dentista, etc.).A partir de la salida del sistema de acogida, serán los servicios sociales, dependientes de los recursos municipales y autonómicos, quienes deberán dar respuesta en caso necesario a sus necesidades.
Toda la intervención en esta fase debe estar orientada a la autonomía. En ese sentido se trabaja en estrecha colaboración con el servicio de inserción laboral y para la mejora de la empleabilidad. Es muy importante el trabajo en red con recursos específicos existentes en cada territorio, para poder generar las sinergias que permitan aumentar las posibilidades de éxito en el trabajo de inserción. Del mismo modo, se trabaja para fomentar la generación de redes de apoyo que podrán ser un elemento clave en la consecución de un empleo.
Acogida integral para la autonomía y la inclusión
En el mes de septiembre, el sistema español de acogida a personas solicitantes de protección internacional ya se había ajustado y preparado para absorber dentro de su estructura a las personas refugiadas de la guerra de Ucrania. En ese momento, se produce esa transición al sistema ordinario de protección que gestionan en nuestro país de forma conjunta el Estado, a través del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones y las organizaciones de referencia en la acogida a refugiados, entre las que Accem forma parte desde hace más de 30 años.
El sistema de protección y acogida en España a las personas solicitantes de protección internacional está estructurado en tres fases diferentes: evaluación inicial y derivación; acogida temporal y autonomía. El tiempo total de permanencia en el sistema prevé un máximo de 18 meses que puede prorrogarse a 24 en casos de especial vulnerabilidad.
Cuando una persona solicita entrar en el sistema español de acogida accede a esta fase, que equivale a una atención en la emergencia. A la persona atendida se le asigna una plaza de acogida de emergencia. Esta fase está concebida para que tenga una duración de un mes. Actualmente, en Accem gestionamos un total de 2.026 plazas de estas características. Estas plazas se encuentran ubicadas tanto en centros de gran capacidad, como en hoteles, hostales y pensiones. El CREADE de Pozuelo, por ejemplo, se integra en esta fase de la acogida.
En esta fase se ofrece en primer lugar información y orientación, que es la primera y más básica necesidad que presentan las personas que acceden al sistema después de un largo viaje y de su aterrizaje en un nuevo lugar y en nuevas circunstancias. Se proporciona información sobre sus derechos, sobre el marco legal que les protege y sobre los recursos a su alcance, así como sobre la posibilidad de acceder al sistema de acogida.
Las personas que entran en esta primera fase mantienen asimismo una entrevista con una trabajadora o trabajador social, para detectar necesidades y situaciones de vulnerabilidad. A partir de este momento, se ponen en marcha nuestros servicios especializados de atención jurídica, social y psicológica. Se atiende de forma integral a la salud física y mental de las personas, que, en general, se encuentran en una situación de intenso choque emocional. El trabajo de atención psicológica en este momento está muy centrado en la contención. También se activan los mecanismos para la prevención y detección de posibles casos de explotación y trata de personas.
Desde esa primera fase se le asigna a la persona una plaza de acogida en uno de nuestros centros y pisos. La estancia prevista en esta fase es de seis meses, si bien puede prorrogarse en casos de especial vulnerabilidad. La presencia de menores o la edad avanzada de las personas acogidas son, por ejemplo, criterios para valorar esa especial vulnerabilidad. Actualmente, Accem gestiona 3.200 plazas de acogida temporal de las que alrededor de 1.200 personas acogidas son de origen ucraniano (datos enero 2023). Nuestro modelo de acogida se basa en pisos de pocas plazas situados en barrios normalizados e integrados en la ciudad, si bien es cierto que el volumen de la acogida a las personas desplazadas desde Ucrania ha provocado que hayamos tenido que poner en marcha también centros de mayor capacidad.
La intervención social en esta fase está encaminada desde el primer momento a la inclusión. Se procede a la escolarización de los menores y se pone especial énfasis en el aprendizaje del idioma, que será una herramienta fundamental para la inclusión social. Del mismo modo, se gestiona el ejercicio del derecho a la atención sanitaria. En lo relativo a la atención psicológica, se lleva a cabo un trabajo basado en el ajuste de expectativas y en la asunción de la realidad que la persona está viviendo en ese momento. Asimismo, contamos con diez plazas de acogida especializadas para personas con problemas de salud mental.
Esta fase también comienza con una entrevista personalizada, que permitirá una valoración inicial y la elaboración de un informe de necesidades, como por ejemplo las demandas de reunificación familiar. A partir de ese momento comienzan a diseñarse, de forma conjunta con cada persona atendida, itinerarios individualizados de inserción orientados a la autonomía. En esta etapa se comienza a trabajar en la inserción laboral, un proceso que también requiere de una adaptación de expectativas y un tiempo mínimo para situarse ante una nueva realidad vital. En el caso de las personas refugiadas de la guerra en Ucrania sí hemos detectado una respuesta más positiva para facilitar la inserción laboral por parte de la sociedad en su conjunto y los potenciales empleadores, con un mayor número de empresas dispuestas a ofrecer oportunidades de empleo.
Junto a todo este trabajo, y a medida que se aproxima el momento de pasar a la siguiente fase, comienza la labor de búsqueda de una vivienda. Aquí nuestra labor es la de favorecer la autonomía de cada persona y familia, acompañando ese proceso de búsqueda de casa. El momento de conseguir una vivienda marcará el final de la fase de acogida temporal. En toda esta etapa, las personas y familias acogidas han tenido acceso a ayudas destinadas a necesidades específicas de transporte, vestido, de carácter sanitario y educativo, así como a una ayuda económica de bolsillo.
La consecución de una vivienda de alquiler marca el inicio de la fase de autonomía en el sistema de acogida. En esta fase, las personas a las que apoyamos han salido ya de nuestros pisos y centros, pero continúan recibiendo ayudas para el pago del alquiler y para la cobertura de las necesidades básicas (suministros, comida, ropa, transporte, etc.). El tiempo de duración de estas ayudas dependerá del que hayan permanecido en la fase anterior, siendo el máximo tiempo permitido en todo el circuito de acogida de 18 meses, solo ampliables a 24 en casos de gran vulnerabilidad. Existen también las llamadas ayudas transversales y puntuales, destinadas a la cobertura de necesidades específicas (material escolar, gafas, dentista, etc.). Al finalizar esta fase, partir de la salida del sistema de acogida, serán ya los servicios sociales, dependientes de los recursos municipales y autonómicos, quienes deberán dar respuesta a sus necesidades.
Toda la intervención en esta fase debe estar orientada a la autonomía. En ese sentido se trabaja en estrecha colaboración con el servicio de inserción laboral y para la mejora de la empleabilidad. Es muy importante el trabajo en red con recursos específicos existentes en cada territorio, para poder generar las sinergias que permitan aumentar las posibilidades de éxito en el trabajo de inserción. Del mismo modo, se trabaja para fomentar la generación de redes de apoyo que podrán ser un elemento clave en la consecución de un empleo.
Guerra en Ucrania: el contexto
En febrero de 2022 se inicia una guerra a gran escala y la invasión de un país soberano, Ucrania, por parte de Rusia, a partir de la existencia de uno de esos conflictos armados invisibles, pero activo desde 2014 en el este del país. Desde entonces, al menos 6.919 civiles han muerto y más de ocho millones de personas han salido del país.

Directiva de Protección Temporal

El 4 de marzo de 2022, por primera vez desde su aprobación en 2001, los países miembros de la UE activaron la Directiva de Protección Temporal para dar una respuesta humanitaria y proteger a los cientos de miles de personas desplazadas desde Ucrania. Con la protección temporal, las personas desplazadas pueden vivir, estudiar o trabajar legalmente en España por un período de un año, que puede prorrogarse de forma automática.