
La infancia que defendemos: una responsabilidad compartida
Reflexiones y acciones desde Accem en Castilla-La Mancha sobre lo que fue el Día Mundial de la Infancia 2025.
Cada 20 de noviembre, conmemoramos el Día Mundial de la Infancia, una fecha que nos lleva a 1959, cuando la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó la Declaración de los Derechos del Niño. No es solo una efeméride: es una llamada urgente a mirar de frente las realidades que viven millones de niños y niñas en el mundo y también muy cerca de nosotros.
Este año, en Accem hemos querido poner el foco en la necesidad de protección de la infancia. Hay infancias que crecen marcadas por la violencia y la guerra, y es imposible no pensar en los miles de niños y niñas de Gaza cuya vida cotidiana ha sido devastada por el asedio y la guerra. Nuestra entidad continúa desarrollando el Proyecto Aman, que permite acoger y ofrecer apoyo psicológico y social a familias y menores palestinos con enfermedades graves. Durante 2025 hemos tramitado cinco acogidas, prestando ayuda a 186 personas. La última evacuación, a finales de octubre, permitió el viaje de 92 personas desde Gaza a Madrid, entre ellas 20 niños y niñas que desde entonces han podido acceder a tratamiento médico especializado en hospitales españoles. Son cifras, sí, pero detrás de cada número hay una historia, un miedo y también una esperanza.
En Castilla-La Mancha, Accem trabaja cada día para mejorar la calidad de vida de los menores que participan en nuestros programas. Acompañamos a niños y niñas que llegan con sus familias a través de los programas de protección internacional, pero también a quienes forman parte de hogares de acogida y proyectos específicos de protección. En este camino es imprescindible reforzar el compromiso del tejido social y político de nuestra región con los niños, niñas y jóvenes tutelados por las administraciones públicas. Cumplir 18 años no debería significar enfrentarse al mundo en soledad. Por eso defendemos políticas y programas que acompañen la transición a la vida adulta y garanticen un proceso digno y seguro.

Día Mundial de la Infancia: acciones concretas en toda la región
Este compromiso se traduce también en acciones concretas a lo largo de nuestra región. En Cuenca, organizamos una actividad abierta en la biblioteca pública para sensibilizar sobre derechos fundamentales como la vida, la salud, la identidad, el juego o el acceso a información de calidad. A través de una gymkana, los niños y niñas aprendieron jugando, superando pruebas y celebrando cada logro con ilusión. En Ciudad Real, llevamos el Juego de la Oca de los Derechos de la Infancia a centros educativos de Miguelturra y Pozuelo de Calatrava, creando espacios donde el aprendizaje, la empatía y el respeto fueron los protagonistas.
En Guadalajara participamos en la celebración en la Plaza Mayor con talleres creativos, elaborando pulseras que representaban la diversidad de orígenes de las personas que acompañamos desde Accem, como Mali, Venezuela, Ucrania o Afganistán. En Albacete apostamos por la fuerza de los cuentos, organizando un cuentacuentos especial en colaboración con Cuento Terapia, convencidos de que las historias son una herramienta poderosa para transmitir valores como la igualdad, la empatía y el derecho a crecer felices y seguros. En Sigüenza, más de 40 niños y niñas del medio rural plasmaron sus derechos en un mural colectivo, reflexionando sobre el juego, la familia, la salud y la educación desde su propia experiencia. Y en Toledo, compartimos una intensa jornada en el Colegio Santa Teresa, donde el alumnado de sexto de primaria participó en dinámicas, juegos, reflexiones y creaciones artísticas que les permitieron expresar qué significa para ellos la infancia y reafirmar la importancia de sus derechos.
En definitiva, en el Día Mundial de la Infancia de este 2025, desde Accem quisimos recordar que la protección de los derechos de los niños y niñas es una responsabilidad compartida. No es solo tarea de gobiernos u organizaciones, sino también de familias, educadores, instituciones y comunidades. Solo trabajando juntos podremos construir un entorno en el que cada niño y cada niña pueda crecer de forma saludable, segura y feliz. Esa es, al final, la razón por la que seguimos adelante.
