Zonas fronterizas de Europa

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Basándose en entrevistas a más de 100 refugiados en Grecia, Macedonia, Serbia y Hungría, Amnistía Internacional ha publicado una nueva investigación que sigue de cerca el viaje, los abusos y los obstáculos a los que se enfrentan las personas refugiadas a lo largo de su camino. El informe surge de la necesidad de reflejar la situación en la que se encuentran aquellos que han realizado la ruta oeste de los Balcanes hacia Hungría, y que ahora se encuentran atrapadas fuera de las fronteras de la Unión Europea en Serbia y Macedonía, sin protección legal ni estatus.

El informe denuncia las terribles condiciones y circunstancias de las personas refugiadas así como los numerosos peligros y obstáculos a los que tienen que enfrentarse. En la frontera griega con Macedonia, y en la frontera serbia con Macedonia, las personas refugiadas son sometidas a devoluciones en caliente ilegales y a malos tratos por la policía fronteriza, así como a detenciones arbitrarias. Debido a su estatus irregular son además especialmente vulnerables frente a la explotación y la prevaricación por parte no solo de los traficantes sino también de las autoridades públicas corruptas.

A pesar del aumento de las solicitudes de asilo registradas, el número de personas a las que se les garantiza protección internacional en ambos países se mantiene insignificante. Se señala como el hecho de que la mayoría de las personas refugiadas consideren a Serbia y Macedonia como países de paso, no debería de eximir a dichos países del cumplimiento de su obligación de desarrollar un sistema efectivo de asilo en línea con los estándares internacionales y europeos.

Además de la necesidad de que Serbia y Macedonia hagan más por respetar y garantizar los derechos de los refugiados y los migrantes, el documento recuerda también como las dificultades de Grecia, Serbia, Macedonia, Italia y ahora Hungría sólo pueden ser resueltas por un replanteamiento de las políticas migratorias europeas. Por ello Amnistía Internacional recomienda, además de que Serbia y Macedonia adopten medidas urgentes para garantizar el pleno respeto de los derechos humanos, que los gobiernos europeos ofrezcan a los refugiados rutas regulares y seguras para acceder a la protección, permitiendo entre otras medidas, el acceso al derecho de asilo en las fronteras externas de la UE.

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