Taller sobre discriminación racial o étnica en la cárcel de Valdemoro
Recientemente, Accem ha iniciado un nuevo ámbito de intervención dentro de nuestra asistencia a víctimas de discriminación por origen racial o étnico: la cárcel. El pasado 26 de marzo estuvimos en el Centro Penitenciario Madrid III, en Valdemoro. Nuestra presencia en la cárcel surge de la necesidad de dar voz a las personas privadas de libertad de origen extranjero, sobre cuál es la realidad que están viviendo en prisión y si están o no sufriendo un trato desfavorable como consecuencia de su origen racial o étnico.
La entrada en prisión nos ha sido facilitada por profesionales de la Fundación Atenea, que desarrolla sus proyectos en cuatro prisiones de la Comunidad de Madrid. Para Accem es una experiencia piloto, innovadora en materia de no discriminación e igualdad de trato, dando asistencia a población privada de libertad por comisión delictiva diversa y en cumplimiento de ejecución de sentencias condenatorias.
En el taller participaron ocho hombres, cinco de ellos de origen marroquí y los otros tres procedentes de Líbano, Colombia y Ucrania, todos ellos de entre 20 y 35 años de edad. Desde el comienzo la actividad se planteó como un espacio abierto y de debate en el que los participantes expresaron sus opiniones e impresiones sobre el tema, en un clima de escucha, respeto y libertad.
En las opiniones recogidas, llama la atención cómo se repiten patrones y estereotipos sociales en un entorno cautivo. Se reproduce el mismo discurso, tanto dentro como fuera de prisión. Dentro de la subcultura y estructura social del centro penitenciario, resulta muy interesante cómo se cataloga a la persona en base a su origen, así como la visión que se tiene de la población extranjera en prisión, traducida con expresiones como: “se quedan con los mejores trabajos”, “tienen más permisos” o ”siempre se les atiende antes y se quedan con lo mejor”.
Lejos de considerar estos comentarios como ciertos, la población reclusa de origen extranjero sufre actitudes racistas dentro de prisión. Verbalizan la necesidad de realizar un sobresfuerzo para poder tener acceso a los mismos derechos que la población de origen español. Se trata de un efecto de discriminación múltiple. Esta discriminación múltiple parte de los clichés y estereotipos negativos que están asociados, dentro y fuera de prisión, a las personas según su nacionalidad y/o color de piel. Pero a esta discriminación se une otra de carácter más específica, que tiene que ver con los hechos delictivos que se infieren según el origen de la persona presa. Ejemplos que se encuentran a menudo: a las personas de origen magrebí se les atribuye la comisión de delitos de tenencia y/o tráfico de estupefacientes, dándose por hecho el consumo. A la población de origen chino o ucraniano, se le atribuye relación con algún tipo de mafia. Estos tópicos y estereotipos van a determinar la percepción, y el respeto o el desprecio, por parte del resto de reclusos.
La experiencia llevada a cabo en la cárcel de Valdemoro ha sido valorada como muy positiva tanto por los participantes como por los profesionales. Se trata de un entorno en el que la discriminación racial se da y sobre el que es necesario intervenir. Por ello, la intención en un futuro próximo es poder tener acceso a otras prisiones, realizar talleres con potenciales víctimas de discriminación, comprobar si se repiten los mismos patrones y estereotipos en otros centros penitenciarios y ver qué posibles líneas de acción y colaboración se pueden crear.
Esta acción se ha realizado en el marco del “Programa de asistencia a víctimas de discriminación por origen racial o étnico”, que Accem desarrolla con la financiación del Ministerio de Empleo y Seguridad Social, a través de la Dirección General de Migraciones, y el Fondo de Asilo, Migración e Integración (FAMI).
> Accede aquí al trabajo de Accem en materia de igualdad de trato y no discriminación.