En este período estival, estamos llevando a cabo una iniciativa de voluntariado corporativo junto al grupo de comunicación Atresmedia. Dos personas, trabajadores de la empresa de comunicación, nos están acompañando en Cartagena y en Almería, participando como voluntarios de Accem, apoyando nuestras acciones y empapándose de la realidad sobre la que intervenimos desde nuestra entidad.
José María y Guillermo, que así se llaman nuestros voluntarios de verano, están plasmando sus experiencias en el blog AtresManos de voluntariado corporativo de Atresmedia.
Nuestra compañera María Coll, referente de voluntariado de Accem en Cartagena, ha recogido el guante y ha querido también plasmar a modo de crónica la experiencia de una semana acompañando el voluntariado de José María y Guillermo.
Os dejamos con sus palabras, que podrán ayudar a conocer un poco mejor cómo es hacer voluntariado con Accem:
Lunes 18 de julio
Quedamos con José María y Guillermo para recibirlos e ir a comer a un sitio característico en Cartagena. Entre marineras, frituras y alguna bebida refrescante típica de la región, fuimos entrando en materia. Mi compañera Ylenia y yo les explicamos sobre Accem y sobre el trabajo que realizamos en Cartagena: los programas, el equipo profesional, el equipo de voluntariado. Ellos se muestran curiosos y preguntones (en el buen sentido), expectantes y muy motivados ante la semana que da comienzo.
Ponemos rumbo a ‘La Residencia’, como llamamos al dispositivo de emergencia para dar acogida a las personas refugiadas de la guerra de Ucrania que Accem gestiona en el centro de Cartagena. Después de que la compañera Kenya les enseña el centro, José María y Guillermo comienzan la formación inicial online con Alejandro para recibir las herramientas necesarias para desempeñar su tarea como voluntarios. Es un momento que sirve además para pensar en voz alta entre todos sobre cómo entendemos la intervención, así como las dificultades y posibilidades del trabajo con personas en situación de vulnerabilidad.
Tras la formación, seguimos la tarde comenzando a organizar la yincana que estamos preparando para el jueves…
Martes 19 de julio
Me encuentro con José María y Guillermo en la oficina central de Accem en Cartagena para poder enseñarles todos nuestros programas y recursos, para presentarle a las compañeras y que se empapen con la diversidad de acciones y programas que estamos llevando a cabo en la actualidad. Recorremos el barrio de las 600, en el que se encuentra nuestra sede. Después, comienza nuestra reunión con el equipo al completo. Hoy Guillermo no nos puede acompañar el resto del día, pero insistió en estar presente en esta primera parte de la jornada.
José María me acompaña y me apoya en la compra de los kits de higiene para las 60 plazas de acogida que tenemos en San Pedro del Pinatar. Me resulta curioso cómo le sorprende descubrir las acciones invisibles que hay detrás de nuestro trabajo. Después, marcha con las compañeras Alba, Mabel y Alona, del programa de ‘Emergencia Ucrania’ a la salida cultural al Museo Arqueológico de Cartagena que hemos organizado con 50 personas, usuarias de nuestros programas. Para acabar la intensa jornada, José María acompaña a Altea y Sonsoles, compañeras del servicio de acogida temporal de Protección Internacional, en las compras para la manutención e higiene de las personas acogidas.
Miércoles 20 de julio
Me reúno con José María antes de la reunión para evaluar el día anterior y me cuenta, entre bromas, que está bastante ilusionado. En la reunión de primera hora, comparte con el equipo la importancia (a menudo invisible) de ayudar a las personas a las que acompañamos a situarse en el nuevo contexto en el que viven y destaca la maestría que una compañera mostró el día anterior en una situación que se generó en el supermercado. Reflexionamos sobre la importancia de la acogida y la contextualización en la nueva tierra de acogida, de la responsabilidad que supone realizar una intervención de calidad, que a veces implica decisiones complicadas y momentos duros, pero necesarios y beneficiosos en el proceso de adaptación a la nueva realidad.
Tras la reunión, José María acompaña a las compañeras Irene y Esther a la salida al Museo Naval de Cartagena que hemos programado para hoy con los chicos acogidos en el programa autonómico de acogida a jóvenes extutelados y en el programa también autonómico de acogida a personas migrantes en situación de vulnerabilidad.
Mientras tanto, vuelve Guillermo a Cartagena y acude a recogerle Vicky, educadora del servicio de acogida de nuestro Programa de Atención Humanitaria a Inmigrantes. Juntos se van a las clases de español. Ahí conoce a Cissé, con quien pasa un rato que después nos dirá que fue muy gratificante para él. Antes de la clase, nuestra compañera le ha estado contando sobre la importancia de respetar la historia de las personas a las que va a conocer, de respetar sus procesos, pues tal vez no se encuentran en el momento o disposición de compartir ciertas vivencias. Cissé, sin embargo, se sintió muy cómodo con Guillermo, y comparte con él su proceso migratorio, las dificultades del viaje hasta llegar a España y otras cuestiones personales. Guillermo nos lo cuenta luego con cierto brillo en la mirada, como quien descubre realidades desconocidas, a veces duras, pero también de superación. Nos cuenta que le sorprende cómo con una historia de vida y un proceso tan difícil puede mostrar un semblante tan amable y tanto agradecimiento por su situación actual.
Por la tarde, de nuevo juntos, José María y Guillermo vuelven a ‘La Residencia’ para ultimar con Kenya los preparativos de la yincana del día siguiente. Según nos cuentan al día siguiente, aprovechan también la oportunidad para acudir a los conciertos de la Mar de Músicas en el puerto de Cartagena, disfrutando un poco de nuestra ciudad.
Jueves 21 de julio
El jueves, sin negar cierto cansancio por los conciertos del día anterior, están puntuales en la oficina a las 09:00 h., listos para un día deportivo. Tras la reunión de equipo, se van con Amanda y Juanmi al CEDIES (Centro de Día de Emergencia Social) para apoyar en los servicios básicos de desayuno y duchas que se proporcionan en este recurso. A las 10:30 h. y con temperaturas ya muy desafiantes, se animaron a disfrutar de un partido de fútbol con las personas que acuden al centro de día. En el centro toman contacto con otras realidades diferentes a las que han conocido hasta el momento. Es interesante cómo van integrando las diferencias de los programas que llevamos a cabo y los colectivos a los que damos apoyo. Destacan la importancia de contar con profesionales versátiles y polivalentes para trabajar en los distintos dispositivos.
Después del partido, nos disponemos a preparar los premios para los niños y niñas que van a participar en la yincana y llevamos todos los materiales a ‘La Residencia’. A las 17:30 h., de nuevo con unas temperaturas demasiado calurosas, volvemos al centro y establecemos con las compañeras el plan de juego. Recibimos a todos los niños y niñas que llegan con muchas ganas de jugar y participar en la yincana. Tendrán que pasar por los seis juegos que hemos preparado en diferentes puntos del centro de Cartagena y, sobre todo, disfrutar.
Así lo hicieron y así lo hicimos. Fue una tarde lúdica, divertida, llena de agua y risas que hicieron que las menores y sus responsables pidieran este tipo de juego para cada semana. Una de las madres, ya acabado el juego, nos dijo desde el balcón de su habitación: “¡Muchas gracias por vuestro trabajo con nosotros!”. Pero lo que hizo que cada una de las compañeras y voluntarias terminaran con una sonrisa de oreja a oreja, fue ver cómo las menores, desde las más pequeñas de 3 y 4 años hasta las adolescentes de 16 y 17, se habían implicado y habían participado, reído, se habían llenado de agua hasta arriba y habían dedicado este tiempo a conocerse y disfrutar juntas.
Viernes 22 de julio
El viernes, con cierta resaca emocional, se despidieron de equipo técnico de Cartagena y pusimos rumbo a San Pedro del Pinatar, para conocer el dispositivo en el que yo trabajo, para terminar con la semana de una forma activa. Les enseñé el dispositivo de acogida que tenemos en dicho municipio y les presenté a mis compañeros Javier y Svitlana, así como a las personas acogidas en este centro. Juntas, pusimos rumbo a la playa donde tuvo lugar un partido de vóley muy intenso.
Al finalizar el partido, en el que hay consenso en que la estrella fue Tetiana, una mujer de 65 años que nos dejó boquiabiertas, fuimos a la oficina para hacer la acogida a dos familias que entraban ese día en el dispositivo. Acabamos sobre las cuatro y, hambrientos, nos fuimos a comer. En este último momento, terminamos de grabar un pseudo ‘Pasapalabra’ ideado por la compañera Yasmina de Almería, con preguntas desde la A a la Z relacionadas con Accem en Cartagena y datos curiosos que, se supone, tenían que haber aprendido Guillermo y José María en su semana como voluntarios de Accem. Cerramos esta semana con un caldero delicioso y reflexiones interesantísimas que me gustaría compartir como cierre de este diario.
Reflexiones finales
Durante esta semana, hemos ido valorando las actividades y las acciones en las que han tomado parte Guillermo y José María como voluntarios de Accem. Desde el primer momento, han mostrado una gran curiosidad por saber todo lo que forma parte de nuestra entidad. Las respuestas a sus preguntas las fueron consiguiendo en estos días en contacto con los distintos programas y con las personas involucradas, comprendiendo la importancia de cada una de las piezas y engranajes necesarios para sacar adelante nuestro trabajo de acompañamiento y acceso a derechos de personas a menudo ignoradas.
Cuando les pregunté qué se llevaban ellos del proceso vivido en esta semana, me contestaron que habían obtenido un enorme aprendizaje interno. Además del disfrute con las personas y con las actividades hechas, contaron que, para ellos, ponerle cara a las dificultades y posibilidades de trabajo que hay en el Tercer Sector les había, en cierta forma, abierto los ojos. Ciertamente, hay acciones que resultan visibles, como una inserción laboral, que conllevan un trabajo previo, en ocasiones, de muchos meses, aparentemente sencillas pero con un gran esfuerzo detrás. También les ha permitido conocer las dificultades cotidianas y problemáticas sociales que, si bien pareciera que podrían ser de solución fácil, muchas veces no lo es.
Ellos, como buenos comunicadores, me devolvieron la pregunta: ¿Qué me había llevado yo de esta semana? Les respondí que para mí ésta ha sido una semana agotadora y maravillosa. Empecé la aventura un tanto nerviosa, pues suponía una responsabilidad enorme poder trasladar una visión completa de lo que hacemos en tan solo cinco días. Sin embargo, desde el primer momento, al ver su energía, disposición y ánimo de participar de todo, los nervios se fueron y empezó el disfrute. Ha sido un soplo de aire fresco, nuevas miradas que aportan desde la ingenuidad y la experiencia, frases y comentarios que te hacen pensar en la importancia del trabajo que hacemos.
Por otro lado, y así se lo dije, me quedo con lo imprescindible y enriquecedor de tener un equipo de trabajo que te apoye. La intervención social de la forma en la que la entendemos, y cada una desde su prisma, es en ocasiones frustrante y cansada, pues te topas con muchos obstáculos que dificultan los pasos del proceso. Sin embargo, con el equipo adecuado, esas barreras no son solo superables, sino placenteras de atravesar. Esta semana ha sido, de nuevo, una expresión visible de la fuerza y compañerismo que hay en el equipo de Accem en Cartagena: ver cómo todas las compañeras han hecho de este reto algo suyo y se han volcado al 100% en facilitar y promover una semana enriquecedora para José María y Guillermo ha sido un verdadero disfrute.
Espero, sinceramente, que para ellos haya sido tan gratificante como lo ha sido para mí. La aventura del voluntariado aporta en ambos sentidos y, cada día más, confirmo la necesidad de contar con personas voluntarias en nuestro trabajo. Ahora toca la segunda parte de su experiencia en Almería y estoy segura será tan asombrosa o más que la primera.