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ECRE lanza sus prioridades en materia de asilo y refugio ante las elecciones europeas de junio

Como organización miembro del Consejo Europeo de Refugiados y Exiliados (ECRE), Accem se ha adherido a la campaña de movilización del voto para las elecciones al Parlamento Europeo, que se celebrarán del 6 al 9 de junio de 2024 en los 27 Estados miembros, concretamente el domingo 9 de junio en el Estado español. Más de 400 millones de ciudadanas y ciudadanos europeos con derecho al voto están llamados a elegir los 720 escaños de esta institución de la Unión Europea, la cual puede influir en las propuestas legislativas relacionadas con migración y asilo.

Ante esta cita con las urnas, ECRE hace un llamamiento a la participación para proteger los derechos fundamentales en las políticas internas y externas de la UE, y recuerda el papel clave del Parlamento Europeo a la hora de pedir responsabilidades tanto a la Comisión Europea como al Consejo de la UE (Estados miembros de la UE), incluyendo aquí las políticas que afectan a los derechos de las personas migrantes, solicitantes de asilo, refugiadas y otros grupos vulnerables.

Según manifiesta ECRE, la próxima composición de la Eurocámara será determinante en el actual contexto de ascenso de la extrema derecha en Europa, que supone una amenaza para los derechos fundamentales, incluidos los derechos de las personas refugiadas. En esta situación, ECRE sugiere cuatro prioridades para la legislatura 2024-2029: 

  • El establecimiento de sistemas de asilo justos y funcionales en Europa que garanticen los más altos estándares de derechos humanos.
  • Garantizar a las personas refugiadas el acceso a sus derechos para promover su inclusión en las sociedades europeas.
  • Una financiación transparente y responsable de la UE que promueva los derechos de las personas desplazadas tanto dentro como fuera de Europa.
  • Frente a las políticas centradas en el control de la migración, fomentar que la política exterior de la UE promueva los derechos de las personas desplazadas.

Desde Accem nos sumamos a estas peticiones elevadas por ECRE para que se incluyan en los programas electorales de los partidos políticos que concurren en estas elecciones europeas. Tal y como manifestamos ante la aprobación del Pacto europeo sobre migración y asilo, nuestra organización defiende la protección igual y efectiva en todos los países de la UE de los derechos de las personas refugiadas y migrantes, así como la existencia de vías legales y seguras que garanticen la seguridad de las personas que se ven en la necesidad u obligación de dejar atrás sus vidas, familias, entorno y países de origen.

> Más información sobre la campaña #EUisU

El aumento de llegadas a Canarias marca 2023: Accem atendió a más de 77.000 personas, superando la cifra de 2022

Si el año 2022 estuvo marcado por la llegada y acogida de ciudadanos/as de origen ucraniano, el pasado 2023 destacó en materia migratoria por el aumento de las llegadas por vía marítima a Canarias, que han dejado las cifras más elevadas en España, superando las de 2006. A raíz de ello, Accem atendió a 77.184 usuarios/as el pasado año, 2.641 más que en 2022, cuando se registraron las que hasta ahora eran cifras más altas de la historia de la entidad, con un total de 74.543 personas a las que se dio apoyo.

Esta circunstancia también se refleja en las principales nacionalidades que la entidad atendió a lo largo del pasado año, siendo la mayoritaria la senegalesa, con 13.483 usuarios/as, seguida de la marroquí, con 9.777, la ucraniana, con 9.498, la colombiana, con 8.273, y la venezolana, con 6.874. En 2022, sin embargo, fueron mayoría las personas provenientes de Ucrania (29.050), seguidas de las originarias de Marruecos (8.062), mientras que las senegalesas fueron alrededor de 2.500, muy lejos de la cifra de 2023.

 

En línea con lo anterior, el perfil mayoritario de usuarios de Accem fue el de un varón, de origen senegalés y de entre 18 y 34 años. En cuanto a la diferencia por sexos, la entidad atendió a un 65% de hombres (50.317) y a un 35% de mujeres (26.867). Sin embargo, es curioso destacar que, durante los seis primeros meses del año pasado, las mujeres fueron mayoría, siendo las principales nacionalidades la ucraniana, colombiana, marroquí y venezolana. La tendencia cambió en la segunda mitad del año, al aumentar las llegadas a Canarias, que finalmente han supuesto un aumento del 154% respecto a 2022, según datos del Ministerio del Interior. 

Por otro lado, respecto a la situación administrativa, se observa que la mayoría de personas atendidas por Accem en 2023 fueron personas migrantes (40.761), debido de nuevo a las cifras de llegadas a las costas canarias. Les siguen los solicitantes de Protección Internacional, con 18.337 usuarios/as, los beneficiarios de Protección Temporal, una figura legal puesta en marcha por la UE para dar respuesta a la crisis de refugiados provocada por la invasión de Rusia a Ucrania, con 18.337, y los/as españoles/es de origen, con 6.115. 

 

 

Asimismo, a lo largo del pasado año, la entidad proporcionó un total de 1.767.093 prestaciones, frente a las 1.169.196 de 2022. Entre las prestaciones están los servicios de atención e intervención social, ayudas económicas, asesoramiento legal y jurídico, atención psicológica, interpretación y traducción, orientación laboral y formación y aprendizaje del idioma, entre otras. 

Otro dato relevante del balance de la labor de Accem en 2023 es que también aumentó el número de personas a las que la entidad atendió en municipios rurales de menos de 30.000 habitantes, pasando de las 9.112 de 2022 a las 10.802 de 2023, lo que destaca la apuesta de la entidad por la reactivación de estas áreas.

 

 

En definitiva, las cifras de estos últimos años, en constante aumento, ponen en evidencia un panorama global convulso, con conflictos y contextos de persecución, inestabilidad social y política y/o vulneración de derechos de los que, cada vez más personas, se ven obligadas a huir. Asimismo, refleja la necesidad de que existan vías legales y seguras para que, quienes huyen de situaciones de este tipo, puedan llegar a territorio español y europeo sin jugarse la vida.

 

 

Desde las 13 comunidades autónomas en las que estamos presentes, desde las 53 sedes con las que contamos y en los 437 municipios a los que llegamos, atendimos, apoyamos y acompañamos a más de 77.000 personas en situación de vulnerabilidad y a las que ofrecimos cerca de 1.800.000 prestaciones, continuando con la ejecución de nuestra misión de defensa de los derechos fundamentales y atención a las personas en situación o riesgo de exclusión social.

Ampliamos nuestro Atlas de Refugio con información de cinco nuevos países

En Accem hemos actualizado la web interactiva Atlas de Refugio, un mapa navegable que permite conocer la realidad de las personas refugiadas que llegan a España huyendo de diferentes situaciones de conflicto, de persecución y de vulneración de sus derechos fundamentales en sus países de origen. En esta nueva versión se han introducido cinco nuevos países y regiones, como Palestina, de máxima actualidad informativa en estos momentos, junto a otras zonas más invisibilizadas en el continente africano como Marruecos, Nigeria, Guinea Conakry y Burkina Faso.

Con esta herramienta queremos sensibilizar sobre las razones que obligan a las personas a dejar atrás sus hogares y sus vidas. El Atlas de Refugio permite conocer la situación en los países de mayor reconocimiento de protección internacional en España, con un análisis de las causas y las situaciones de desprotección que viven las personas en estos países. Hasta la fecha, el mapa navegable ofrecía información sobre diez de los principales países desde los que llegan las personas refugiadas y beneficiarias de otros tipos de protección (Ucrania, Afganistán, Siria, Mali, Sudán, Venezuela, Colombia, El Salvador, Honduras y Nicaragua).

En el caso de los cinco nuevos países introducidos en el Atlas de Refugio, destaca la situación de Palestina que, según los últimos datos publicados este 2023, cuenta con 5,9 millones de personas refugiadas bajo el amparo de la UNRWA y más de 106 mil bajo el amparo de ACNUR. Se trata de cifras anteriores a la reciente escalada del conflicto irsaelí-palestino, que hace prever el empeoramiento de la situación de los derechos humanos en los territorios ocupados por Israel y el aumento del número de personas desplazadas.

Por otro lado, en el continente africano, el desplazamiento de miles de personas se produce como consecuencia de múltiples causas. En Marruecos, las cuestiones de género, orientación sexual, identidad de género y opiniones políticas son las principales razones que llevan a solicitar protección internacional, principalmente en España y en otros países europeos como Alemania y Francia.

En África Occidental, la violencia terrorista de origen yihadista, a través de distintos grupos armados, y una sucesión de golpes de Estado están llevando a millones de personas a huir de sus hogares en países como Burkina Faso, donde Acnur ha contabilizado más de dos millones de personas desplazadas forzosamente dentro del país en 2023. Se trata de una de las crisis de desplazamiento de mayor crecimiento en el mundo, marcada por la violencia, la pobreza, la escasez de alimentos y también el creciente impacto de la crisis climática.

Los ataques de los grupos islamistas extremistas que llevan ya nueve años asolando el territorio en Nigeria, donde las mujeres también son víctimas de violencias relacionadas con el género y las personas LGTBI+ sufren discriminación y persecución por su orientación sexual, llegando a ser castigadas con pena de muerte en aquellos estados donde la Sharía es aplicable. Según Acnur, en 2023 hubo 3,4 millones de personas desplazadas internamente en el país por la situación de inseguridad extendida en el país.

Finalmente, en Guinea Conakry organizaciones y activistas están denunciando la violación de los derechos fundamentales, como la libertad de expresión, asociación y reunión pacífica, y detenciones arbitrarias de varios miembros de la sociedad civil en un periodo de elevada inestabilidad política tras dos años del golpe de Estado. Más allá del clima político, otro motivo que impulsa la huida y la búsqueda de protección internacional es la persistencia de la práctica de la mutilación genital femenina, que a pesar de estar condenada por la ley afecta a un 94,5 % de mujeres y niñas, siendo éste el segundo país con la tasa más alta de mutilación genital femenina del mundo, solo superado por Somalia.

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Preocupación por el Pacto europeo sobre migración y asilo y la falta de vías legales y seguras

Dada la aprobación hoy mismo por parte de las instituciones europeas del Pacto europeo sobre migración y asilo, y a instancias de un futuro análisis más en profundidad, desde Accem advertimos del retroceso que puede suponer para los derechos y garantías de las personas refugiadas y migrantes. En primer lugar, nos preocupa que, si bien se recoge entre las principales medidas la lucha contra el tráfico de personas, no se establecen disposiciones que refuercen las vías legales y seguras como medio efectivo para erradicarlo y garantizar de ese modo la seguridad de las personas que se ven se ven en la necesidad u obligación de dejar atrás sus vidas, familias, entorno y países de origen.

En relación con la gestión de los flujos de personas, otro de los aspectos que consideramos debe ser revisado de dicho acuerdo es que pone el foco de la gestión migratoria en el control fronterizo e incide en la externalización de fronteras, fomentando acuerdos con terceros países que no garantizan el cumplimiento de los Derechos Humanos dentro de su territorio. Además, será criterio de cada Estado miembro establecer qué países considera seguros. En Accem creemos que el debate alrededor de la migración no puede estar centrado en cuestiones relacionadas con la seguridad y debe focalizarse en un enfoque garantista de los Derechos Humanos.

En esta línea, otra de las cuestiones que nos preocupa es el establecimiento de un nuevo procedimiento acelerado en frontera, con privación de libertad, que puede durar hasta seis meses, mientras se resuelven los expedientes, lo que supone una ampliación de los plazos de detención, incluso en el caso de los menores de edad. Este hecho puede provocar una deficiente detección de las necesidades de protección de las personas y que algunas puedan llegar a ser retornadas, siendo expuestas a sufrir persecución. Además, hay que incidir en que uno de los criterios que se establecen para someter a las personas migrantes a este proceso es el origen, pues ciudadanos/as de países que tengan baja tasa de reconocimiento de protección internacional se tendrán que someter a este criterio, lo que supone una discriminación por razón de orígen. 

Otra de las cuestiones por las que desde Accem mostramos nuestra preocupación es el hecho de que el pacto permita a un país, ante una situación de crisis, flexibilizar o suspender temporalmente las obligaciones que le imponen las normas de la UE sobre asilo. Esta circunstancia, según el acuerdo, puede ser consecuencia, o bien de un aumento de llegadas o de la “instrumentalización” de la migración por parte de un país tercero para afectar a un Estado miembro.

Además, queremos recordar que ya existe un mecanismo para gestionar situaciones de crisis de llegadas, recientemente utilizado: la directiva europea de Protección Temporal. Se trata de un mecanismo garantista, que acelera el amparo y la garantía de derechos de las personas refugiadas y que se ha probado eficaz para resolver crisis de calado humanitario. Consideramos que, precisamente, este acuerdo de migración y asilo va en el sentido contrario de esta norma, al posibilitar que se incumplan parcial o totalmente las normas de asilo y refugio.

Por último, lamentamos que un pacto que tenía entre sus objetivos garantizar una protección igual y efectiva en todos los países de la UE para las personas refugiadas pueda derivar en ampliar más las diferencias a la hora de aplicar los criterios del sistema europeo común de asilo. Así pues, nos inquieta el concepto de solidaridad obligatoria pero flexible, que establece la existencia de cuotas de redistribución de demandantes de asilo de las cuales, sin embargo, los países podrán exonerarse a cambio del pago de 20.000 euros por persona, contribuyendo con medios materiales a la gestión migratoria de la UE o asumiendo la gestión de personas que están en su territorio aunque entrasen por otro país, que sería al que correspondería su gestión.

Informe AIDA – Country Report: Spain – Actualización 2022

Título: Informe AIDA – Country Report: Spain – Actualización 2022.

Autoría: Accem.

Edita: ECRE (European Concil of Refugees and Exiles).

Año de edición: 2023.

Páginas: 178.

Actualización del Informe País dedicado a España, con toda la información sobre la situación del asilo en 2022. Accem, como organización miembro de la red ECRE, ha sido la entidad encargada en exclusiva de realizar el informe sobre España para el proyecto AIDA (Asylum Information Database), una base de datos gestionada por ECRE que contiene información sobre los procedimientos de asilo, condiciones de acogida, detención y desarrollo de los dispositivos de protección internacional en los países europeos.

El objetivo de AIDA es contribuir a mejorar las políticas de asilo y las prácticas asociadas en Europa, así como mejorar las condiciones de vida de las personas solicitantes y beneficiarias de protección internacional, proporcionando a los actores relevantes información y herramientas apropiadas para el trabajo de incidencia y litigio, a escala estatal y europea.

En esta edición, además, se ha añadido un anexo expresamente para incluir los datos referentes a la Protección Temporal en el ámbito europeo tras la habilitación de esta figura de asilo a raíz del inicio del conflicto en Ucrania.

 

Informe AIDA – Country Report: Spain – Actualización 2021

Título: Informe AIDA – Country Report: Spain – Actualización 2021.

Autoría: Accem

Edita: ECRE (European Concil of Refugees and Exiles)

Año de edición: 2022.

Páginas: 170.

Actualización del Informe País dedicado a España, con toda la información sobre la situación del asilo en 2021. Accem, como organización miembro de la red ECRE, ha sido la entidad encargada en exclusiva de realizar el informe sobre España para el proyecto AIDA (Asylum Information Database), una base de datos gestionada por ECRE que contiene información sobre los procedimientos de asilo, condiciones de acogida, detención y desarrollo de los dispositivos de protección internacional en los países europeos.

El objetivo de AIDA es contribuir a mejorar las políticas de asilo y las prácticas asociadas en Europa, así como mejorar las condiciones de vida de las personas solicitantes y beneficiarias de protección internacional, proporcionando a los actores relevantes información y herramientas apropiadas para el trabajo de incidencia y litigio, a escala estatal y europea.

 

Informe AIDA – Country Report: Spain – Actualización 2020

Título: Informe AIDA – Country Report: Spain – Actualización 2020.

Autoría: Accem

Edita: ECRE (European Concil of Refugees and Exiles)

Año de edición: 2021.

Páginas: 146.

Actualización del Informe País dedicado a España, con toda la información sobre la situación del asilo en 2020. Accem, como organización miembro de la red ECRE, ha sido la entidad encargada en exclusiva de realizar el informe sobre España para el proyecto AIDA (Asylum Information Database), una base de datos gestionada por ECRE que contiene información sobre los procedimientos de asilo, condiciones de acogida, detención y desarrollo de los dispositivos de protección internacional en los países europeos.

El objetivo de AIDA es contribuir a mejorar las políticas de asilo y las prácticas asociadas en Europa, así como mejorar las condiciones de vida de las personas solicitantes y beneficiarias de protección internacional, proporcionando a los actores relevantes información y herramientas apropiadas para el trabajo de incidencia y litigio, a escala estatal y europea.

 

Aulas Refugio: recursos educativos para hablar en la escuela de género y refugio

Si eres profesora (o profesor), si participas en algún proyecto de carácter educativo o de sensibilización social, esto te interesa. Ponemos a tu disposición herramientas audiovisuales y actividades educativas ya diseñadas y gratuitas para que puedas trabajar con tu grupo la realidad de las personas refugiadas y, particularmente, de las mujeres refugiadas, obligadas a huir al sufrir persecución y/o violencia por causas asociadas a su condición de género.
  
Como entidad especializada en asilo, con una experiencia de 30 años en el apoyo a las personas refugiadas en España, en Accem somos conscientes de la importancia decisiva de la educación y la sensibilización como herramientas de transformación social. También sabemos de la importancia de contar con recursos ya preparados para que educadores y educadoras puedan llevar a sus aulas temáticas comprometidas y al mismo tiempo complejas como el asilo y la necesidad de refugio.
Desde Accem te presentamos nuestra serie de talleres “Penélope y las mujeres refugiadas”. A partir de dos cortometrajes de animación de contenido didáctico facilitamos la introducción a la persecución por motivos de género y la existencia de un instrumento esencial en la salvaguarda de los derechos humanos: la protección internacional.
Para ello recuperamos el mito clásico de Penélope, uno de los principales personajes de “La Odisea” de Homero. Penélope espera el regreso de Ulises, mientras sufre el acoso de hombres que pretenden forzarla a casarse con ellos. Nosotras/os le damos la vuelta al mito: Penélope ya no quiere esperar más y decide huir de Ítaca acompañada de su hijo para ponerse a salvo. Durante el viaje le esperarán grandes riesgos y peligros, siempre agravados por ser una mujer. Con Penélope queremos simbolizar a todas las mujeres refugiadas, enfrentadas a formas específicas de violencia y persecución por el mero hecho de ser mujeres.
Te invitamos a entrar en nuestra página de Mujeres Refugiadas, en la sección de Aulas Refugio y descargarte todos estos materiales audiovisuales, didácticos y por supuesto gratuitos que están disponibles para trabajar con tu alumnado y/o grupo.

Presentación de la cuarta edición de la revista Altaveu

El proyecto “La nostra ciutat, el teu refugi” (Nuestra ciudad, tu refugio) celebró el pasado 12 de febrero la fiesta de presentación de la cuarta edición de la revista Altaveu y la nueva imagen de campaña de este proyecto desarrollado por Accem y CEAR con el apoyo y financiación del Ayuntamiento de Valencia.

Más allá de la presentación, la fiesta, que se celebró en el espacio cultural Sankofa, en el barrio de Patraix, fue un espacio de encuentro entre los/as vecinos/as de siempre y los nuevos/as que llegan, donde las personas asistentes disfrutaron del micro abierto, la comida, la compañía, y sobre todo, de un ambiente diverso, acogedor y emotivo. El evento contó con la asistencia de Maite Ibáñez, concejala de Cooperación al Desarrollo y Migración en el Ayuntamiento. Asimismo, se dieron a conocer los textos ganadores del III Concurso de Microrrelatos La Nostra Ciutat, el Teu Refugi.

Os invitamos a leer la revista digital, donde encontraréis artículos, testimonios, datos, entrevistas y experiencias compartidas con un enfoque en positivo, huyendo de la victimización del colectivo de personas refugiadas y solicitantes de asilo, y visibilizando su empoderamiento y resiliencia. Además, esta edición ha centrado el foco en aportar una perspectiva de género en todo el proceso dando espacio a voces femeninas y poniendo atención en la condición de género como motivo de asilo.

Por otra parte, se eligió el nuevo lema de campaña para el proyecto: “El refugi comença en tu”, un mensaje que apela a la responsabilidad y la acción de los y las habitantes de la ciudad para que todas las personas podamos disfrutar de los mismos derechos. Cualquiera tiene derecho a rehacer su vida tras haber sufrido un conflicto y para ello es necesario que las personas a su alrededor estén dispuestas a facilitarle el proceso de acogida e integración en la cotidianidad del barrio, ciudad o pueblo donde vive.

En 2019 se realizaron en la Oficina de Extranjería de Valencia un total de 5.548 peticiones de asilo, que suponen un aumento de más del 35,3 % respecto al año anterior, según los datos del Ministerio de Interior ofrecidos el 31 de diciembre de 2019. Aunque la gran mayoría de la gente ha oído hablar sobre las personas refugiadas todavía existe un gran desconocimiento sobre la situación de este colectivo. La falta de información genera mitos, prejuicios y una imagen estigmatizada que constituye el primer obstáculo en el procedimiento de inclusión y acogimiento, que afecta, por supuesto, a la integración de la persona y dificulta su propósito de rehacer su vida.

Los contenidos de la revista Altaveu buscan combatir esa visión sesgada y distorsionada dando voz a las personas solicitantes de asilo a través de artículos, testimonios, datos, entrevistas y experiencias compartidas con un enfoque en positivo, huyendo de la victimización y visibilizando su empoderamiento y resiliencia.

> Accede aquí al cuarto número de la revista Altaveu. 

El éxodo de Achraf

La historia de Achraf (nombre ficticio) es una entre tantas historias vividas por personas que abandonan sus países de origen. Niños y niñas que dejan atrás a sus familias y se embarcan en travesías migratorias que, aunque peligrosas, sienten que les aleja del ostracismo, de la persecución y de la muerte.

Mi infancia en Mauritania

Me llamo Achraf y nací en Zuerat, una ciudad del norte de Mauritania. Vivía con mis padres y mis catorce hermanos. En el barrio vivían también mis tíos y primos. Éramos muchos y no tuve la atención total de mi madre… no tenía para dar a todo el mundo.

Con mi padre no había comunicación. Trabajaba en una mina de hierro por muy poco dinero y recuerdo que había muchos problemas porque mucha gente moría en ese trabajo. Mi madre estaba en casa, en silla de ruedas, y venían a veces los abuelos y las tías… toda la familia vivíamos en el mismo sitio. Éramos pobres, no teníamos nada, solo lo básico, pero no hasta el punto de pasar hambre. El agua la traíamos de una fuente de fuera, no teníamos agua en casa. Si queríamos algo, no podíamos comprarlo. No podías comprar cualquier cosa.

Cada uno hacía lo que quería, y la mayor parte del tiempo estábamos jugando. Tenía amigos, pero no jugaba mucho con ellos. Mis amigos eran mis primos; no tenía amigos fuera. A la escuela no fui… como era árabe me mandaron a aprender el Corán a un sitio que es como un aula a la que va la gente para aprender, pero no a una escuela.

Todo era normal, salvo porque mi hermano estuvo abusando de mí unos siete años. Se lo conté a mi madre, pero ella quería proteger más a mi hermano que a mí. No quería que tuviera consecuencias, aunque tampoco podía hacer nada, estaba enferma.

Desde los ocho años viví en un miedo continuo, siempre tenía miedo de que la gente se enterase de lo que mi hermano hacía… La orientación sexual era algo peligroso. Recuerdo que te podían perseguir e incluso matar, te podían matar incluso si solo hacías algún gesto raro. Y la persecución era tanto por la policía como por el entorno, por la comunidad. Era algo prohibidísimo. Si se llegaban a enterar de lo que me hacía mi hermano podrían matarle.

Cuando era pequeño había algo raro con los demás, pero yo intentaba siempre no darles motivos ni enseñarles cuál era mi orientación sexual. Elegí separarme del resto después de lo que me pasó con mi hermano. Me perjudicó psicológicamente. Preferí estar apartado de todo el mundo. Tenía miedo a que alguien me viera, se me acercara y quisiera algo de mí también, o me tratara mal… siempre me alejaba.

Estuve hasta los 12 años en mi pueblo. La gente con poder hacía lo que quería… y la que no, pues tenía que tragar. La gente trabajaba por muy, muy poco dinero. Teníamos un ambulatorio pequeño con un médico, pero no era un hospital… aunque estábamos todos sanos, ¡gracias a Dios!

En mi familia éramos musulmanes practicantes. Yo vivía mi espiritualidad. Soy musulmán y soy muy creyente, porque creo que Dios me ha ayudado muchísimo en mi vida. A mí nadie me ha dado nada. Es gracias a Dios que sigo aquí. Sé que en la religión la homosexualidad está prohibida, pero si Dios quiere que haya sido así, soy así.

El comienzo del éxodo

Yo tenía un amigo, que era mi primo. Y cuando tenía doce o trece años, el mismo juego que hacía mi hermano conmigo, yo lo hacía con mi amigo. Pero era consentido por los dos. Un día, cuando estaba jugando con él, nos pegaron en la cabeza. Casi nos matan. Entonces decidí irme de casa. La gente empezó a enterarse y por eso me fui sin decir nada a nadie. Me marché con mucha amargura. Allí nadie sabe si sigo vivo o estoy muerto.

Cogí un tren a Nuadibú, aunque en ese momento no sabía el destino. Solo quería huir de ahí. Estuve mucho tiempo viviendo en el puerto, de las limosnas de la gente. Abusaron de mí también, muchas veces. Muchos hombres me decían: “te voy a ayudar, te doy cariño, te ayudo…”. Pero el objetivo era el sexo.

Un día decidí que quería salir de ahí. Subí a un camión que salió por la mañana y, por la tarde, ya estaba en Marruecos. Nunca más he vuelto a mi país.

Llegué a Dajla, una ciudad al sur de Marruecos. Las ciudades del sur de Marruecos son muy similares a Nuadibú. Yo podía pasar por marroquí, porque el acento era muy similar… Como era verano, dormía en la calle.

En Marruecos me empecé a juntar con gente con mi misma orientación sexual. Pero la situación fue el mismo infierno porque la posición para los homosexuales allí también es muy mala: no puedes pedir ayuda. Si hubiera pedido ayuda me habrían atacado y encima me habrían dicho que la culpa es mía. No puedes decir que eres homosexual ni que te quieren violar o que te han violado. Lo bueno es que había un apoyo entre las personas que estábamos juntas en la calle.

Después de Dajla me marché a El Aaiún y allí me quedé también en la calle. Nos encontramos con mafias que nos pedían mucho dinero para transportarnos. Nos juntábamos en grupos y nos poníamos a investigar cómo cruzaba la gente para llegar a Canarias. Finalmente pude ahorrar el dinero necesario para ir a Tan-Tan, y de allí acabé en Agadir. Iba sin destino. Sufrí mucho. La gente era violenta. Se imponía siempre la ley del más fuerte.

En Agadir acabé en una estación de autobuses en la que todo el mundo sin hogar se juntaba. En Agadir la gente pagaba por tener sexo. Antes era forzado. Ahora se pagaba por ello. Empecé a fumar colillas del suelo, luego el pegamento… hasta llegar a Marruecos nunca había tomado drogas. En Agadir era obligatorio ir con una pandilla, no se puede sobrevivir solo en la calle. Y como la pandilla con la que iba se metía esto, yo también lo probé. Con esto me olvidaba de todo. No sentía ni hambre, ni soledad. Todos en la pandilla hacíamos lo mismo… todos hacíamos sexo a cambio de dinero o de comida o de droga.

Juventud en Marruecos

Tras algunas otras paradas por distintas ciudades de Marruecos, me quedé tres años en Casablanca. Es una ciudad bastante conflictiva. Un día conocí a un carpintero y le pedí trabajo. Me preguntó: “pero, ¿dónde vives?”, y le dije: “soy del Sáhara, vivo en la calle”. El carpintero me respondió: “no hay problema, vives conmigo”. Este señor era muy bueno y tenía muy buena intención.

Un día conocí a un chico cerca del taller que empezó a venir a verme al local. La madre del chico me invitaba a comer, a subir a casa… El chico me llevó a unas asociaciones de actividades y entonces empezó entre nosotros una relación mucho más estrecha que derivó en amor entre los dos. Nadie sabía nada, ni siquiera el carpintero… hubiera tenido problemas si alguien llegaba a enterarse.

El chico era buen chaval. Estudiaba y yo le acompañaba por la tarde a la asociación: hacíamos teatro e íbamos a clases para aprender a leer y escribir. Su primo también empezó a salir con nosotros. Comencé a comer bien, a dormir bien y la gente me trataba mejor. Después de que el primo viniera mucho con nosotros y nos hiciéramos más amigos, nos dijo: “¡Vámonos a España!”.

Nos escapamos. No le dije a nadie que nos íbamos, ni siquiera al carpintero. Fuimos hasta Tetuán y ahí cogimos un taxi hasta la frontera con Ceuta. Pero antes de cruzar la frontera, nos cogió un policía marroquí. Éramos menores sin papeles… así que nos arrestó y nos metió al calabozo. En la prisión nos pegaron. Si pedías ir al baño, venían y te pegaban. Nos tomaron declaración, pero como no teníamos papeles nos soltaron a los tres.

De ahí fuimos a Tánger, donde pasamos muchas noches durmiendo en un parque en el que se juntaba mucha gente que vivía en la calle y quería cruzar a Europa. Allí apareció el padre del primo de mi amigo, que nos estaba buscando. Se llevó a los dos y yo me quedé solo.

Yo no tenía donde volver. Empecé a trabajar con un pintor y encontré otra pareja, otra persona especial. Con él no fumaba ni bebía. Los problemas de la calle y la noche se acabaron. Intentábamos pasar desapercibidos, pero teníamos miedo… Un día este chico quiso cambiar de oficio, me pidió que le acompañara pero yo no quise. Entonces se acabó. Nos separamos sin problemas. Estuve dos años en Nador, donde encontré otra pareja. Su nombre era Asim. Pasamos buenos tiempos. Nuestra intención era llegar a España y Asim siempre repetía: “que quiero ir, que quiero ir. Tenemos que ir a Europa. Si vamos a Europa podremos vivir más libres, más tranquilos”. Al final conseguimos cruzar a Melilla.

Yo no quería entrar en el CETI porque vivía bien, pero al final sí que entramos. Una noche, durmiendo en la playa, nos cogió la policía y nos llevó al CETI. Pero solo entrábamos a dormir, no vivíamos allí. Nadie me habló en el CETI de la posibilidad de pedir asilo. Creía que solo era es un sitio para dormir y ya está.

Estuve en Melilla más de un año… hasta que, finalmente, pude llegar a Madrid. Asim se quedó en Melilla.

Bienvenido a España

En Madrid, desde CEPAIM me llevaron a una casa con cinco marroquíes. Todo bien, aunque hubiera deseado tener otros compañeros que fueran como yo, porque tenía mucho miedo. Al abogado yo solo le expliqué la etapa de mi hermano, cuando me violó, pero de mi orientación no le dije nada. Me aconsejó que pidiera asilo y, tras realizar la entrevista, me sentí aliviado. Era la primera vez que podía hablar con alguien y que me escuchara. Eran preguntas muy íntimas, pero lo preferí así. Es como que me liberaron de algo que tenía por dentro.

Me derivaron a Burgos. Es una ciudad pequeña y todo el mundo acaba conociéndote. A mí me hubiera gustado estar en un piso con otras personas LGTB porque así me podría comportar como soy y no tendría que hacer esfuerzos. Si no entienden cómo soy, siempre va a haber problemas…

En la primera fase tengo una rutina: me levanto, voy a clases, duermo. En la segunda fase estoy mejor porque conozco a un chico, Mohamed. Ya llevamos tres meses juntos. Mohamed quiere irse a Madrid, porque dice que esto es pequeño. Yo me quiero ir con él. Allí habrá cosas para hacer activismo LGTB y conocer a más gente. En Burgos tengo amigos, pero no saben que soy homosexual.

Gracias a Dios todo ha ido bien, aunque no tengo permiso de trabajo todavía hasta que hable mejor la lengua. Yo quiero trabajar. Quiero estudiar mecánica.

No tengo nostalgia de nadie salvo de mi madre, pero no he vuelto a saber de ella. Soy muy afortunado. Conozco gente que ha vivido vidas mucho peores que la mía. Antes era la ley de la selva y pensaba: “¿cómo me va a ayudar Dios? Si siempre que le pido me da una colleja”. Pero ahora sí pienso que Dios me ha ayudado mucho en mi camino. La vida es dar y recibir. Es así con la gente. La gente muchas veces quiere sacar algo de ti, no es ayuda sincera. Quien me ayuda de verdad es Dios.

Me gustaría quedarme ya en España, tranquilo. Aunque hoy digo España, pero, ¿quién sabe el destino? Ahora no sé el paso que viene después, ni cómo va a ser… Solo Dios lo sabe.

Por Achraf, solicitante de asilo mauritano

La historia de Achraf: cómo sobreponerse a la adversidad

A pesar de las duras situaciones que atraviesa Achraf a lo largo de su vida, una y otra vez consigue sobreponerse a la adversidad. Aunque no contara con el amor y el apoyo incondicional de la familia durante la infancia, el joven mauritano construye a lo largo de su proyecto migratorio varios vínculos afectivos. El establecimiento de estas relaciones constituye un motivo más para seguir, un amor y un apoyo entre iguales que no pudo sentir cuando era niño.

La historia de Achraf nos ayuda a comprender cómo son las vidas y procesos migratorios de muchos niños que huyen de sus hogares por culpa de la violencia y la intolerancia. En su caso, en la República Islámica de Mauritania, la homosexualidad está penalizada con la muerte y está terriblemente considerada por la sociedad. Como niño y como homosexual se vio enfrentado a condiciones aún más duras para poder sobrevivir. Así, Achraf es víctima de una opresión que se ejerce sobre las personas LGTB y sobre las personas migrantes. Pero al mismo tiempo es una persona fuerte y resiliente que ha luchado hasta el último momento para poder llegar a nuestro país.

> Accede al informe de Accem sobre “La situación de las personas solicitantes de protección internacional y refugiadas LGTBI”.