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Accem aborda el fenómeno de las ciberviolencias sexuales y sus efectos en mujeres migradas jóvenes

Desde Accem hemos presentado un estudio elaborado en el último año en el que, mediante la investigación y la participación de mujeres jóvenes migrantes, se ha indagado en la normalización de las ciberviolencias sexuales, planteando estrategias para su detección y prevención. Este estudio se enmarca en la línea de investigación sobre género y migraciones que llevamos trabajamos en los últimos años.

En el informe, titulado “Violencia sexual digital y mujeres jóvenes migradas”, se ha hecho un diagnóstico en torno a los tipos de ciberviolencias sexuales y se han tratado temas de relevancia como son los indicadores para la detección, los mitos, estereotipos de género y las falsas creencias que sustentan su normalización, así como las posibles estrategias para su prevención.

Las mujeres migradas jóvenes sí las detectan

Las nuevas generaciones identifican más fácilmente las amenazas, los chantajes, la intimidación o insistencia continuada como elementos explícitos de la violencia, y son para ellas los indicadores de detección más fiables. También tienen muy asimilada la idea del consentimiento de la mujer, así como cuando hay una negativa por su parte y no sienten que están siendo respetadas, consideran que se trata de violencia.

El hecho de difundir contenidos íntimos sin su autorización (práctica conocida como sexpreading) es otro indicador que, por sí mismo, define para ellas lo que es una situación de ciberviolencia sexual y que, además, lo perciben como un delito.

Y, por último, le dan mucho valor a las emociones negativas y malestares (culpabilidad, inseguridad, ansiedad, miedo, nerviosismo…) que pueda estar sintiendo la mujer en esas interacciones como forma de reconocer una situación de violencia sexual online. Este último indicador es clave para detectar aquellas violencias sexuales online más sutiles que no encajan en los niveles anteriores y que son más difíciles de reconocer y, con ello, repensar el lugar que ocupa el consentimiento en estas situaciones.

Se normalizan las violencias sexuales online no explícitas

Los comentarios o insinuaciones sexuales no deseadas a través de redes sociales e internet, junto con el sexting coercitivo, son los tipos de ciberviolencias sexuales que más se normalizan en el día a día. Las mujeres migrantes que han participado en la investigación no le dan tanta importancia porque no lo ven tan violento como otros tipos que se caracterizan por coacciones, extorsión, amenazas o chantajes. Más bien lo entienden como parte del juego de seducción o la broma o simplemente como comentarios desafortunados.

Interpretar la parte simbólica (dobles sentidos, metáforas, bromas y juegos de palabras) como acoso sexual es especialmente dificultoso para las mujeres migradas que tienen dificultades idiomáticas o de comprensión de los códigos culturales.

El informe destaca que el reto que se planeta en estos casos es no encubrir la violencia sexual digital más sutil, como puedan ser las bromas, al justificarlo como una cuestión de confianza, complicidad, o buen hacer de las personas y acabar con eufemismos tales como “fuera de lugar”, “inapropiados”, “que no vienen a cuento”, “comprometidos” para referirse a contenidos sexuales violentos, no deseados o presiones.

Hay que desmontar el mito de la mujer como responsable 

Tanto el sistema patriarcal como la violencia sexual se basan en la dominación del hombre hacia la mujer, considerándolo como “el orden natural de las cosas”. Pero lejos de ser natural o normal, esta dominación y violencia está sustentada por mitos, falsas creencias y estereotipos que contribuyen a la creación de un pensamiento personal y colectivo en torno a las causas y consecuencias de las ciberviolencias sexuales.

Los estereotipos y mitos del género sobre mujeres que exageran, se exponen en redes sociales, que no se cuidan en Internet o no saben de tecnologías, son absorbidos por gran parte de la sociedad y esto tiene graves consecuencias. Se sigue poniendo el foco en la mujer para la prevención y la actuación frente a la ciberviolencia sexual, exigiéndole medidas de autoprotección. Se limita así la participación de las mujeres y sus relaciones personales en el mundo digital. Además, el ambiente misógino presente en las TRIC potencia el miedo a nombrar la violencia machista ya que las mujeres son señaladas y ridiculizadas.

Por lo que, garantizar que las mujeres puedan desarrollarse (personal, relacional y sexualmente) en las TRIC fuera de la culpa, la responsabilidad y el miedo es uno de los principales retos que plantea esta investigación.

Por una prevención estructural que integre a los hombres

No es sostenible que la prevención continúe centrándose en lo que deben hacer las mujeres a título individual, cuando sabemos que las causas de las ciberviolencias sexuales son estructurales (patriarcado). Aun así, el calado de esta trayectoria es tan profundo que en las experiencias cotidianas de las mujeres migradas sigue habiendo reflejos de las contradicciones de las que las mujeres se hacen cargo: el dilema moral entre autoprotegerse y el derecho a la libertad sexual o de intimidad.

Faltan nuevos actores que intervengan en la prevención para deshacer esta tensión, y es aquí donde las instituciones públicas y las plataformas digitales deben intervenir. Por un lado, con la educación afectivo-sexual dirigida a los hombres y centrada en las masculinidades frágiles e igualitarias. Y, por otro lado, con la participación activa de las empresas tecnológicas para garantizar que estos entornos digitales estén libres de violencias machistas online.

Los objetivos a conseguir con este tipo de prevención son: conseguir que los hombres sean agentes de cambio en la erradicación de las ciberviolencias sexuales e incorporar la perspectiva de género en las empresas que gestionan las plataformas digitales. Para con todo ello, desbloquear el dilema moral y garantizar un equilibrio entre el autocuidado y la libre participación de las mujeres en los espacios digitales y tecnológicos.

> Descarga el informe “Violencia sexual digital y mujeres jóvenes migradas”

El programa de atención a víctimas de trata y otras violencias en Cartagena atiende a más de 330 mujeres en dos años

Hace dos años, desde Accem pusimos en marcha en Cartagena un programa de “Atención y acompañamiento a mujeres víctimas de trata y otras formas de violencia contra la mujer’, financiado por la Consejería de Mujer, Igualdad, LGTBI, Familias y Política Social de la Región de Murcia, con fondos del Pacto de Estado contra la Violencia de Género. Este proyecto surgía de las necesidades que los/as profesionales de nuestra entidad observaban en algunos casos de mujeres a las que atendemos o acogemos y tiene como finalidad mejorar la calidad de vida de estas víctimas y detectar posibles casos de trata, explotación sexual y otras formas de violencia contra la mujer.

Hasta la actualidad, se ha prestado atención a más de 331 mujeres en esta localidad en el marco de esta iniciativa. Además, se han abierto 167 expedientes, de los cuales la mayoría responde a mujeres en situación de explotación sexual, entre las cuales hay casos de trata con fines de explotación.

El principal objetivo que motivó la puesta en marcha de este programa fue el de mejorar la calidad de vida de las mujeres, puesto que, en el ejercicio de nuestra labor, observamos casos de mujeres que nos exponían diversas situaciones que considerábamos debían tener un adecuado seguimiento. Se trata de contextos invisibles, en los cuales, además, las mujeres sufren el peso de la estigmatización o viven amenazadas y forzadas a no hablar de estas situaciones.

El perfil de las afectadas por la trata responde, mayoritariamente, a mujeres jóvenes migrantes con cargas familiares, en situación administrativa inestable o irregular y en contexto social y económico de vulnerabilidad. Cartagena, en concreto, es una localidad con alto porcentaje de mujeres de diferentes nacionalidades que, muchas veces, sufren situaciones de violencia y/o son prostituidas, siendo muchas de ellas mujeres inmigrantes con un gran desconocimiento de las ayudas que pueden tener para salir de las situaciones que viven de maltrato y explotación.

El programa, por tanto, dada la complejidad de los contextos a abordar, cuenta con un equipo multidisciplinar de profesionales de Accem, compuesto por una integradora social, una trabajadora social, una psicóloga y un abogado, que se encargan de los servicios de detección y acompañamiento, atención social y atención psicológica. La intervención se realiza de un modo integral, actuando no sólo con las mujeres afectadas sino también con su familia, contexto y su situación social. Además, el proyecto cuenta con servicio de atención jurídica básica y acciones de sensibilización.

Así pues, se lanzó una campaña de concienciación sobre este programa, destinada principalmente a los jóvenes, con el objetivo de que amplíen su mirada y tengan la capacidad de cuestionar situaciones intolerables de explotación de las personas. La protagonista del vídeo, Dyana, no es una única mujer, sino que representa a muchas más que sufren explotación sexual y trata de personas.

Asimismo, hay que señalar que el pasado 25 de febrero, se presentó el informe ‘Aproximación a la prostitución, la trata y la explotación sexual en Cartagena’, dado que se detectó, a raíz de la puesta en marcha del programa, la escasa información existente acerca de la trata de personas. Por ello arrancó la investigación, realizada desde el Observatorio de la Exclusión Social, del que Accem forma parte junto a la Universidad de Murcia, para recopilar la información y dar a conocer este fenómeno, en este caso en el término municipal de Cartagena.

> Consulta otras noticias sobre la lucha contra la trata de personas. 

> Conoce el trabajo de Accem contra la trata.

Investigación Acción Participativa con mujeres jóvenes migrantes sobre violencia sexual digital

Nombre del programa: Investigación Acción Participativa con mujeres jóvenes migrantes sobre violencia sexual digital.

Ámbito territorial: Estatal.

Financiación: Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030. Convocatoria IRPF año 2021. Periodo de ejecución 2022.

Contenido: A través de la Investigación Acción Participativa (IAP), este proyecto pretende generar un conocimiento riguroso y práctico sobre la problemática de la violencia sexual en los entornos digitales. Se parte de que existe una normalización de la violencia sexual, especialmente aquella que no es física y que se escapa de los espacios del face to face, por lo que este proyecto contribuye a sensibilizar y visibilizar este tipo de violencias machistas en entornos virtuales tan presentes en la actualidad.

El objetivo  general es contribuir al empoderamiento de las mujeres jóvenes migrantes ante la violencia sexual digital. Para ello, se apuesta por un enfoque interseccional e interdisciplinar y una metodología participativa que permita construir espacios de reflexión-acción con las mujeres como protagonistas del proceso y creadoras de propuestas.

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Accem aborda las dificultades para la inserción sociolaboral de mujeres migrantes que han sufrido o sufren la violencia de género

Accem ha presentado este jueves un estudio elaborado en los últimos meses en el que aborda la inserción sociolaboral de las mujeres migrantes que han sufrido o sufren violencia de género. Este estudio se enmarca en la línea de investigación sobre género y migraciones en la que llevamos profundizado los últimos años. En este caso, el estudio se centra en el impacto de las violencias de género en el acceso y mantenimiento de un empleo para las mujeres supervivientes, así como sus principales necesidades, dificultades y condiciones sociolaborales.

En el estudio, titulado “La inserción sociolaboral de las mujeres migrantes víctimas de violencia de género”, se han tratado varios aspectos importantes para poder definir las condiciones y la realidad que viven estas mujeres. Así, se han abordado las necesidades específicas de estas mujeres durante el acompañamiento especializado o las dificultades que suelen encontrar en los recursos de orientación laboral.

Esta investigación ha centrado la atención en detectar estos factores que dificultan la integración laboral de estas mujeres, destacando los más importantes y exponiendo posibles soluciones y ejemplos de buenas prácticas que ayuden a mitigar estas problemáticas y a poder concluir con éxito su inserción.

Recuperar la autoestima y la motivación para lograr autonomía e independencia

Como mujeres que han sufrido las distintas formas que adopta la violencia, la violencia de género llega a ser incluso más determinante a la hora de poder acceder a un empleo e incluso de mantenerlo. Como señala el informe, “cuando se parte de una desigualdad estructural, por el hecho de ser mujer y ser migrante, todas las discriminaciones y violencias que van surgiendo alrededor afectan negativamente a las posibilidades para encontrar y mantener un trabajo digno en España”, sin embargo, apunta, “el maltrato machista acaba generando un daño emocional que les condiciona mucho a la hora verse como valiosas y profesionales”.

Por otro lado, es muy común que sus parejas o exparejas no les hayan permitido trabajar fuera de casa, por lo que “ellas mismas llegan a asumir que no valen para nada” y les deja unas profundas secuelas en su autoestima y su propio autoconocimiento.

Por este motivo, ayudar a reconocer las propias competencias y habilidades durante el trabajo de acompañamiento y de orientación, a la vez que se refuerza al mismo tiempo la autoestima y la motivación, permite que estas mujeres puedan descubrir nuevos caminos para lograr su autonomía y su realización tanto profesional como personal.

Una atención integral y personalizada para poder cumplir con la conciliación familiar

La trayectoria laboral y la trayectoria vital están enlazadas. Coordinar estos dos aspectos es una tarea complicada, especialmente para colectivos en situaciones de especial vulnerabilidad, como las mujeres inmigrantes que han atravesado episodios de violencia. Así, el informe destaca la necesidad de “una mayor dotación presupuestaria para la ampliación de recursos y número de profesionales en el ámbito tanto social, psicológico como laboral y de prospección”, que garantice un acompañamiento integral.

Además, la investigación hace hincapié en la duración de los programas de inserción laboral, la cual, generalmente, es muy limitada. Esta corta duración es uno de los mayores inconvenientes a la hora de poder conciliar con la vida familiar, una situación más acentuada para las mujeres que constituyen familias monomarentales y que dificulta compatibilizar la labor de inserción con su trabajo de cuidados. Por esta razón la investigación señala la importancia de la existencia de “ayudas o becas de conciliación para el pago de escuelas infantiles, comedores, ludotecas, contratación de terceras personas…”, que permitan a las mujeres asistir a los talleres sin tener que ocuparse permanentemente del cuidado de menores o familiares dependientes.

La sensibilización, herramienta clave contra los estereotipos y la precariedad

Concienciar a la sociedad a favor de una cultura que promueva la igualdad efectiva entre hombres y mujeres, libre de racismo y de prejuicios, es clave para crear espacios seguros y desmontar las trabas y las desigualdades a las que se enfrentan las mujeres migradas supervivientes de estas violencias.

Esta sensibilización, indica el estudio, debe apuntar a “todos los estratos de la sociedad” para combatir, del mismo modo, prejuicios que conducen a la feminización y racialización de sectores más precarios y con peores condiciones laborales, como ocurre con el sector de las empleadas del hogar, “uno de los más olvidados en lo referente a sus condiciones sociolaborales”. Así, el desarrollo e implementación de planes de igualdad en las empresas que contemplen medidas específicas para estas mujeres permite “humanizar los procesos laborales, favoreciendo un mayor conocimiento de los procesos migratorios y del ciclo de violencia”.

La investigación, llevada a cabo con la financiación del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones y del Fondo de Asilo, Migración e Integración, también apunta a la idoneidad de “trabajar el empoderamiento en materia de derechos laborales e informar sobre todos ellos”, para tener herramientas disponibles ante posibles abusos, y abordar ciertas reformas que acaben con las desigualdades existentes en estos sectores precarizados y para las personas migrantes.

> Consulta y descarga la publicación “La inserción sociolaboral de las mujeres migrantes víctimas de violencia de género”.

Día Internacional de la Mujer – Lanzamos la campaña #Enfócalas8M

Unas gafas para fijar la mirada en mujeres invisibilizadas

Hay gafas que no corrigen la miopía ni sirven para la vista cansada, pero sí permiten enfocar la mirada en mujeres que sufren dobles discriminaciones, que pasan desapercibidas a pesar de vivir muy cerca. Desde Accem lanzamos la campaña #Enfócalas8M, con la que queremos llamar la atención sobre esos colectivos de mujeres y reivindicar, con unas lentes de papel, su papel en la sociedad y su espíritu de superación.

Son mujeres refugiadas y migrantes, supervivientes de diferentes tipos de trata. Unas cumplen condena en un sistema penitenciario pensado para hombres, otras han recorrido un largo camino hasta perder su hogar y vivir en situación de calle. La campaña abarca todas las edades, desde las mujeres más mayores que reclaman su papel en la sociedad y un envejecimiento activo, a las niñas y adolescentes que han llegado solas a nuestro país enfrentándose a muchos peligros.

Todas esas mujeres se enfrentan a situaciones difíciles, que se agravan por el hecho de ser mujeres. Las discriminaciones se cruzan, las amenazas de sufrir violencia se multiplican y el esfuerzo para superar esas circunstancias deben ser mayores.

Desde Accem desarrollamos actividades y proyectos con todos esos colectivos de mujeres, que demuestran una gran resiliencia y una firme voluntad de ser dueñas de sus vidas.

A través de la campaña #Enfócalas8M, lanzada en torno al Día de la Mujer, se ha querido recoger sus testimonios y también aportar información que ayude a entender mejor el contexto de sus vidas.

La campaña explica que 3 de cada 4 víctimas de trata en todo el mundo son mujeres y que se enfrentan a la explotación sexual, pero también al esclavismo laboral, la mendicidad obligada o son forzadas a cometer delitos. Cuenta que las mujeres sin hogar generalmente han recorrido un proceso más largo que el de los hombres y que para ellas es mayor el estigma de vivir en la calle, donde se enfrentan a un número mayor de amenazas de violencia y abusos.

La campaña relata que esos peligros de violencia sexual son muy reales en el trayecto de las mujeres que buscan refugio y en el de las niñas y mujeres no acompañadas que llegan a nuestro país. Y explica que el hecho de ser inferiores en número que los hombres lleva a que las mujeres reclusas tengan peores condiciones en el sistema penitenciario y menos oportunidades de formación y reinserción.

En estos días organizaremos decenas de actividades en diferentes ciudades con el lema #Enfócalas8M, incitando a toda la ciudadanía a ponerse unas gafas de cartón que les “permitirán” ver a todas esas mujeres. También extendemos la campaña por las redes sociales, con un filtro de Instagram que coloca esas gafas y una web donde se puede ampliar información.

> Visita la web de la campaña #Enfócalas8M.