Refugiadas ucranianas retornan al país para ponerse al frente de los cuidados familiares
Ahora que se han cumplido dos años del inicio de la guerra en Ucrania y nos acercamos a la celebración del 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, desde Accem ponemos nuestra atención en algunas historias de retorno voluntario de mujeres ucranianas, beneficiarias de protección temporal en España, que en los últimos meses han regresado a su país para atender distintas situaciones y necesidades familiares. Sin perder de vista el hecho de que retornar al país es un derecho fundamental, desde Accem ponemos el foco en algunas historias de mujeres refugiadas que, a pesar del peligro que supone, han decidido volver a Ucrania por motivos familiares y de cuidados.
Se trata de historias marcadas por la necesidad de atender a familiares en situación de dependencia, que también narran el estrés emocional que supone sostener los vínculos afectivos en la distancia. Se observa en estas historias el deseo y la necesidad de poner los cuidados familiares en el centro, a pesar de que eso suponga renunciar a la protección temporal y regresar a un país donde la guerra inicia su tercer año en curso.
Iryna Tyvanyuk, de 53 años, regresó a su ciudad de origen, Rivne, para atender a su padre, de 88 años. Huyó de Ucrania con dos hijos menores a cargo al poco tiempo de comenzar la guerra y la familia acabó instalándose en Valencia. En Rivne quedaron, entre otros familiares, sus padres, con distintas necesidades de atención y cuidados. La madre de Iryna falleció en junio de 2023 y fue entonces cuando Iryna decidió regresar a Ucrania para asumir los cuidados de su padre. Volver a casa ha sido una decisión no exenta de riesgo, según comenta, pues casi todos los días suenan las sirenas y la población acude a los refugios. “Si estamos en casa, salimos al pasillo y nos sentamos en sillas. Da miedo cuando vuelan cohetes y drones. Es peligroso en todas partes de Ucrania”, cuenta Iryna.
Desde que comenzó la guerra, en febrero de 2022, en Accem hemos atendido a un total de 35.050 personas procedentes de Ucrania, el 63% de ellas mujeres y la mayoría con menores a cargo. Muchas de estas familias han expresado en muchas ocasiones su deseo de regresar a Ucrania en cuanto la situación del conflicto bélico lo permitiese. Este sentimiento ha quedado reflejado en una encuesta realizada por ACNUR sobre intenciones y perspectivas de las personas refugiadas de Ucrania, donde un 65% han manifestado su deseo de volver a casa tan pronto como sea posible.
En el caso de muchas mujeres, el deseo de volver a casa también nace de la necesidad de superar el elevado estrés que supone la separación familiar prolongada. Es el caso de Natalia, de 48 años, que ha regresado a Odessa, una ciudad donde los bombardeos continúan a diario y donde los proyectiles caen sobre edificios residenciales mientras la población busca seguridad en los refugios antiaéreos cuando suenan las alarmas. “En 2022, cuando comenzó la guerra, mi hija y yo decidimos abandonar el país. Mi marido se quedó para trabajar y defender Ucrania”. Inicialmente alquilaron un piso, pero el dinero ahorrado comenzó a escasear para cubrir las necesidades básicas y entonces recurrieron a Accem. “Cada día leíamos las noticias y llamaba a mi marido. Fue muy difícil para nuestra familia estar separados. España es un gran país para pasar unas vacaciones, pero todos los días estábamos en Ucrania con el alma y contábamos los días para regresar. La situación actual da miedo, pero estamos en casa”, concluye.
Historias como las de Natalia e Iryna presentan muchas cosas en común con los más de cien casos identificados por los equipos profesionales de Accem en las fases de Acogida y de Valoración Inicial y Derivación que se pueden describir como retornos voluntarios por motivos de cuidados familiares. Entre las historias recogidas por el personal de Accem destacan casos como el de una mujer que ha retornado para atender a un sobrino con autismo; otra mujer mayor que ha regresado para el cuidado de sus nietos; una mujer y su hijo menor de edad que han vuelto para atender a una tía mayor que carece de otras redes de apoyo; y otra mujer, con cuatro menores a cargo, que ha regresado para cuidar a su hermana en coma tras sufrir un accidente de tráfico. Así, hasta 106 casos que se han podido identificar como retornos voluntarios por razones relacionadas con los cuidados y los vínculos familiares.
Con todo, estos retornos forman parte del cómputo global de más de 4,5 millones de personas que según la Organización Internacional para las Migraciones han regresado a sus hogares pese a la situación general de incertidumbre e inseguridad que supone la continuidad de la guerra en Ucrania. En este escenario, la vida y los cuidados se sostienen, con las mujeres al frente.
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