La lucha contra la discriminación y la promoción de la igualdad de trato son dos líneas clave en el trabajo de Accem como organización comprometida con la defensa de igualdad de derechos y oportunidades para todas las personas, con el apoyo a las personas en situación de mayor vulnerabilidad y con el impulso a la inclusión social de las personas refugiadas y migrantes que viven en España.
Nuestra experiencia, desde la atención directa, desde la acogida o desde el trabajo en red con otras entidades e instituciones nos ha llevado a profundizar en el estudio del fenómeno de la discriminación por origen racial o étnico, que no es en absoluto ajeno a la sociedad que habitamos. Es así como en los últimos años hemos tenido la capacidad y la posibilidad de emprender investigaciones que creemos suponen una contribución cualitativa a la construcción de conocimiento colectivo sobre esta realidad. A finales de 2023, presentamos el informe “INFRA-D: resignificando la denuncia”, resultado final de una investigación dirigida a estudiar las causas de la infradenuncia de los actos de discriminación desde la mirada de las personas migrantes de origen subsahariano que viven en España.
En un contexto en el que las experiencias de haber sufrido episodios de racismo, xenofobia o formas análogas de discriminación son un hecho, los datos nos indican que la ausencia de una denuncia, queja o reclamación alcanza el 82% de los casos, según datos del Consejo para la Eliminación de la Discriminación Racial o Étnico (CEDRE), del que Accem forma parte. Es el fenómeno de la infradenuncia, que describe el hecho de que la gran mayoría de las personas que han experimentado algún episodio de discriminación decide no realizar ninguna reclamación o denuncia. Las principales causas identificadas detrás de este fenómeno son la desconfianza en las instituciones y la percepción de que no sirve para nada y hacerlo sólo trae más problemas.
En nuestro estudio hemos profundizado en el estudio de este fenómeno para tratar de alcanzar una mayor comprensión que arroje luz sobre las causas que están detrás de tasas tan reducidas de denuncia o queja. Nos hemos detenido a estudiar, como aspecto de especial interés, en las distintas estrategias de afrontamiento de la realidad discriminatoria que se dan entre las personas migrantes de origen subsahariano. En este artículo vamos a exponer las principales estrategias que hemos identificado, partiendo de que cuando hablamos de afrontamiento, lo hacemos desde la premisa de una situación de estrés que la persona que sufre esa experiencia se ve en la necesidad de afrontar de una u otra forma.
La cuestión del estrés se revela desde el inicio como fundamental, pues el reconocimiento o la evaluación del episodio de discriminación sufrido como ‘estresante’ o no, estará en relación directa con la forma de responder de la persona que ha vivido esa situación. Y aquí entra en juego un factor que es central a la hora de estudiar esta realidad: la normalización del racismo.
La normalización: el racismo como una cuestión natural e inevitable
La normalización es un concepto sociológico que se refiere al proceso por el cual determinados comportamientos o actitudes se empiezan a considerar como ‘normales’ principalmente por la frecuencia con la que aparecen o por la presencia de discursos legitimadores que los respaldan. Cuando se da esta normalización, el racismo se acepta como una cuestión natural e inevitable.
La vulneración sistemática de derechos que sufren las personas migrantes, y en particular las personas negras en España, es un hecho incuestionable tal como indican los altos niveles de discriminación racial. Cuenta con cierta impunidad y contagio dentro de la esfera pública que repercute de forma negativa en la naturalización generalizada del racismo y los discursos de odio. Esta normalización lleva consigo la justificación de las acciones discriminatorias más cotidianas, simbólicas y más invisibles, como hemos podido comprobar en las entrevistas tanto a las propias personas migrantes como a expertos/as en la materia. En los testimonios recogidos hemos podido constatar cómo las personas que sufren estos incidentes se acostumbran al racismo y a la experiencia discriminatoria porque se ve y se siente todos los días en cualquier ámbito de la vida.
La realización de nuestro estudio nos lleva a la conclusión de que en España la discriminación racial es estructural y esto hace, a través del proceso de normalización, que muchos episodios de racismo cotidiano queden invisibilizados. Todo esto supone una barrera real a la hora de articular posibles acciones de denuncia.
Una vez planteado este factor que es esencial cuando hablamos de discriminación y de infradenuncia, pasamos a definir ahora las principales estrategias concretas de afrontamiento de la discriminación y el racismo que nuestro equipo de investigación identificó como fruto de las entrevistas realizadas y el trabajo teórico existente al respecto. Nos referimos, en nuestro estudio, a las respuestas ante episodios de lo que podríamos expresar como ‘racismo más cotidiano’, esto es, dejando al margen, por ejemplo las agresiones físicas.
Definiendo las principales estrategias de afrontamiento de la discriminación racial
Hay que matizar que las distintas formas de afrontamiento no son fijas, sino que están en movimiento. Esto quiere decir que una misma persona puede transitar a lo largo de su vida por diferentes respuestas ante el mismo tipo de hechos discriminatorios hacia su persona.
A continuación, exponemos los principales tipos de estrategias que hemos definido en nuestro estudio “INFRA-D: resignificando la denuncia”:
– Contradiscursos de resistencia: a menudo, y como elemento previo a las estrategias de afrontamiento ante episodios de racismo vividos en primera persona, ya se ha generado un discurso interno de rechazo hacia el trato desigual que reciben por ser personas migrantes o negras. Las personas de origen subsahariano que participaron en el estudio no aceptaban pasivamente la discriminación, sino que presentaban discursos de resistencia contra las ideas y actitudes racistas desde la necesidad de reivindicarse como personas iguales al resto. Estas resistencias se mantienen habitualmente en el plano discursivo como forma de desnaturalizar el racismo que ven hacia las personas africanas. Se trata de una respuesta aprendida sobre la que han ido tomando conciencia pero que no traspasa el marco de lo cognitivo. El objetivo es reducir y manejar el estrés que genera recibir tanto rechazo social, los sentimientos de inferioridad o autorresponsabilidad, así como reivindicar su lugar desde la igualdad de trato en la sociedad de acogida. Los discursos de resistencia sientan las bases de estrategias de afrontamiento más activas.
– Aguantar: es la forma de afrontamiento más habitual que detectamos en nuestra investigación. Las situaciones de vulnerabilidad y pobreza que les atraviesan en España les condiciona y les lleva a optar por este tipo de estrategia como una forma más de supervivencia. Se trata de un tipo de afrontamiento pasivo, motivado por sentimientos como la desesperanza o la resignación al considerar que el racismo siempre va a existir y que ellos/as no pueden hacer nada para que eso cambie. El discurso racista está tan interiorizado y cada vez más respaldado por la opinión pública, instituciones públicas y sociedad civil que hay un sentir compartido de que hay que aguantar estas experiencias de trato discriminatorio en la sociedad de acogida como el precio que hay que pagar por ser extranjero/a.
Aguantar se convierte en una estrategia de autoprotección y supervivencia para poder continuar con sus vidas hasta conseguir cierta estabilidad en el país. Son tantas las preocupaciones y las vulnerabilidades con peso en sus vidas como para tener que enfrentarse a episodios de racismo sin garantías de lo que pueda ocurrir. En resumen, aguantan porque no tienen otra opción, no es una cuestión cultural, es que no es sencillo salir de esa situación de indefensión. En esta estrategia está también muy presente la idea del sacrificio: se acepta y se aguanta la discriminación porque se asume el rol de inferioridad de la persona extranjera con respecto a la autóctona, pero con la esperanza de que esto cambie en algún momento. No se niega el dolor y el daño de estos actos discriminatorios, no se normaliza en este sentido, sólo que se opta por aguantar.
– Evitar o dejarlo pasar: las estrategias de evitación minusvaloran o restan importancia a los episodios de discriminación como forma de apaciguar las emociones negativas que generan. Las personas entrevistadas hablaban de dejar pasar estos episodios para que no les generen más problemas a largo plazo y para eludir el agotamiento que provocan, cuando además se considera que volver sobre estas experiencias una y otra vez no servirá para nada más que para remover las emociones negativas. Esta estrategia se manifiesta en la actitud o el discurso de no querer problemas, de sólo querer estar tranquilo/a, así como en que no se puede obligar a nadie a tratarnos bien, a que no nos discrimine. Lo que subyace es una aceptación desesperanzada del trato diferente o discriminatorio. En la evitación se apela al abandono del dolor, la rabia o el rencor para alcanzar la tranquilidad y evitar el conflicto y el sufrimiento. Otra forma de evitación consiste en centrarse en los aspectos más positivos de la vida en España, como forma de protegerse psicológicamente y seguir adelante.
– Adaptación negativa: esta estrategia supone un cambio de conducta ante los episodios de discriminación sufridos. Un cambio forzado por estos episodios. Es una forma de evitar que se tenga que pasar de nuevo por las mismas experiencias. El ejemplo más claro que aparecía en las conversaciones tenía que ver con la búsqueda de espacios o lugares alternativos que sean seguros y libres de racismo. Se abandonan los espacios donde se sufre la discriminación. La consecuencia negativa que describe este comportamiento adaptativo alude a que supone un límite a la movilidad, a la libertad de movimiento. En circunstancias extremas puede llevar al aislamiento o abandono del contacto social. Se insiste en la necesidad de encontrar espacios libres de racismo en los que coincidir entre iguales, buscar estos refugios y evitar aquellos lugares o circunstancias en las que se han sentido discriminados.
– Religioso: este tipo de respuesta consiste en recurrir a la ayuda espiritual para gestionar y manejar el problema a partir de la confianza depositada en Dios como estrategia para aliviar el sufrimiento. Aplicada al caso de la discriminación racial se trata de intentar establecer una explicación a estas situaciones y dejar en manos de factores externos la posibilidad de cambio o resolución del problema. En nuestros focus groups y entrevistas con personas migrantes, aunque se reconoce que es una forma frecuente de enfrentar algunos problemas en sus países de origen (Dios se ocupará de lo sucedido), en realidad se muestran bastante críticos con esta visión y actitud ante los problemas, no es el afrontamiento que prevalece para cuestiones racistas. Aun así, algunas de las personas entrevistadas sí que recurren a la religión para equilibrar la balanza de las malas acciones, es decir, tienen un pensamiento sobre el castigo y la sanción basado en la creencia de que lo malo que has hecho en algún momento se te va a devolver de la misma manera. Es un pensamiento asociado a la idea de una ‘justicia divina’ que prevalece.
– Mediación: con frecuencia, ante las experiencias de discriminación racial y étnica sufridas por las personas subsaharianas, en quienes está basado nuestro estudio, se produce un sentimiento de incomprensión ante los actos racistas que han vivido. Por ello, es frecuente la necesidad de un entendimiento entre las partes, una explicación, una reparación del daño emocional sufrido, la necesidad de una disculpa sincera, en definitiva, por parte del agente discriminador. Una disculpa que vaya acompañada de la promesa de que no se volverá a repetir. Que se acompañe por tanto de una toma de conciencia. En estos casos es cuando se recurre a veces a la estrategia de la mediación.
En nuestro análisis transcultural hemos sido conscientes de que este tipo de estrategia conecta con maneras muy populares de resolución de conflictos en sus países de origen, como es el caso de la intervención de la figura del ‘jefe de familia, del pueblo o de la comunidad’, figura mediadora con la que cuentan en algunos países de África Occidental (Costa de Marfil, Guinea Conakry, Mali, Senegal) a la que recurren en los problemas o conflictos que afectan a la convivencia. A esta figura, que es una persona que goza de respeto y autoridad por parte de la comunidad, se trasladan las quejas y será quien tomará las acciones para resolver el problema, a través de la escucha, el diálogo y la mediación y sin la necesidad de pasar por el juzgado. Es una forma de afrontar el problema que se revela a las personas afectadas como justa y, sobre todo, útil. Sin embargo, las personas entrevistadas consideran bastante complicado poder trasladar estas herramientas a Europa, especialmente en las ciudades.
– Confrontación asertiva: es una estrategia de afrontamiento que consiste en intentar solucionar la situación por medio de acciones directas, que pueden ser asertivas o también agresivas y potencialmente arriesgadas. Predominan, dentro de estas estrategias, las de carácter asertivo. Con esta confrontación asertiva nos referimos a reaccionar al hecho discriminatorio expresando y mostrando de forma directa, respetuosa y honesta las emociones, necesidades y opiniones propias. En el caso que nos ocupa, se trata de interpelar en el mismo momento a la persona que está realizando el acto discriminatorio o racista. Es el reconocimiento y reivindicación de la igualdad de trato frente a la pasividad, la aceptación o la resignación. Son estrategias que no buscan tanto el entendimiento a largo plazo, como la expresión de las emociones y la recuperación de una dignidad que está siendo atacada y dañada. La confrontación agresiva o violenta resulta residual, según nuestro estudio, entre las personas subsaharianas.
La confrontación asertiva es fruto, a menudo, de la evolución en la respuesta. Aparece la gota que colma el vaso, el momento en el que algo hace ‘clic’ y la persona que recibe ese trato discriminatorio decide no evitar, no aceptar, no aguantar. Entra en juego la estabilidad alcanzada, la confianza adquirida, la reducción de las condiciones de vulnerabilidad, así como la repetición de este tipo de episodios. Llega un momento en el que se traza un hasta aquí hemos llegado y aparece la confrontación.
– Apoyo externo: a búsqueda de apoyo social es un tipo de afrontamiento en donde la persona afectada por la experiencia discriminatoria comparte sus emociones y sentimientos con su círculo de confianza, con objeto de pedir consejo e involucrarles en la solución del problema. También se enmarca en este tipo de estrategia la posibilidad de acudir a los servicios especializados de alguna ONG como forma de enfrentar estos incidentes de racismo con apoyo experto. Esta búsqueda de apoyos externos funciona de forma diferente. Por una parte, es muy habitual que las personas migrantes hablen, habitualmente entre ellas, sobre las experiencias de racismo que han tenido y compartan sus emociones como forma de desahogarse y sentirse acompañadas. En cambio, acudir a un servicio especializado o una ONG en busca de ayuda no es algo que suela realizarse directamente ante cualquier acto racista. Es más frecuente acudir a estos recursos de atención derivadas desde otros lugares o cuando precisan restituir un derecho o un servicio que necesitan y se les ha negado o dificultado por causa de la discriminación sufrida.
Cuando se llega a pedir ese apoyo especializado, algunas personas expresan que el hecho de que se documente la situación que han vivido y el hecho de recibir un acompañamiento ya genera una satisfacción, especialmente porque dejan de sentirse como individuos aislados que han sufrido un maltrato personal a sentir que forman parte de algo y que han vivido una situación injusta que afecta a más gente. Es también una cuestión importante y significativa que hemos encontrado en las entrevistas y grupos de discusión el valor que se otorga al apoyo externo recibido de los posibles testigos, a las actitudes antirracistas que se dan en el momento del incidente discriminatorio, por ejemplo en la calle. Sentir ese respaldo es un aliciente para llevar a cabo otra acción posterior, como puede ser una queja o denuncia.
La variable de género en las estrategias de afrontamiento de la discriminación
En las respuestas recibidas sobre las distintas formas de afrontamiento ha aparecido también como condicionante, especialmente en algunas de ellas, la cuestión de género. En las estrategias reunidas alrededor de la necesidad de “aguantar”, por ejemplo, aparece un importante componente masculino. Los hombres prefieren más a menudo, y según nuestra investigación, aguantar estos episodios de discriminación y no hacer nada, asumiendo el rol de masculinidad dominante con su imperativo de ser “fuertes y estables emocionalmente”, bajo la premisa de que ellos pueden con eso y no necesitan pedir ayuda a terceras personas ni expresar sus emociones para no mostrar fragilidad. Esto afectaría también a las estrategias de búsqueda de apoyo externo: los hombres no son sólo más reticentes a compartir estas experiencias negativas de discriminación, sino que los roles de género marcan la posición que ocupan mujeres y hombres en las relaciones interpersonales. Las mujeres ocupan mayoritariamente el espacio de los cuidados, la crianza, el hogar o las redes sociales. De este modo, tienen más oportunidades de relacionarse en otros espacios con personas autóctonas (colegio, mercado, parque), lo que aumenta sus posibilidades de informarse, apoyarse, organizarse colectivamente y actuar en consecuencia.
En este texto nos hemos centrado en las diferentes formas de afrontamiento de las situaciones de discriminación racial o étnica que hemos identificado se dan entre las personas migrantes de origen subsahariano, en las que se focalizaba nuestra investigación. Para abundar y profundizar en ella, invitamos a descargar y leer nuestro informe “INFRA-D: resignificando la infradenuncia”.