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Día Mundial de la Salud Mental – Las heridas ocultas de migrantes y refugiados

En vísperas del Día de la Salud Mental, Accem recuerda que las personas que viven duras experiencias migratorias pueden necesitar apoyo psicológico.

Los niños y niñas están más expuestos a eventos traumáticos y violentos en la vida y tienen menos capacidades para afrontarlos debido a su corta edad.

Es frecuente que mujeres migrantes y refugiadas hayan sufrido abusos sexuales, lo que puede provocar secuelas psicológicas.

 

El Día de la Salud Mental se celebra el próximo jueves, 10 de octubre en todo el mundo, poniendo este año el foco en la prevención del suicidio. Desde Accem se recuerda que la asistencia psicológica a las personas migrantes y las solicitantes de protección internacional es necesaria para favorecer la superación de experiencias traumáticas y fomentar el desarrollo de vidas plenas y autónomas.

En el último año Accem atendió a 15.000 personas migrantes y más de 14.000 solicitantes y beneficiarios de protección internacional. La organización cuenta con programas de asistencia urgente, centros de acogida y también asistencia psicosocial.

En muchos casos pueden haber vivido experiencias traumáticas en sus países de origen o durante el trayecto hasta el país de acogida, no es raro que hayan experimentado violencia. Es necesario afrontar esas circunstancias y la ayuda externa muchas veces se hace imprescindible. Se trata de experiencias especialmente duras en el caso de muchas mujeres migrantes y refugiadas, que han sufrido tratos desiguales, violación de sus derechos fundamentales, maltrato, abusos. Han sufrido en muchos casos agresiones sexuales o han sido víctimas de redes de trata de seres humanos, antes, durante e incluso después del desplazamiento. Estas experiencias son, en la mayoría de los casos, especialmente impactantes a nivel psicológico.

Experiencias traumáticas y choque de expectativas, principales factores

Los niños y niñas que llegan a España solos también muy vulnerables. Además de las duras experiencias se une a menudo la pérdida de familiares y seres queridos de referencia. Están por lo general más expuestos a eventos traumáticos y violentos en la vida y tienen menos capacidades para afrontarlos debido a su corta edad. No se debe olvidar que tras el acrónimo de MENA (menores no acompañados) se encuentran niños, niñas o adolescentes que están solos en un contexto desconocido.

De lo más común que se encuentran los especialistas de Accem en la asistencia psicológica es el choque de expectativas entre lo que las personas migrantes o solicitantes de asilo esperaban encontrar durante un duro periplo y que les mantuvo con fuerza y lo que finalmente encuentran al llegar a territorio español.

Los equipos de Accem trabajan, cuando es necesario, en la superación del impacto de las experiencias del pasado, algunas de ellas traumáticas, que pasa por facilitar la asimilación de sus historias de vida y ayudarlas a identificar su capacidad de resiliencia, resistencia y crecimiento postraumático.

Hay dos factores que pueden influir especialmente: la experiencia pasada que ha llevado a la persona a huir de su país de origen y las dificultades propias del proceso de adaptación a un nuevo entorno y el ajuste de expectativas respecto a la situación presente y la proyección hacia el futuro.

Respuestas normales a circunstancias anormales

Entre las poblaciones de acogida la prevalencia de la depresión y la ansiedad es superior a la de la población general, según apunta el Informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de personas refugiadas y migrantes en la región de Europa. El estudio pone de manifiesto el papel fundamental que desempeña la discriminación como barrera para acceder a la atención.

Por tanto, y desde la experiencia de Accem, las personas solicitantes y beneficiarias de protección internacional no sufren, por defecto, más enfermedades mentales que la población general. Son las circunstancias por las que se ven obligados a pasar las que aumentan el riesgo de padecer problemas de salud mental.

Son respuestas normales y universales ante circunstancias que no lo son. Las investigaciones sobre el impacto de hechos traumáticos confirman una mayor prevalencia de enfermedades mentales en víctimas de catástrofes, guerras y masacres a lo largo de la historia. Cuánto más intensas sean esas experiencias, hay mayores síntomas psicológicos.

Es sumamente importante ofrecer a estas personas una atención y apoyo psicológico que sostenga y facilite su proceso de adaptación al nuevo entorno, así como la evaluación, intervención terapéutica y/o derivación en aquellos casos más graves que así lo precisen. Es muy importante que en el trabajo terapéutico se dedique tiempo y esfuerzo a:

• Crear y asentar un vínculo terapéutico de confianza y seguridad.

• Identificar los recursos personales de afrontamiento de las personas atendidas.

• Trabajar desde una perspectiva transcultural.

• Fomentar una comunicación, coordinación y asesoramiento constante y fluido con los profesionales de la Salud Pública.

Es por ello fundamental dedicar recursos para favorecer su buena salud mental y facilitar su integración social.

 

Las migraciones climáticas, una razón para actuar frente al calentamiento global

  • La misión de Accem es la defensa de derechos, atención y acompañamiento de personas y colectivos, con particular atención al refugio y las migraciones. Los efectos del calentamiento global son especialmente graves para colectivos vulnerables.
  • En el marco de la Agenda 2030, las entidades sociales como Accem tienen la función de sensibilizar sobre los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). El objetivo 13 se centra en la acción por el clima.

La emergencia climática provoca ya que muchas personas migren en busca de recursos, un fenómeno que se acelerará de manera vertiginosa en las próximas décadas si no se toman medidas decididas. De aquí al año 2050 más de 140 millones de personas tendrían que desplazarse dentro de sus propios países, de acuerdo a un informe del Banco Mundial.

Las proyecciones de esta institución se centran en movimientos internos, pero subrayan que los migrantes climáticos no necesariamente se detienen en las fronteras. Actuar frente al calentamiento global es urgente también para nuestro futuro y el de nuestras sociedades.

África Subsahariana, Asia Meridional y América Latina serán con toda probabilidad las regiones más afectadas por sequías y diluvios, desertificación, por aumento del nivel del mar y de las temperaturas.

La degradación futura de la tierra utilizada para la agricultura y la ganadería, la ruptura de los ecosistemas frágiles y el agotamiento de recursos naturales vitales como el agua dulce llevará a que las poblaciones más vulnerables, las que se dedican a la agricultura y la pesca, tengan que desplazarse en busca de otros medios de vida. Las mujeres figuran entre los colectivos más amenazados por estos fenómenos.

Con toda probabilidad el problema no se limitará a esas áreas, sino que llegará a zonas limítrofes entre las que está España y provocará otros efectos con impacto a nivel internacional.

Las migraciones por razones climáticas son algo histórico. Los cambios medio ambientales y desastres naturales han influido siempre en la distribución de la población de nuestro planeta a lo largo de la historia. Sin embargo, el ritmo y las dimensiones de esos movimientos humanos se está acelerando cada vez más amenazando la capacidad de asimilación de nuestras sociedades.

Ese riesgo puede reducirse si se reducen las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero y se apoyan la capacidad de adaptación de las población y países más vulnerables al cambio climático.

La ciudadanía es cada vez más consciente de la urgencia y magnitud del problema y por ello se ha convocado una Huelga Mundial por el Clima este 27 de septiembre con marchas y manifestaciones en decenas de localidades españolas.

Uno de los roles esenciales asignados a entidades como Accem en la consecución de los ODS es la función de sensibilización e incidencia política para alinear la acción de los poderes públicos con la Agenda 2030.

La deshumanización y estigmatización invisibiliza y normaliza la dramática situación de las personas refugiadas

Este 20 de junio, Día Mundial de las Personas Refugiadas, queremos compartir nuestra extrema preocupación ante el rumbo que finalmente se ha impuesto en la UE para dar por finalizada la mayor crisis humanitaria vivida en lo que llevamos de siglo. Después de aplacar la exigencia ciudadana de no mantenerse indiferente, la prioridad de los Estados de la UE no ha sido otra que hacer todo lo posible para bloquear la llegada de personas refugiadas e inmigrantes. Los acuerdos con Turquía, Libia, Marruecos o los países del Sahel han servido a ese objetivo: hacer más difícil para refugiados/as y migrantes llegar a Europa.

Paralelamente se ha extendido por todo el continente, también por España, un discurso que llega a cuestionar incluso la vigencia de los derechos humanos, un mensaje de odio y de xenofobia que se arma de mentiras, prejuicios y estereotipos, pero que desgraciadamente va calando en una parte de la población. La profusión de desinformación y mensajes estigmatizantes en redes sociales y otros medios han contribuido a normalizar un discurso xenófobo y racista que deshumaniza a las víctimas y nos hace indiferentes ante la tragedia de miles de personas que sólo buscan un lugar seguro donde poner a salvo su vida.

Aunque fuera increíble hace solo unos años, en lugar de poner todos los medios posibles para evitar más muertes en el Mediterráneo, con más de 2.200 personas muertas o desaparecidas en el último año, se ha optado por dificultar hasta el extremo las labores de salvamento marítimo, invisibilizando y deshumanizando a las personas refugiadas y la dramática situación por la que pasan.

En España sólo 1 de cada 4 personas consigue protección internacional, pese a que la situación mundial hace que el número de personas que buscan refugio continúe aumentando y mientras que las vías legales y seguras no sólo no se habilitan, sino que se dificultan cada día más. En apenas 3 años el número de solicitudes llegadas a nuestro país casi se ha triplicado lo que provoca que el número de personas que están a la espera de su resolución aumente proporcionalmente.

Ante esta situación desde Accem hacemos un llamamiento a la responsabilidad de todos los actores sociales y a la propia ciudadanía para que no apartemos la mirada y no contribuyamos a la difusión de desinformación que deshumaniza generando indiferencia cuando no odio. Es urgente poner fin a esta crisis y esta situación.

Pincha aquí y descarga el comunicado.

 

Accem, 20 de junio de 2019

Contacto e información:
Área de Campañas y Comunicación
comunicacion@accem.es
671 077 344

Comunicado – Reforma del Reglamento de Dublín

En un momento en que España se ha convertido en la principal puerta de entrada a Europa, las organizaciones de Francia y España, “Francia, país de asilo”, “Refugee-Cosi Forum”, “Fundación Cepaim” y Accem solo pueden reiterar sus pedidos de progreso en la reforma del Reglamento de Dublín, que sigue paralizando a Europa en el tema de una bienvenida unida y digna.

Desde principios de 2018, hemos notado que las rutas migratorias se están volviendo a dibujar. Debido a la disminución de las salidas desde Libia y la llegada a Italia, consecuencia principal de las políticas llevadas a cabo por la Unión Europea e Italia, en contradicción con sus compromisos con la protección de los derechos fundamentales, el camino hacia el Mediterráneo occidental, desde Marruecos hasta España, se ha convertido en la ruta preferida de acceso a Europa desde el continente africano.

Según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), desde principios de 2018, España ha visto a 55.613 personas, en comparación con 42.036 en Grecia y 22.519 en Italia. Esto representa más del doble que el año 2017, cuando llegaron a España 21.663 personas, 29.596 en Grecia y 119.310 en Italia.

Durante la semana del 5 al 11 de noviembre, solo 897 personas llegaron a España a través del Mediterráneo, en comparación con 537 en Grecia y 352 en Italia.

A pesar de los esfuerzos de las autoridades españolas para dar cabida a los solicitantes de asilo, que siguen creciendo en número en su territorio, están acudiendo a la frontera franco-española, con la esperanza de entrar en Francia y que algunos sigan su camino a otros países europeos. Ante estos arribos, se organizó la solidaridad de representantes y asociaciones electos locales en el departamento de los Pirineos Orientales, que acogemos con satisfacción.

Sin embargo, y dado el considerable número de remisiones de estas personas por la policía francesa a España, debe recordarse que el Reglamento de Dublín no autoriza el regreso a España de inmediato para solicitantes de asilo sin la aplicación de las garantías previstas en el presente Reglamento.

Del mismo modo que, para evitar que España se enfrente a un aumento excesivo en el número de personas que han solicitado asilo en otro país europeo, es urgente avanzar en una reforma del Reglamento de Dublín, lo que determina el país responsable de examinar una solicitud de asilo, de modo que los solicitantes de asilo reciban una bienvenida digna, sus solicitudes sean escuchadas y no sean expulsadas de un país a otro.

En particular, apoyamos la posición del Parlamento Europeo sobre la reforma del Reglamento de Dublín, que se basa en un mecanismo permanente y automático para la distribución de las personas que llegan a la Unión Europea.

La Unión Europea y todos sus estados miembros le deben a España hoy, al igual que a Italia, una solidaridad efectiva con una gran afluencia de potenciales solicitantes de asilo.

Accem
Refugee-Cosi Forum
Fundación Cepaim
Francia tierra de asilo

20 de Junio – Comunicado de Accem por el Día Mundial de las Personas Refugiadas

ACOGER: CUESTIÓN DE HUMANIDAD Y DE DERECHOS
UN PASO HACIA OTRA POLÍTICA EUROPEA

La habilitación de vías seguras y legales para las personas refugiadas y migrantes
es la única medida que evitará muertes y sufrimiento; acabará con el negocio
de las mafias y devolverá la dignidad perdida a la Unión Europea.

El 20 de junio se conmemora el Día Mundial de las Personas Refugiadas y de nuevo en estos días, después de meses en los que parecían haber desaparecido de la agenda política, social y mediática, se vuelve a hablar de las personas refugiadas. Hablamos de las personas salvadas por el buque Aquarius, 629 personas –por favor, no lo olvidemos–, que navegaban por el Mediterráneo en busca de un puerto en el que encontrar refugio, en el sentido más literal de la palabra.

En el Día Mundial de las Personas Refugiadas, desde Accem saludamos la buena actitud tomada por el Gobierno de España ofreciendo un puerto en el que desembarcar a estas personas que escapan de la miseria, la guerra, la violencia o la persecución. Consideramos que es una decisión en la buena dirección, la que debe poner en primer lugar a las personas y a la salvaguarda de los derechos humanos sobre cualquier tipo de interés político o económico. Creemos que debe ser un primer paso para empezar a revertir y a transformar una política europea insolidaria, restrictiva e indiferente hacia la situación desesperada de miles de personas atascadas a un paso de sus costas.

En este 20 de junio volvemos, una vez más, a reclamar que desde España y desde la Unión Europea se habiliten vías seguras y legales para las personas refugiadas y migrantes. Esa será la única forma de luchar contra las mafias que se enriquecen con el negocio del tráfico de seres humanos. Pero será, sobre todo, la única manera de recuperar la dignidad y ofrecer una respuesta desde la justicia, la solidaridad y la humanidad.

Desde Accem queremos recordar lo que significa habilitar vías seguras y legales, que es sencillamente aplicar los mecanismos legales que ya están contemplados y aprobados en los cuerpos legislativos de la UE y España.

Directiva de Protección Temporal en caso de afluencia masiva de personas: implementar la directiva europea prevista para gestionar situaciones como las llegadas a las costas de los países del sur de Europa. Esta directiva, dirigida a activarse para el caso de personas que ya se encuentran en territorio europeo, prevé la autorización de residencia de un año prorrogable a otro, la redistribución entre los estados miembros y la posibilidad de extensión o reagrupación familiar para las personas acogidas.

Solicitudes de Protección Internacional en embajadas: activar el mecanismo previsto en la ley para que las personas que no pueden llegar a España y han tenido que escapar por causa de la guerra, la violencia o la persecución al país más cercano o limítrofe con el suyo puedan acudir a la sede diplomática española y solicitar su traslado para formalizar una solicitud de protección.

Reagrupación familiar para las personas refugiadas y migrantes: agilizar el procedimiento de extensión familiar y flexibilizar los requisitos para poder llevarla a cabo.

Visados de tránsito: eliminar los visados de tránsito que impiden a aquellas personas que proceden de un país donde está probada la existencia de una situación grave de conflicto la permanencia en el territorio nacional.

Reasentamiento: aumento y cumplimiento de los cupos establecidos en España para las personas necesitadas de protección internacional que se encuentran atrapadas en campos de refugiados de países limítrofes a los que los generan.

Es a este conjunto de medidas a lo que llamamos genéricamente vías seguras y legales. Existen y están previstas en la ley. Únicamente es necesario activarlas, y eso requiere tomar una decisión política en una dirección que acabe con tanto sufrimiento, tantas muertes y tanta miseria moral en esta fortaleza indiferente en que se ha convertido la Unión Europea.

 

Accem, 18 de junio de 2018