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Nuestra labor de asistencia humanitaria en Andalucía

19 de agosto, Día Mundial de la Asistencia Humanitaria

Desde que en 2008 la ONU decretara el 19 de agosto como el Día Mundial de la Asistencia Humanitaria, esta jornada ha servido como homenaje a todos y todas las trabajadoras humanitarias por su labor en el cuidado de las personas de todos el mundo.

El Día Mundial de la Asistencia Humanitaria es, asimismo, una ocasión para reflexionar sobre la situación de quienes más necesitan ayuda, como es el caso de la población víctima del desplazamiento forzado, o también las decenas de miles de personas que se ven obligadas a acudir a vías inseguras y muy peligrosas en su trayecto migratorio. Los y las trabajadoras humanitarios trabajan en cualquier rincón del planeta para ayudar a las personas en situación de mayor vulnerabilidad en el acceso a la cobertura de sus necesidades básicas y los servicios más elementales, como son alimentación, agua, atención médica o refugio.

Las situaciones de emergencia humanitaria no suceden únicamente en lugares lejanos, sino que están presentes también en nuestro contexto más inmediato. De manera particular se está produciendo una descomunal emergencia humanitaria en nuestra frontera sur, donde cada años cientos de personas se dejan la vida en el mar, intentando acceder a las costas peninsulares y de los archipiélagos balear y canario. La última gran tragedia la hemos conocido esta misma semana: la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) ha informado de que al menos 63 personas han muerto en el cayuco con el que intentaban alcanzar las Islas Canarias desde Cabo Verde.

Por otra parte, en un mundo atravesado por numerosas crisis humanitarias, queremos poner de manifiesto una constante: en todas estas situaciones, siempre son las mujeres y las niñas quienes pagan el precio más alto. En situación de emergencia humanitaria, la violencia de género aumenta.

En Accem contamos con mucha experiencia afrontando situaciones de emergencia humanitaria. De manera particular, en este 2023 ponemos el foco en nuestro trabajo en Andalucía, y compartimos a continuación algunos de los proyectos que estamos desarrollando en la región.

Programa de Atención Humanitaria a Personas Inmigrantes (PAHI)

Accem desarrolla el Programa de Atención Humanitaria a Inmigrantes (PAHI), de carácter estatal, financiado por el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, y orientado, principalmente, a dar una respuesta humanitaria a las personas migrantes que acaban de llegar al país en condiciones de gran vulnerabilidad. Son personas que se han visto en la necesidad de gastar todos sus ahorros en el trayecto migratorio y se encuentran en una situación de imposibilidad de afrontar por sí mismas la cobertura de sus necesidades básicas de alimentación, vestido o alojamiento, por lo que se enfrentan a un riesgo verdadero de caer en la exclusión social. A estos factores se une con frecuencia la falta de una red social o familiar de apoyo, el desconocimiento del idioma y de las características y el funcionamiento básico de la sociedad española. El PAHI es una respuesta humanitaria a estas personas que encamina su intervención, desde el primer momento, a facilitar la inclusión social y la conquista de la autonomía.

La labor fundamental del equipo de Accem es facilitar esa primera toma de contacto con el país de acogida, ese acercamiento a su nueva realidad. En los primeros días de acogida nos centramos en la cobertura de las necesidades sanitarias, de higiene y alimentación, así como de facilitar un espacio seguro donde nuestras abogadas puedan explicarles con más tranquilidad, gracias a las traductoras, su situación legal y las posibles alternativas con las que cuentan.

La estancia en el programa normalmente es de tres meses de duración, aunque en muchos casos las personas acogidas deciden abandonar antes el recurso de acogida y continuar con su trayecto migratorio, normalmente hacia el norte, con un alto porcentaje de personas que tienen como prioridad alcanzar otros países europeos, condicionados por la presencia de familiares o por el conocimiento del idioma.

La situación geográfica de Andalucía, abarcando casi todo el litoral sur peninsular, destino de llegada para una parte importante de las embarcaciones precarias que tratan de alcanzar territorio español y europeo, convierten en un enclave estratégico a nuestros dispositivos del programa. Actualmente, Accem gestiona en Andalucía un total de 172 plazas de acogida del PAHI, distribuidas en pisos ubicados en Córdoba, Málaga, Huelva, Sevilla  y Jerez de la Frontera, así como el centro de acogida de Arcos de la Frontera (Cádiz), con capacidad para 50 personas. En este último centro, la estancia máxima dura 15 días, que sirven para orientar a la persona en su nuevo contexto.

Intervención integral con personas migrantes en asentamientos

Por otra parte, pero en el mismo marco de nuestros proyectos de asistencia humanitaria, Accem está presente en los precarios asentamientos habitados por personas migrantes en las provincias de Huelva (municipios de Palos de la Frontera, Lucena y Moguer), Almería (Níjar) y Sevilla. A través de este proyecto de intervención integral, nuestros/as técnicos acuden a los asentamientos, como también a infraviviendas o garajes habitados, a pesar de no contar con las mínimas condiciones de higiene y habitabilidad. Durante la intervención, se presta una especial atención a las mujeres que residen en estos espacios, al sufrir riesgos, vulnerabilidades y formas de violencia específicas. A través de este programa se da respuesta a las necesidades básicas de alimentación, higiene, salud, asesoramiento, apoyo y acompañamiento de las personas que viven en estas condiciones de emergencia, así como se promueve su participación e inclusión social.

Oficina jurídica itinerante en la provincia de Huelva

Finalmente, en la provincia de Huelva contamos con una oficina jurídica itinerante que trabaja en los asentamientos de la zona, ligados habitualmente al trabajo agrícola y habitados por personas migrantes en situación de gran vulnerabilidad. A través de este proyecto se lleva a cabo un trabajo de asesoramiento y atención jurídica y administrativa a las personas que viven en estos asentamientos. Al llevarse a cabo directamente en estos espacios, se facilita que los recursos recursos sociales y públicos que gestionamos lleguen realmente a sus destinatarios, trabajando siempre en coordinación con las administraciones implicadas.

El Centro de Día de Accem en los asentamientos de la fresa en Huelva

En la provincia de Huelva, como en otros puntos de la geografía española, existe una realidad de precarios asentamientos habitados en su inmensa mayoría por población migrante ligados al trabajo en el campo, en la agricultura. En Huelva esta realidad de chabolismo está vinculada al trabajo en la recogida de la fresa y otros frutos rojos de la zona.

En la zona fresera de Huelva, esta realidad, en un principio temporal y ligada a la campaña agrícola de cada año, se ha convertido en permanente, se ha cronificado. Las condiciones de vida en estos asentamientos son realmente duras y es por ello que Accem realiza un trabajo de intervención social en los asentamientos.

Junto a esta intervención, desde 2008 tenemos abierto en el municipio de Palos de la Frontera un Centro de Día de Emergencia Social (CEDIES) que ofrece atención directa, asesoramiento y la cobertura de necesidades básicas a las personas que habitan los asentamientos chabolistas de la zona. Cada año atendemos en el centro de día a alrededor de  1.200 personas, casi todas ellas de origen africano.

¿Cuáles son los servicios que ofrecemos desde el Centro de Día?

Según su naturaleza y de la necesidad o demanda a cubrir, podemos diferenciar cuatro tipos de servicios:

Atención a necesidades básicas:

En el centro de día de Accem en Palos de la Frontera se ofrecen en primer lugar actuaciones o servicios que están dirigidos al apoyo en la cobertura de necesidades básicas de las personas que los reciben. Es el caso de los siguientes:

  • Servicio de desayunos y meriendas.
  • Servicio de lavandería: se ponen semanalmente más de 70 lavadoras, bajo cita previa, una por persona a la semana.
  • Higiene personal: el centro de día cuenta con lavabos y duchas para facilitar la higiene personal. Los turnos de ducha se dan cada mañana junto a un kit de higiene compuesto por gel/champú, toallas desechables, chanclas y útiles para el afeitado (si se demanda).
  • Carga de dispositivos electrónicos: hay disponibles en el centro un total de 72 tomas para la carga de dispositivos electrónicos, que se recogen y anotan en las primeras horas de la mañana para su entrega al final de la jornada.
  • Carga de agua potable: se dispone de tres puntos de carga de agua potable de los que salen cada día más de 60 bidones de 25 litros.
  • Servicio de taquillas: el centro tiene 24 taquillas para que las personas usuarias del mismo puedan guardar sus maletas y pertenencias temporalmente.
  • Servicio de ropero: a demanda de las personas que lo requieren, se cita para recogida de ropa.

Atención y asesoramiento en demandas específicas:

Junto a las necesidades básicas, se cubren otras demandas más específicas de las personas que hacen uso de los servicios del centro de día. Estas atenciones se realizan individualmente y habitualmente mediante cita previa:

  • Atención jurídica: asesoramiento de carácter jurídico y administrativo.
  • Atención laboral: información y orientación laboral y para la búsqueda de empleo.
  • Atención social: orientación y apoyo en la solicitud de ayudas económicas para procedimientos administrativos (pago de tasas, obtención del pasaporte, etc.).
  • Atención en el ámbito de la salud: acompañamientos específicos y apoyo en la realización de trámites como la solicitud de la tarjeta sanitaria o de ayudas económicas para la compra de medicamentos o gafas.

Actuaciones formativas y culturales:

Del mismo modo, desde el centro de día de Accem en Palos de la Frontera se llevan a cabo actividades de carácter educativo y cultural. Se ofrecen clases de español, así como diferentes talleres (contextualización, educación vial, funcionamiento del sistema sanitario, etc.) que favorecen los procesos de inclusión social. Asimismo, se promueven actividades culturales y de ocio para mejorar el bienestar de las personas atendidas.


Actuaciones de especial emergencia:

Hay que destacar que el centro de día está preparado para actuar en situaciones de emergencia con recursos materiales y humanos, como ha sido el caso de los incendios que se han producido en los asentamientos cercanos en los últimos meses, atendiendo a las necesidades más apremiantes de las personas afectadas. Desde el centro de día también se han organizado y coordinado distintas jornadas de limpieza de los asentamientos.

Nuestro equipo está preparado para responder a situaciones imprevisibles y con carácter de emergencia, como acompañamientos de urgencia a mujeres en avanzado estado de embarazo, o actuando en situaciones sanitarias complejas que requieren de atención sociosanitaria inmediata.

Asimismo, el centro ha tenido la capacidad de adaptarse a diferentes coyunturas, como es la muestra más clara la situación generada por la pandemia de la Covid-19, que ha planteado retos importantes como la localización, dotación y distribución de los nuevos artículos de primera necesidad, así como en materia de salvaguarda y protección colectiva antes casos de positivo por Covid. En el CEDIES de Accem en Palos se han implementado además medidas excepcionales para adaptar la atención a las circunstancias, con medidas concretas para minimizar los riesgos para todas las personas que pasan cada día por el centro, como usuarias del mismo o como trabajadoras.

 

Los rebrotes de la Covid-19 hacen visible la situación de pobreza y exclusión de los trabajadores temporeros migrantes

En este verano de 2020 distintos hechos han puesto en primer plano de la actualidad la situación de extrema precariedad vital que atraviesan miles de trabajadores/as migrantes en España empleados en las campañas agrícolas. Los rebrotes de la Covid-19 sufridos por los trabajadores temporeros en Huesca, Lleida o Albacete; los incendios en los asentamientos de jornaleros del campo en la provincia de Huelva o la dramática muerte del trabajador Eleazar Blandón a causa aparentemente de un golpe de calor en Murcia han hecho visible una realidad que para muchos permanecía oculta. Una realidad social de infraviviendas y hacinamiento; de falta de acceso a agua potable y saneamiento; de situaciones de calle y grave exclusión social; de explotación laboral, abuso e indefensión; en definitiva, de ausencia de los recursos y las condiciones más básicas para desarrollar una vida digna.

Sin embargo, y aunque se haya puesto este verano sobre la mesa, esta realidad de extrema pobreza y precariedad en España no es un fenómeno nuevo ni desconocido. En este mes de julio de 2020 se presentó el informe final de la visita del Relator Especial de Naciones Unidas sobre la extrema pobreza y los derechos humanos, Philip Alston.

El diagnóstico del Relator Especial de Naciones Unidas para la extrema pobreza

Alston, que visitó nuestro país entre el 27 de enero y el 7 de febrero de este año, declaró, en palabras recogidas por la red EAPN-ES, haber encontrado “niveles aterradores de pobreza y exclusión”, llamando la atención sobre varias de las realidades específicas con las que había tenido contacto, entre ellas la situación de los asentamientos de temporeros migrantes en el campo onubense, ligados a la campaña agrícola de la recogida de la fresa y los frutos rojos. En el informe final del Relator Especial se relata que Alston visitó un asentamiento de trabajadores y trabajadoras migrantes en Huelva “cuyas condiciones materiales se sitúan entre las peores que ha visto en cualquier parte del mundo”. Según recogió, solo en el campo de Huelva, vinculadas a la temporada de la fresa, viven en asentamientos de condiciones “inhumanas” de vida entre 2.300 y 2.500 personas.

(…) El Relator Especial visitó lugares que muchos españoles y españolas no reconocerían como una parte de su país: un poblado de chabolas en condiciones mucho peores que las de un campamento de refugiados, sin agua corriente, electricidad ni saneamiento, cuyos habitantes (trabajadores y trabajadoras migrantes) han vivido en él durante años sin que su situación haya mejorado un ápice (…).

(…) Viven a kilómetros de distancia del agua, sin un saneamiento adecuado ni acceso legal a la electricidad. Muchas de esas personas han vivido allí durante años y podrían pagar un alquiler, pero contaron al Relator Especial que nadie las aceptaría como inquilinas o inquilinos. Ganan apenas 30 euros al día y prácticamente no tienen acceso a ningún tipo de ayuda pública. En palabras de una de esas personas: ‘Cuando hay trabajo, España necesita migrantes, pero a nadie le interesa cómo vivimos’ (…).

Con la aparición de diferentes brotes de la Covid-19 ligados a espacios donde trabajan y viven trabajadores temporeros, se han hecho visibles las condiciones de vida que sufren estas personas, pero también se ha extendido ese otro virus del racismo y la xenofobia provocado por el miedo y fortalecido por la despersonalización que en ocasiones se ha realizado de este colectivo en situación especialmente vulnerable. El estado de tensión social, cuando no de pánico, sirve de caldo de cultivo muy peligroso que facilita la aparición de brotes de racismo y xenofobia. La búsqueda de un chivo expiatorio siempre es tentadora, como hemos visto en tantas ocasiones.

Es labor de las organizaciones sociales y del conjunto de la ciudadanía poner el foco en lo verdaderamente relevante: la facilidad para la aparición en estos contextos específicos de brotes de la enfermedad, las condiciones favorables al contagio y la dificultad para el confinamiento son resultado de situaciones vergonzosamente extremas de pobreza y exclusión social, de condiciones de vida y de trabajo que deberían ser impropias de este tiempo y este país.

Accem trabaja desde hace bastantes años en estos espacios de enorme vulnerabilidad que son los asentamientos informales y las infraviviendas, poblados a menudo por personas de origen migrante. En la provincias de Huelva y Albacete o en la Región de Murcia hemos desarrollado durante años y seguimos haciéndolo en estos días una acción humanitaria y de atención social, ayudando a paliar los efectos más graves de la exclusión y aportando todo nuestro esfuerzo a la mejora de las condiciones de vida de las personas afectadas.

La salud y la enfermedad, también en el caso de la Covid-19, sí entienden y guardan relación con la pobreza y la exclusión social.