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La bicicleta, un medio para recorrer el camino hacia la integración social

Las posibilidades que ofrece un medio de movilidad como la bicicleta resultan numerosas. Un vehículo sostenible que es beneficioso para la salud para quienes se desplazan con ella y a través del que pueden conocer numerosos lugares de una manera totalmente respetuosa con el planeta. A todo ello hay que sumarle la oportunidad de hacerlo acompañados por otras personas con las que se establecen unas relaciones sanas y de compañerismo, valores que son fundamentales para ciudadanos y ciudadanas que se encuentran en situaciones de vulnerabilidad y que pedaleando pretenden recorrer el camino hacia la integración social.

Una de las experiencias más significativas que Accem ha llevado a cabo, recientemente, en el ámbito de la bicicleta con las personas que atiende en sus programas son las rutas cicloturistas por la ciudad de Zaragoza y su entorno natural. A lo largo de tres jornadas, el personal de la fase de Valoración Inicial del programa de Acción Concertada Protección Internacional acompañó a varios de sus participantes en una actividad coordinada por docentes del grado medio de Conducción de Actividades Físico-Deportivas en el Medio Natural del Grupo San Valero, con la implicación de La Ciclería para la cesión del material deportivo.

En rutas de cerca de 40 kilómetros, los participantes conocieron de primera mano y se familiarizaron con el funcionamiento de los mecanismos de una bicicleta, desde la activación de las suspensiones al uso del cambio de marchas para las pendientes más pronunciadas. También tomaron nota de la importancia de respetar las normas de circulación como ciclistas en la vía pública y, por supuesto, de la utilización del casco de seguridad como elemento obligatorio de protección ante cualquier incidencia en la ruta.

Las rutas, con salida y llegada en el centro de Zaragoza, permitieron a los participantes conocer de una manera sostenible diferentes lugares de interés de la ciudad, como la plaza del Pilar o el Puente de Santiago, y recorrer espacios naturales como la Alfranca, las esclusas de Valdegurriana y el galacho de Juslibol. Este último, formado en 1961, está situado sobre un acuífero del río Ebro y ha sido reconocido como Humedal Singular de Aragón con más de 100 hectáreas de extensión y una rica variedad de fauna y flora. Detalles que pudieron contemplar de cerca las personas que forman parte del programa de Protección Internacional con Accem en Zaragoza, en una jornada matinal acompañadas por estudiantes del ciclo formativo.

Experiencias como esta suponen un paso adelante en el proceso de integración en la sociedad de las personas que dejan atrás sus países y lugares de origen e inician un camino en busca de un futuro. Pedaleando conocen nuevos lugares, practican una forma de movilidad sostenible y se integran en un grupo diverso con personas que les acompañan en este camino. “La experiencia ha sido muy positiva. Las y los participantes han mostrado su interés en desarrollar iniciativas similares y han valorado esta actividad tanto en el ámbito natural, con paisajes y espacios de enorme valor, como en el ámbito deportivo, gracias a los diferentes niveles de dificultad”, explica Alberto Bardají, técnico de Accem que formó parte de estas rutas cicloturistas.

Esta acción se une a otras que nuestra entidad ha realizado en Aragón con la bicicleta como protagonista. A finales de 2023, el centro de acogida del barrio rural de San Blas, en Teruel, apostó por la movilidad sostenible para facilitar los desplazamientos. Gracias a la donación de quince bicicletas por parte de la Fundación Alberto Contador, pueden utilizar este medio de transporte para asistir a la realización de tareas cotidianas en la ciudad turolense e incluso disfrutar de tiempo de ocio y deporte recorriendo lugares naturales, siempre con la integración social en el horizonte de su camino.