Que me traten como a un niño
Trepar paredes como Spiderman y marcar goles como Messi son sueños muy difíciles de lograr. Hay otros deseos que deberían estar al alcance de cualquiera. Hoy, lanzamos Que me traten como un niño, un spot que recuerda los derechos básicos de la infancia.
Desde Accem propusimos a algunos de los menores que viven en nuestros centros de acogida que pensasen en sus mayores fantasías. Unos querían ser superhéroes o presidir un gobierno, otros bailar al estilo de Michael Jackson o chutar como grandes futbolistas.
Después les preguntamos por sus deseos más inmediatos. Vivir tranquilo; vivir en paz, son algunas de las respuestas que nos dieron los niños y adolescentes que han llegado hasta nuestro país sin la compañía de sus padres, madres y familiares. Que me traten como un niño, que recordemos que no han cumplido los 18 años y es nuestro deber garantizar su protección.
El uso generalizado del acrónimo MENA, para abreviar la terminología administrativa de menores extranjeros no acompañados, ha llevado a deshumanizar primero y criminalizar después a un colectivo en situación de extrema vulnerabilidad. Por eso es importante recordar lo que son detrás de las siglas: menores con derechos.
El vídeo se lanza en víspera del Día Internacional de las Personas Migrantes, el 18 de diciembre, una fecha que dedicamos este año a las niñas y niños de origen extranjero.
Decisiones adultas, necesidades infantiles
Accem trabaja desde hace más de 20 años con niños y niñas en situación de desamparo, de origen autóctono y extranjero, tutelados por las distintas administraciones públicas.
En la actualidad tenemos pisos y centros de acogida en Aragón, Asturias, Castilla-La Mancha y Castilla y León para de niños y niñas migrantes que se encuentran sin acompañamiento adulto.
Entre los motivos que llevan a estos niños y niñas a salir de sus países de origen se encuentran la pobreza y la falta de futuro y expectativas; situaciones de desestructuración familiar y desprotección institucional; catástrofes naturales; la guerra, la persecución, la violencia y situaciones de violación generalizada de los derechos humanos.
Tuvieron que tomar muy pronto decisiones de personas adultas y aprendieron a sobrevivir en la adversidad pero que, a pesar de todo, siguen siendo niños, niñas y jóvenes con necesidad de apoyo y protección.
La prioridad es garantizar la protección y el bienestar de cada niña y niño acogido, su desarrollo personal y su inserción, actuando sobre los factores que dificultan los procesos de integración social y laboral.
Cuando estos chicos y chicas llegaban a la mayoría de edad quedan muy a menudo en una situación de desamparo y riesgo grave de exclusión social. Por este motivo también impulsamos programas y dispositivos orientados a jóvenes, como el proyecto 17plus, para jóvenes migrantes no acompañados de más de 17 años, con un alto grado de autonomía y responsabilidad y que hayan tenido alguna medida de protección por parte del gobierno autonómico siendo aún menores. El objetivo es que su estancia en estos pisos sea un puente de transición hacia la vida totalmente independiente.
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