Siempre a la escucha

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“La adolescencia está perdiendo la noción de la temporalidad, y eso va a dificultar que lleven un estilo de vida sano a nivel mental”

Guillermo Alcalde, psicólogo de Accem en Málaga

Guillermo Alcalde es psicólogo en un programa de atención a familias en dificultades de uno de los barrios más deprimidos de la ciudad de Málaga, a las que nuestra organización ofrece ayuda psicosocial, económica y educativa.

El gran grueso de las personas que hacen uso de este programa son personas de origen inmigrante, principalmente de Marruecos y Nigeria.

Nuestro equipo atiende a unas cien familias de forma habitual en dos centros cívicos de la ciudad andaluza. Son unidades familiares en las que, en el mejor de los casos, trabaja el padre o la madre.

Guillermo se encarga de hacer un seguimiento de forma habitual a estas personas, tanto a las adultas como a las menores, que suelen recibir clases de refuerzo escolar.

El confinamiento por la pandemia del Covid-19 ha obligado a modificar la manera de trabajar de Guillermo, que ahora no puede prestar atención presencial. La única vía de poder atender en este momento a estas familias es a través del teléfono.

Algunas de ellas no disponen siquiera de Internet en sus hogares, y sus habituales dificultades económicas se están agravando estos días, lo que obliga a Guillermo a redoblar sus esfuerzos en su labor de atención psicológica.

“Estas familias estaban acostumbradas a poder acceder a nuestra atención con absoluta inmediatez, así que ahora estamos haciendo el esfuerzo de llamarles mucho para ver en qué situación se encuentran y analizar qué ayuda les podemos prestar en cada instante”, explica Guillermo.

“Estamos intentando que las madres no estén aisladas de otras madres y mantengan contacto telefónico con otras para ir generando una red lo más amplia posible y que entre ellas puedan hablar y darse ayuda”, cuenta Guillermo.

“Los recursos psicológicos con que cuentan estas personas dejan ver que hay algo que en ellas no ha sido construido, y ahí es donde tenemos que trabajar, sobre todo para hacerles ver la temporalidad de esta situación”, asegura Guillermo, que se muestra preocupado por los adolescentes, que empiezan a acusar la falta de rutinas por el confinamiento.

“Están perdiendo la noción de la temporalidad, y eso va a dificultar que lleven un estilo de vida sano a nivel mental”, cuenta Guillermo, que considera que la salud y la educación son dos factores fundamentales para revertir la situación que estamos viviendo.

Su compromiso fundamental en este momento pasa por la escucha activa para atender los miedos de la gente y trabajar por que puedan pararse a pensar. “Hay gente que se ha tranquilizado, porque ha podido frenar. Es cierto que muchas personas están angustiadas, pero estoy seguro de que van a surgir nuevos espacios para el pensamiento”, afirma, positivo.

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