David Trueba lleva al ‘español medio’ a Melilla en «A este lado del mundo»

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El pasado domingo 30 de agosto finalizaba el Festival de Málaga, una cita especialmente dedicada al cine español que ha concedido en su 23 edición su principal galardón, la Biznaga de Oro, a “Las niñas”, dirigida por Pilar Palomero. Nos fijamos hoy aquí, en Refugiados en el Cine, en la presentación en la ciudad andaluza de la última película de David Trueba: “A este lado del mundo”.

El escritor y cineasta se traslada en la película a Melilla, para enfocar su mirada sobre una de las dos únicas ciudades europeas en territorio africano, junto a Ceuta. Una ciudad en la que la frontera que entre ambos continentes forma el mar Mediterráneo, aquí, en tierra, se hace material, palpable, tomando forma de muralla, de muro, de valla.

Precisamente a revisar y mejorar la eficacia de esa valla, es enviado Alberto (Vito Sanz), un ingeniero recientemente despedido por su empresa que no puede decir que no a este encargo de trabajo. Alberto se traslada a Melilla y toma contacto con una realidad desconocida para él y posiblemente bastante indiferente. Allí conocerá a Nagore (Anna Alarcón), guardia civil bien conocedora del terreno que habrá de guiarlo por este territorio ignoto para el ingeniero.

David Trueba, director de películas como “La buena vida”, “Soldados de Salamina” o “Vivir es fácil con los ojos cerrados”, viajó a Melilla a una presentación de un libro y fue paseando por sus calles cuando decidió que tenía que rodar esta película. Uno de los puntos más interesantes que aporta es la perspectiva con la que plantea el personaje que interpreta Vito Sanz. En diferentes entrevistas a los medios con motivo de la presentación, lo explicaba: “Representa al español medio, a esa persona que no tiene una ideología formada sobre muchas cosas, que lo único que quiere es vivir tranquilo, hacer su trabajo, ganar un salario digno que le permita tener un proyecto familiar o vital, pero no quiere comprometerse con nada”, afirmó para la Cadena Ser. “Alguien que no tiene una actitud frente a la inmigración, sino que quiere que sea algo que resuelva el estado por él, que no le manche, que no le afecte”, le decía a El Correo. Precisamente en esta última entrevista, Trueba se mostraba crítico con el llamado “cine social”, al que definía como un cine “hecho por convencidos para convencidos” y que, en su opinión, “tiene muy poco efecto social”.

Melilla, la propia ciudad, la valla fronteriza, no es únicamente el escenario de la película, sino su personaje principal. Una ciudad de frontera, “un lugar que tiene que dejarse de mirar y de juzgar desde la distancia”, como le dijo Trueba a ABC.

 

Zidane Barry, actor en la película que vivió en primera persona la experiencia de los refugiados

En «A este lado del mundo» también aparece Zidane Barry, un joven guineano de 21 años, debutante como actor y a quien Trueba eligió para tener en su elenco a alguien cuya experiencia tuviera proximidad con lo que se proponía contar. La oportunidad de participar en la película le llegó después de participar en la cabalgata de Reyes del 5 de enero de 2019 en el barrio madrileño de Hortaleza. Entonces interpretó el papel del Rey Baltasar saludando a la gente del barrio y especialmente a todos los pequeños congregados. Fue a raíz de la cabalgata y del eco mediático que encontró su historia cuando recibió la llamada de Trueba.

La historia de este joven, como la de tantos que como él han vivido en primera persona todas las dificultades de la ruta de la migración desde África Occidental hacia Europa la contó hace algún tiempo Europa Press. Barry dejó su país en 2008 después de que su padre fuera asesinado por motivos étnicos; emprendió el viaje junto a un amigo de su padre; recorrió diferentes países africanos como Costa de Marfil, Burkina Faso y Níger; permaneció cinco años en Argelia, donde el amigo de su padre fue asesinado también por su origen étnico; emprendió una nueva huída, recorrió Marruecos, llegó a Ceuta; se dejó literalmente la piel saltando la valla de Ceuta. «La valla te corta las manos, tenía todo cortado», explicó a la agencia de noticias. Era a alguien como Zidane Barry a quien Trueba buscaba, que hubiera vivido en primera persona las dificultades de llegar a Europa que atraviesan tantas personas migrantes y refugiadas.

Es una buena noticia que directores como David Trueba se decidan a abordar en su cine la realidad de las migraciones, uno de los fenómenos decisivos, como siempre recordamos aquí, para entender el mundo en el que vivimos. Algo que, sin embargo, no es nuevo, sino muy antiguo: “Lo de levantar un muro para que no pasen los pobres es algo que nos remite a hace 4.000 años, la fecha en la que se levantó el primer muro para cumplir esa función. Llevamos 4.000 años haciendo lo mismo, como se dice en la película, sin darnos cuenta de que no acaba de funcionar”, afirmó a la Cadena Ser.

«A este lado del mundo» se puede ver por medio de alquiler en la web del cineasta David Trueba.

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