CONFIRMADA: "Intocable", en Refugiados en el Cine (Madrid, 14-J)

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Intocable

El sábado 14, con motivo del ciclo Refugiados en el Cine, se proyectará en el pase de las 19:00 la que fuera la película más taquillera de 2011 en Francia: «Intocable». La cita, como siempre, en el Círculo de Bellas Artes de Madrid.

El argumento, basado en una historia real que los directores vieron en un documental en el año 2004, aborda la experiencia de Philippe, un aristócrata que se ha quedado tetrapléjico a causa de un accidente de parapente, y que contrata como cuidador a domicilio a Driss, un inmigrante de origen senegalés, recién salido de la cárcel, que vive en un barrio marginal. Aunque, a primera vista, no parece la persona más indicada, los dos acaban logrando que convivan Vivaldi y Earth Wind and Fire, la elocuencia y la hilaridad, los trajes de etiqueta y el chándal. Dos mundos enfrentados que, poco a poco, congenian hasta forjar una amistad tan disparatada, divertida y sólida como inesperada, una relación única en su especie de la que saltan chispas.

Referencias. La película es una combinación civilizada entre «La escafandra y la mariposa» y «Entre pillos anda el juego»; entre «Paseando a Miss Daisy» y «El discurso del rey», con bastante de «Pretty Woman». François Cluzet es el nuevo Dustin Hoffman francés, fantástico, contenido e inteligente, lanzando todo un recital emocional sin más apoyo que su rostro y escasos movimientos de cabeza, ¡y sin perder un ápice de humor!; y Omar Sy es el nuevo Eddie Murphy del celuloide, toda una sorpresa interpretativa, un torbellino de energía y fuerza que llena la pantalla, dando vida a un personaje indiscutiblemente carismático e irresistible, pura presencia y encanto. De hecho, el gran éxito de «Intocable» (que arrastró a las salas francesas a 19 millones de espectadores en apenas unas semanas, se dice pronto) se explica en buena medida por la química fantástica que destila el dúo de actores.

Sobre el papel, siendo ésta una película claramente comercial, su estampida de temas importantes (diferencia de clases, integración social, discapacidad física y racismo) genera desconfianza. Demasiados asuntos que precisan del trato adecuado para no dar con un film moralista, efectista o lacrimógeno. Pero sus creadores salen airosamente del paso. Las claves de la eficacia de «Intocable» son una huida de la compasión, una escritura cuidadosa de los personajes y un uso extraordinario del humor: los autores no temen a la comedia negra (de hecho se aferran a ella) para relativizar el dolor y hablar con sagacidad del ser humano.

Desde un punto de vista argumental, Driss, representa al “intruso benefactor”, el paradigma del recién llegado (e inadaptado) que viene a sacudir las convenciones y costumbres de una comunidad para mejorarla. Esto deviene en el enfrentamiento de dos mundos completamente opuestos, recurso que no dudan en explotar los responsables de la cinta en clave de comedia. De la oposición entre ambos personajes (uno sano, divertido e irreflexivo, frente a otro paralítico, culto, gruñón y muy poco espontáneo), y de su excéntrica convivencia, surge la mayoría de los gags de la película que, en muchos casos, se nutre también de gags de “pez fuera del agua” a lo «Pretty Woman», que recordábamos más arriba (Driss asiste a una ópera, come postres sofisticados que cree a medio cocinar…). Y de nuevo, como en aquella, «Intocable» propone una fantasía con aspiraciones sociológicas, donde las diferencias de clase están concebidas como una bendición (posiblemente ahí radique el mayor defecto de la cinta): por un lado, Philippe no sólo permite que el buen salvaje (Driss) disfrute de un estilo de vida propio de un aristócrata trasnochado, sino que acepta que ridiculice los fastos de la “alta cultura”. Por otro, el buen salvaje airea la vida de Philippe, bromea con su discapacidad y le transmite esa buena dosis de pureza, frescura y espontaneidad que todo proletario inmigrante lleva en la sangre y que los millonarios valoran a golpe de vulgaridad.

Tema trascendente, tratamiento superficial; buen ritmo, tanto que no hay caídas porque el relato siempre está demasiado arriba; estructura tan académica que se fuerzan los giros de guión aun a costa de la credibilidad; simpatía un tanto forzada, pero constante; humor comprensible; leves dosis de gamberrismo controlado; drama no demasiado punzante.

Por encima de todo, «Intocable» es la historia de una amistad entre dos personas que se ayudan mutuamente. Phillippe aprende a volver a ser feliz y a divertirse, pues sólo se vive una vez, y Driss logra esforzarse en algo, encontrar su vocación y tener trabajo, pero ambos encuentran lo más importante: la amistad. Como conclusión podemos decir que la película trata de mostrar que todos tenemos una oportunidad de ser mejores y de superar nuestros miedos. Nos enseña que los demás pueden ayudarnos aunque esto parezca improbable debido a las diferencias que parecen separarnos en un principio. En una época desengañada de todo, «Intocable» vende esperanza, buen humor y fe en el ser humano. Y eso ya es mucho.

 

FICHA TÉCNICA

Dirección: Olivier Nakache y Éric Toledano

Interpretación: François Cluzet, Oma Shy, Anne Le Ny, Audrey Fleurot

Guión: Oliver Nakache

Producción: Quad Productions / Gaumont / TF1 Films / Ten Films / Chaocorp production / Canal + / Cinecinema

Nacionalidad: Francia

Año: 2011

Duración: 112 min.

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