Los Goya 2013 de Refugiados en el Cine

Comparte:

Los Goya 2013 de Refugiados en el Cine

La 27 edición de los Premios Goya culminó este domingo con la entrega de los codiciados ‘cabezones’ a los galardonados de este año. “Blancanieves”, “Lo imposible”, José Sacristán, “Las aventuras de Tadeo Jones” o Concha Velasco fueron algunos de los triunfadores de la noche.

No corresponde a este blog detenerse demasiado en ello.

En “Refugiados en el Cine” nos fijamos hoy en nuestros vencedores de ayer, quienes estuvieron presentes en la gala después de haber apostado por contar historias dedicadas a los más débiles, aunque sería mucho más aproximado decir a los más desprotegidos, aquellos que se encuentran en una situación más vulnerable, y también a quienes aportan su granito de arena en el largo camino por la igualdad.

En primer lugar tenemos que felicitarnos porque la voz de los refugiados se escuchó en la noche de los Goya. La voz de los más de 200.000 saharauis que siguen viviendo en el desierto argelino, en campos de refugiados en los que esperan desde hace más de 35 años una solución justa y un regreso a sus hogares, a su querido Sahara Occidental, ocupado desde 1975 por Marruecos.

El pasado año, en la décima edición del Ciclo “Refugiados en el Cine” que Accem organiza anualmente, tuvimos la suerte de presentar en Madrid “Hijos de las nubes. La última colonia”, una película documental dirigida por Álvaro Longoria y con Javier Bardem entre los productores. «Hijos de las nubes» se alzó con el premio Goya al mejor largometraje documental.

Fue Bardem quien en la entrega de premios aprovechó para recordar las durísimas condenas recibidas en los últimos días en Marruecos por los 24 activistas saharauis juzgados por la corte militar marroquí por participar en las protestas que se produjeron tras el desmantelamiento del campamento Gdeim Izik, a las afueras de El Aaiún, con el que la población del Sáhara Occidental protestaba por sus condiciones de vida en el marco de la ocupación marroquí del territorio. Nueve de ellos han sido condenados a cadena perpetua en medio de las protestas de organizaciones defensoras de los derechos humanos.

Puedes leer aquí más sobre “Hijos de las nubes. La última colonia”.

El Goya a la mejor película europea fue a parar a “Intocable”, producción francesa dirigida por Olivier Nakache y Eric Toledano y que fue presentada como la película con más espectadores de la historia en lengua no inglesa.

“Intocable” es una comedia que se centra en la relación que establecen Philippe (François Cluzet), un aristócrata que se ha quedado tetrapléjico tras sufrir un accidente, y su cuidador, Driss (Omar Sy), un joven africano, negro, inmigrante, recién salido de prisión y criado en las barriadas marginales de París.

Entre ellos se irá forjando una disparatada y divertida amistad, una conexión entre dos mundos enfrentados que se convertirá en un canto a la superación de límites y barreras, a la igualdad y a la esencia que nos une y nos acerca a los seres humanos.

“Intocable” es una película optimista y que se basa en la risa y en la comedia para contar cosas básicas pero fundamentales, que fue vista por 18 millones de personas sólo en Francia y por algunas decenas de millones de espectadores más en todo el mundo.

No acabaron aquí las alegrías. “Aquel no era yo” se llevó el premio al mejor cortometraje de ficción. Una historia que está dedicada a visibilizar la trágica realidad de los niños y niñas soldado. Un cortometraje escrito y dirigido por Esteban Crespo que se fija, además, en las graves secuelas que quedan en la vida de estos chavales obligados a ir a la guerra.

Más de 250.000 menores de 18 años son utilizados en conflictos armados. En “Aquel no era yo” se habla de ellos, a partir del encuentro entre una cooperante española, Paula (Alejandra Lorente), y un niño soldado africano, Kaney (Juan Tojaka).

Varias organizaciones no gubernamentales colaboraron en este proyecto, como Save the Children, Amnistía Internacional, Entreculturas, Alboan o la Fundación El Compromiso.

“Ser un soldado no es difícil: o te acostumbras o te matan. Lo más duro es conseguir vivir con tus recuerdos y volver a ser tú mismo después de haber hecho las cosas que has hecho”. Palabras de un ex niño soldado en el conflicto de Sierra Leona.

Visita la web del proyecto: http://aquelnoerayo.com/  

Hasta ahí las premiadas. Pero la propia nominación es ya un triunfo para muchas películas y profesionales, un reconocimiento que sirve de impulso y que refuerza el impacto social de las obras seleccionadas.

En “Refugiados en el Cine” nos queremos acordar de dos películas que se quedaron sin Goya, pero que estuvieron presentes en la ceremonia entre las nominadas.

“Evelyn” estaba nominada a la mejor dirección novel por el gran trabajo realizado por la cineasta Isabel de Ocampo. Nos habla de un tema prioritario en el trabajo de Accem: la trata de seres humanos.

Evelyn (Cindy Díaz), la protagonista, es una chica peruana que deja su pueblo natal para emigrar a España, creyendo que trabajará con su prima en un restaurante. Un sueño que se trunca cuando es engañada, secuestrada y convertida en esclava sexual, víctima de las redes de trata de seres humanos con fines de explotación.

Evelyn deberá saltar desde su mirada ingenua a un mundo sórdido marcado por la degradación moral. Evelyn tendrá que adaptar su cabeza, sus esquemas, al mundo de violencia y esclavitud en el que tiene que vivir. Y sentirá el miedo y la angustia de ser una víctima de trata.

Conoce más sobre la película: http://www.evelynlapelicula.com/

Por último nos detenemos en “Infancia clandestina”, nominada a la mejor película iberoamericana. Esta producción argentina está dirigida por Benjamín Ávila y protagonizada por Natalia Oreiro y Ernesto Alterio.

Basada en la propia experiencia del cineasta en su niñez, “Infancia clandestina” nos habla de una familia que regresa a Argentina después de años de vivir fuera del país como refugiados. Se marcharon escapando del régimen militar por su militancia política de izquierdas. Ahora han regresado a Argentina, pero la dictadura militar ahí sigue.

Juan, el hijo de la familia, de 12 años, tratará de llevar una vida lo más normal posible. Pero no es fácil cuando de entrada le dicen que ya no se llamará Juan, sino Ernesto. Cuando hay que inventarse cumpleaños, ver a escondidas a la abuela y saberse amenazados por un peligro muy real.

El chico intentará hacer su vida, abriendo los ojos al mundo, con el importante apoyo de su tío Beto (Ernesto Alterio), siendo testigo de la perseverancia de sus padres en el compromiso, la actitud combativa y la militancia clandestina.

Una película que habla de refugiados que regresan al país del que tuvieron que escapar sin que las circunstancias que forzaron su huida hayan cambiado como para que el regreso sea seguro.

Y hasta aquí nuestro repaso de los Goya 2013. Nos alegramos de que siga vivo el impulso de tantas personas y creadores por utilizar su talento y su trabajo para contar historias que iluminen rincones oscuros, que abran ventanas sobre realidades olvidadas, den voz a gargantas silenciadas y, finalmente, se propongan y hagan del cine una herramienta más para cambiar el mundo. Felicidades.

Comparte: