Mujeres con ilusión

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Tercer premio - Mujeres con ilusión

Por Raquel Zaragoza Durá

No hay cielo más hermoso que el que tiene nubes, ni persona más feliz que la que tiene ilusión.

Vieja, triste y sola. Pasé más de dos años sin más presencia que las ausencias. Sin más consuelo que los recuerdos edulcorados de mi infancia…

Cuando era niña tenía pocos juguetes, algunas amigas y mucha imaginación. Para mí la amistad siempre ha sido una necesidad vital. Sin embargo, nunca me preocupó la soledad. Incluso a menudo la buscaba, para refugiarme en ella. Me permitía fantasear, “estar en las nubes”, soñar despierta.

Pero de eso hace ya mucho tiempo. Ahora que los años cada vez pasan más rápido y las noches se hacen eternas. Cuando todo mi mundo se desmorona, me niego a sentirme sola. El tiempo que me quede de existencia, quiero pasarlo “VIVA”.

Sobre la mesilla de noche he puesto una foto en blanco y negro. Es una niña de largas trenzas rubias y ojos azules que transmiten ilusión, pero también exigen que no la decepcione; me había prometido que cuando fuera mayor sería cuentista, y se me olvidó.

Para cumplir mis sueños infantiles, me matriculé en un centro de tercera edad, necesitaba recuperar la ilusión, conocer gente…, salir a la calle, aunque solo fuera para sembrar nuevos recuerdos.

Todo empezó el día en el que participé en un certamen de relatos con el lema: “VIVENCIAS”. Lo que me resultó más difícil fue profanar el blanco del papel, luego fui evocando situaciones que creía olvidadas. Y así, poco a poco, los recuerdos fueron vistiendo con palabras los tres folios en los que resumí mis vivencias. Días después, cuando supe que mi historia estaba entre las seleccionadas para publicarse en un libro, la niña que aún conservo dentro de mí daba saltos de alegría.

Desde entonces, una vez a la semana asisto a clase de expresión literaria. Allí, cuando se cierra la puerta, catorce compañeras jugamos con las palabras para dar forma a nuestros sentimientos. Entonces, surge la magia y dejamos de sentirnos solas. Allí, catorce mujeres compartimos nuestras experiencias, sazonadas con un poco de imaginación.

Mujeres que nos vestimos por los pies y sabemos lo que queremos. Mujeres que preferimos un “cuenta conmigo” a un “te amo”. Mujeres que pensamos que mejor que los besos son los abrazos.  Mujeres con ilusión que lo que no podemos hacer…, ¡lo soñamos!

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