Kenia planea cerrar sus campos de refugiados
El Gobierno de Kenia ha anunciado su intención de cerrar los dos principales campos de refugiados en el noreste del país, Dadaab y Kakuma, en los que actualmente residen unos 600.000 refugiados, por motivos de seguridad.
Dadaab, es el campamento de refugiados más grande del mundo y en la actualidad alberga a casi 330.000 personas, la mayoría somalís. El de Kakuma, acoge a 55.000 refugiados, la mayoría sudaneses.
El Gobierno de Nairobi ya había tratado de clausurar los campos de refugiados en el 2013 -tras el ataque a un centro comercial también perpetrado por Al Shabab- y en el 2015 tras el ataque de Garissa, pero terminó echándose atrás por las quejas de la comunidad internacional. Por ello, tras el anuncio del cierre, el Ejecutivo de Kenia ha pedido a la comunidad internacional que acepte la responsabilidad colectiva sobre los refugiados para limitar las consecuencias humanitarias derivadas de su decisión.
El Gobierno ya ha disuelto el departamento de Asuntos de los Refugiados y se tratará de cerrar los campos en el menor tiempo posible. Para ello, se ha dado al Acnur un plazo de 3 meses para reubicar y repatriar a los refugiados. La ONU, por su lado, ha alertado de que la nueva política dejará en la desprotección total a cerca de 600.000 refugiados.
Tres cuartas partes de los refugiados en Kenia proceden de Somalia. Muchos huyeron de la devastadora hambruna que azotó el país entre el 2010 y el 2012, pero también hay muchos que han huido de la violencia del grupo terrorista Al Shabab. Desde el 2011, las tropas de Kenia han luchado contra Al Shabab, responsables de los ataque de Garissa y el centro comercial, en los que murieron 147 y 61 personas, respectivamente. Otra parte importante de refugiados procede de Sudán del Sur, víctimas de la guerra que arrasa el país desde el 2013.