El reto de confinar a personas en situación de calle

Comparte:

“Si cualquiera lleva mal una situación de confinamiento porque somos seres sociales, para las personas sin hogar se complica todo mucho”

Víctor García Carrillo, coordinador del Centro Abierto II Geranios de atención a mujeres sin hogar de Accem en Madrid

Si la atención a las personas en situación de calle habitualmente plantea enormes desafíos, en un estado de confinamiento como el que estamos viviendo el reto es aún mayor. Esta crisis está poniendo a prueba al equipo de Accem que gestiona en Madrid el Centro Abierto II Geranios, donde una treintena de mujeres sin hogar pasa esta cuarentena.

“La situación para las usuarias es bastante difícil. Si ya de por sí son personas extremadamente vulnerables, sin hogar y con consumos activos en muchos casos, con problemas de salud física y mental, cualquier circunstancia de confinamiento supone un problema añadido a sus circunstancias. Ellas suelen ver el centro como su hogar, pero ahora mismo se ha convertido más en una zona de reclusión, por lo que lo viven de otra manera”, explica Víctor García Castaño, coordinador de Geranios.

En esta situación, las usuarias están sufriendo un especial desgaste emocional. Algunas rutinas han cambiado y, por ejemplo, el seguimiento a las personas que tienen patologías de salud mental no se puede hacer de forma presencial, sino que ha de prestarse por teléfono.

“Sólo el hecho de que no puedan salir del centro genera muchas dificultades. Las que tienen consumos activos están haciendo un esfuerzo muy grande por mantenerlo inactivo, con lo que ello provoca. Si cualquiera lleva mal una situación de confinamiento porque somos seres sociales, para ellas se complica todo mucho”, cuenta Víctor.

En el caso de las usuarias que ocupan las plazas habilitadas en pensiones, personal de Accem les acerca a diario su comida para que no salgan, mientras que las personas que aprovechaban las plazas del centro de día están haciendo su confinamiento en otros dispositivos.

Víctor está teniendo que gestionar toda esta situación a distancia, ya que, al tener factores de riesgo ante el coronavirus, no pude estar en el centro con el resto del personal activo de Accem, que se ha convertido en sus “ojos”.

“No poder ver físicamente las dificultades del día a día está siendo un verdadero hándicap, pero tengo la ventaja de que cuento con un equipo muy bueno, en el que tengo plena confianza y que me traslada a la perfección la información de lo que está sucediendo en todo momento”, explica el coordinador de Geranios.

Según Víctor, esta crisis es una oportunidad única para sensibilizar a la sociedad de las dificultades que tienen los colectivos a los que atiende Accem.

“Sería un buen aprendizaje entender que hay cosas que debemos valorar por lo que tenemos, intentar ir a más y hacer ver a la comunidad que, si las circunstancias actuales son difíciles, éstas lo son aún más para estas personas”, afirma Víctor.

Por su parte, en su trabajo diario a distancia, está tratando de trasladar a su equipo un mensaje constante de ánimo. “Intento apoyarles en la medida de lo posible y les pido que intenten estar fuertes y sanos”, explica el coordinador de este centro abierto, que se muestra especialmente orgulloso de disponer de un equipo “muy versátil, que es capaz de adaptarse rápidamente a todas las circunstancias”, un equipo potente que es capaz de seguir adelante contra viento y marea.

Comparte: