La protección de las personas y de los DDHH debe ser el centro del debate y la guía para la acción política en migraciones

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Este 18 de diciembre, con motivo de la conmemoración del Día Internacional de las Personas Migrantes, desde Accem queremos reivindicar que la protección de las personas y de los derechos humanos sea el centro del debate público y guíe la acción política en materia de migraciones.

En este 2024, tenemos que volver a lamentar la muerte de más de 3.000 personas, según los datos de la OIM, intentando alcanzar las costas europeas tanto a través del Mediterráneo como del Atlántico. Desde 2014, la agencia de Naciones Unidas para las migraciones ha documentado alrededor de 36.000 muertos en las fronteras marítimas de la UE. En Accem, nos negamos a naturalizar esta realidad atroz que se vive en las fronteras españolas y europeas por la falta de vías legales, seguras y reales para la migración.

En un contexto europeo cada vez más inquietante, en el que se normalizan iniciativas inconcebibles hace algunos años, como la creación de centros de internamiento para personas migrantes en terceros países externos a la Unión Europea o se abre la puerta al cuestionamiento de elementos de protección esenciales como el principio de no devolución, España debe tomar medidas que se desmarquen de las políticas europeas basadas en la externalización y el control de fronteras. Junto a una veintena de entidades sociales, Accem está reclamando al Gobierno de España que la implementación a nivel estatal del Pacto Europeo de Migración y Asilo se haga colocando en el centro la protección de las personas que migran y la defensa y salvaguarda de los derechos humanos. El Pacto Europeo plantea amenazas muy preocupantes en este sentido y es muy importante que su aplicación en España sea coherente y esté integrada en el desarrollo de las políticas migratorias que se están llevando a cabo en nuestro país. Este compromiso cobra una especial dimensión en los espacios fronterizos, en los que debe garantizarse el acceso a derechos.

Por otra parte, nuestra entidad lleva años alertando sobre el aumento de los discursos de odio en la sociedad contra las personas migrantes. Hemos asistido en los últimos años no sólo a un momento de auge de estos discursos, sino también a algo si cabe más preocupante: su normalización y legitimación social. La normalización de los discursos discriminatorios, xenófobos o abiertamente racistas provoca consecuencias muy graves, abriendo la puerta a que esos discursos se conviertan en acciones discriminatorias, actos violentos y delitos de odio. En la base de estos discursos de odio funciona siempre la misma dinámica de explotar la generalización, el tópico, el estereotipo, para abundar en procesos de estigmatización que dan paso después al señalamiento y la criminalización, apoyándose en la difusión de bulos e información falsa o descontextualizada. A partir de ese caldo de cultivo, las consecuencias son imprevisibles.

Entre los grupos más estigmatizados de la sociedad se encuentra precisamente uno de los más vulnerables: los niños, niñas y adolescentes que migraron solos, sin el acompañamiento, la protección y los cuidados de sus padres o tutores. La infancia migrante no acompañada y en situación de desamparo ha sido puesta en la diana, ha sufrido una sobreexposición pública no justificada, ha sido señalada, deshumanizada y criminalizada sin ningún pudor ni límite por parte de los grupos que viven de la difusión del odio xenófobo y racista. Desde Accem, en este Día Internacional de las Personas Migrantes volvemos a reclamar que los derechos de la infancia sean puestos en el centro al abordar la atención social a estos menores en situación de especial vulnerabilidad y que esto se haga a nivel social, político y mediático.

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