Derecho a Emigrar

En el Día Internacional del Migrante, desde Accem queremos volver a incidir en la necesidad de habilitar desde España y el conjunto de la Unión Europea vías seguras de acceso al territorio.

Vivimos en un mundo en el que cientos de miles de personas se están viendo obligadas a abandonar sus lugares de origen o residencia en busca de seguridad y de mejores oportunidades para vivir.

Muchas de ellas se ven abocadas a ese viaje por causa de la guerra y la violencia, por el enquistamiento y la crudeza de conflictos como los que acontecen en Siria, Somalia, Afganistán o Iraq. Estamos hablando de las personas refugiadas.

Pero a la vez, y muchas veces junto a ellas, son también muchas las personas que se ven forzadas a emigrar. Seres humanos que se ven en la necesidad de buscar mejores horizontes para desarrollar su vida, de escapar de la pobreza y el desempleo masivo, de buscar una salida a situaciones en muchas ocasiones desesperadas y sin expectativas.

En España conocemos bien la realidad del emigrante y del inmigrante, las dos caras de la misma moneda. España ha sido un país de emigrantes y es también, desde hace algunas décadas, un país de inmigrantes.

Nuestros abuelos y abuelas, nuestros hijos e hijas, nosotros y nosotras mismos, nos hemos visto en la necesidad de emigrar. Hemos conocido el desarraigo, la incomprensión, la soledad y en ocasiones el recelo e incluso el rechazo. Por eso es importante tener memoria, para ponernos en el lugar del otro, del que dejó todo en su país en busca de su derecho a una vida digna, aquel para el que todo son dificultades y muy pocos los apoyos.

Es intolerable y es una vergüenza la catástrofe humanitaria que tiene lugar en la cuenca mediterránea, esa frontera natural entre África, Oriente Medio y Europa. Más de 3.500 personas se han dejado la vida sólo en 2015 por tener que realizar ese viaje por mar de forma clandestina, en condiciones deplorables. Europa, y por tanto también España, es responsable de este horror por su blindaje, por la falta de vías de acceso seguras a su territorio, y también por la falta de suficientes medios para el rescate y el socorro en el mar.

Sin embargo, en lugar de habilitar esas vías, desde el conjunto de la UE, y por tanto también desde España, se insiste en cerrar el paso al migrante, en levantar muros y vallas, en externalizar la gestión de sus fronteras para que sea aún más difícil llegar. Es inútil. Cambiarán las rutas y volverán a cambiar, pero no se frenará un éxodo que se explica esencialmente en las salvajes desigualdades económicas y sociales que presiden el mundo. El viaje se hará más peligroso, aumentará la desesperación y el dolor, seguiremos espantados por el número de víctimas, pero no se impedirá el deseo, el sueño y la legítima decisión de emigrar para lograr una vida mejor.

Por el derecho a una vida digna. Por el derecho a emigrar.

De la solidaridad a la defensa

Desde Accem estamos preocupados por el cambio que se está produciendo respecto a la visión y percepción de las personas refugiadas que, sin otra salida que la de huir de sus países, tratan de llegar a un lugar seguro como Europa.

Nos preocupa, y mucho, que estemos pasando del discurso de la solidaridad al de la “defensa”. Las personas que necesitan refugio siguen sin poder acceder a Europa mediante vías legales y seguras y las que necesitan ser reubicadas siguen sin ser trasladadas a los países que las pueden acoger. Y mientras tanto, se comienzan a producir declaraciones poco prudentes e irresponsables que predisponen al rechazo, a la falta de humanidad. No podemos dejar que estas opiniones calen en nuestras sociedades y alimenten falsos rumores que hagan crecer los miedos que derivan en xenofobia. Son discursos peligrosos que no podemos tolerar.

Tampoco podemos permitir que la solución a la emergencia humanitaria que vivimos pase por soluciones que consistan en cerrar o externalizar fronteras impidiendo aún más el acceso a Europa y generando más sufrimiento y dolor al tiempo que se alimenta a las mafias que juegan con la desesperación de las personas.

Fomentar la “Europa fortaleza” aleja a la Unión Europea de sus propios principios de solidaridad, diversidad y tolerancia para buscar soluciones que no lo son pero que permiten mirar hacia otro lado cuando los derechos humanos son vulnerados.

Carta abierta dirigida al Ministro del Interior

Estimado Sr,

Escribimos para trasmitir nuestra desolación.

Estamos desolados porque hace semanas que venimos advirtiendo que el tratamiento diferenciado que se está haciendo provocaría que hubiera refugiados de primera y de segunda. Y es lo que ha pasado.

Las personas refugiadas que están aquí en nuestro país esperando a solicitar asilo son tratadas como de segunda. No hay foto ni video de su tragedia que despierte la atención mediática y social y fuercen a atenderlos. Pero merecen y tienen derecho al mismo tratamiento que los que son objeto de dicha atención.

Incluso aquellos que tienen ese tratamiento mediático, como son los que están en la frontera de Serbia, no son atendidos con la premura que la dramática situación que están viviendo requiere.

Estamos muy preocupados por la tardanza en acoger a los mencionados reubicados, pero hemos de decir que también nos preocupa en extremo que la necesidad de acogida de estas personas haga que la que se ha de proporcionar a las que están en España esperando, en unas condiciones de extrema vulnerabilidad, se posponga “sine die”.

La necesidad de ampliar y agilizar el sistema de asilo para las personas que ya están en España es inaplazable. Y que todas las personas tengan las mismas oportunidades para acceder a él también.

Reclamamos una mayor sensibilidad a la hora de dar respuesta a las personas que no pueden acceder al sistema de acogida de asilo por no poder presentar una solicitud (en lugares como Madrid se tarda un mínimo de 4 meses en obtener una cita).

Consideramos que nuestro país tiene la obligación y la responsabilidad de dar un tratamiento igualitario a todas las personas ante los mismos derechos. Y esto incluye atender de manera rápida y adecuada a las personas que ya están en nuestro país, pendientes de ser atendidas por el sistema de asilo.

Es muy desalentador para los que trabajamos en este ámbito, pero sobre todo para las personas que están esperando obtener protección, el hecho de constatar que la lentitud en los trámites que permiten acceder a la protección no es una cuestión de “poder” sino de “querer”.

Que se agilicen los trámites de asilo para todas las personas por igual es lo justo, lo demás es injusticia sobre injusticia.

Atentamente, en Madrid a 18 de septiembre de 2015

Descargar la carta en pdf >>

Acto simbólico en Madrid para pedir una acogida adecuada y digna a los refugiados

Accem, junto a Amnistía Internacional, Cear, Red Acoge y Save the Children, realizarán este lunes 14 de septiembre a las 12:00 h. un acto simbólico frente al Ministerio del Interior como recordatorio para que cumpla con su compromiso con la acogida a las personas refugiadas y para que lo haga de la manera adecuada.

Este acto coincide con la reunión que este mismo lunes van a mantener los ministros del Interior y de Justicia de los estados miembros de la Unión Europea en Bruselas. Se ha convocado bajo el lema “¡Europa cumple!” y contará con una representación simbólica de las largas esperas que deben soportar las personas refugiadas para tener acceso a una vida digna.

Se leerá asimismo un comunicado que reproducimos a continuación:


 

LAS PERSONAS REFUGIADAS NO PUEDEN ESPERAR: ¡EUROPA, CUMPLE!

En un contexto global de desplazamiento forzado sin precedentes que ha obligado a más de 60 millones de personas a huir de sus hogares como consecuencia de los conflictos, la persecución y las violaciones de derechos humanos la Unión Europea debe reaccionar y dar respuesta a la situación de las personas refugiadas que llegan a nuestras fronteras.

En lo que llevamos de año cerca de 2.800 personas han perdido la vida tratando de alcanzar la protección y seguridad en Europa. Muchas de las que lo consiguen no ven garantizada una adecuada protección en los países de acogida.

Las imágenes de Grecia y los Balcanes ponen de manifiesto la situación de abandono y desesperación en la que se encuentran las personas migrantes y refugiadas que ven violados en las fronteras de la Unión Europea los derechos que les asisten en virtud de los instrumentos internacionales y regionales de derechos humanos. Las personas refugiadas tienen derecho a solicitar asilo y la UE tiene la obligación jurídica y moral de concederlo.

Desde AMNISTÍA INTERNACIONAL,CEAR, RED ACOGE, SAVE THE CHILDREN y ACCEM denunciamos la tardía respuesta de la Unión Europea ante la situación de emergencia que estamos viviendo. Los dirigentes europeos deben asumir sus responsabilidades y actuar en consecuencia de manera urgente.

El pasado día 9 de septiembre la Comisión Europea planteó al Parlamento nuevas propuestas para la gestión de los flujos migratorios, que incluyen el traslado de 120.000 solicitantes de asilo que se encuentran en Italia, Grecia y Hungría que se suman a los 40.000 planteados en la propuesta de mayo, mecanismo permanente de reparto y una lista de países seguros.

Algunos países como España han mostrado su voluntad de asumir la propuesta de la Comisión. Las organizaciones firmantes valoramos positivamente el anuncio hecho por el Presidente de Gobierno comprometiéndose a acoger a 14.931 personas y a “colaborar con la UE para ayudar a los refugiados de una manera solidaria, ordenada, y global”. España debe jugar un papel activo en la reunión de hoy y cumplir con su firme compromiso de acogida y promover medidas concretas para garantizar que dicha acogida sea adecuada y digna. Esperamos que el resto de los Estados miembro de la Unión Europea también den muestra de su solidaridad y den un paso adelante en el compromiso con las personas refugiadas

Por todo ello, exigimos que el acuerdo que se adopte en la reunión de hoy recoja las siguientes medidas:

1-Garantizar los medios y recursos oportunos con el alcance necesario para evitar la pérdida de vidas en el Mediterráneo manteniendo una capacidad de búsqueda y salvamento en las principales rutas de migración a la UE que se adecue a las tendencias previsibles de desplazamientos.

2-Habilitar vías legales y seguras para obtener protección evitando de esta forma que las personas refugiadas se vean obligadas a acudir a rutas peligrosas poniendo en riesgo sus vidas.

3-Asegurar una acogida digna y una adecuada protección en todos los Estados de la UE dotando a los mismos de los recursos oportunos y garantizando el cumplimiento de los estándares en la recepción y en la tramitación de las solicitudes para hacer el Sistema Europeo Común de Asilo una realidad.

4- Garantizar el respeto de los derechos humanos y del derecho de asilo en las fronteras exteriores de la UE poniendo fin a las devoluciones ilegales y las violaciones de derechos humanos, incluidos los malos tratos y el uso excesivo o innecesario de la fuerza.

5-Abstenerse de desarrollar una lista de “Países de Origen Seguros” y revisar la legislación europea que limita la libertad de circulación de los solicitantes de asilo que consiguen ser admitidos en la UE.

6. Aliviar la inmensa presión sobre los países con fronteras exteriores, mediante un programa de reubicación de emergencia.

Puntos a tener en cuenta ante esta situación de emergencia

Ante toda esta situación que estamos viviendo, desde Accem queremos exponer lo siguiente:

– Hasta el momento actual, tanto la Unión Europea como los Estados miembros de la Unión han ofrecido una tardía y lenta respuesta a la situación de emergencia humanitaria que estamos viviendo. Ahora que comienzan a tomarse decisiones es necesario que se haga con agilidad, eficacia y rapidez pues la lentitud y la torpeza tienen serios costes en vidas humanas y sufrimiento añadido. Todas las decisiones y medidas tomadas deben acompañarse de una suficiente dotación económica.

– Valoramos positivamente, al tiempo, los pasos que se están empezando a tomar en nuestro país encaminados a colaborar en la acogida a las personas refugiadas y esperamos que se tomen las medidas concretas para que esta acogida se haga en condiciones adecuadas y dignas. Queremos recordar que dar una atención y una acogida dignas a estas personas es una responsabilidad para España en virtud de los distintos compromisos internacionales adoptados.

– Accem, junto al resto de organizaciones especializadas en asilo, llevamos décadas trabajando con las personas refugiadas, hemos gestionado antes otras situaciones de emergencia, como las que se derivaron de la guerra en la extinta Yugoslavia. Desde esa experiencia hemos empezado a trabajar ya en esta crisis y estamos seguros de que es posible dar una respuesta adecuada al desafío que se presenta, siempre que se trabaje de forma coordinada, planificada y con los recursos necesarios.

– Estimamos que es necesario establecer una política europea común de asilo y migración que dé prioridad a los derechos humanos y se adapte a la realidad de los nuevos tiempos y retos que vivimos, una política que sitúe a las personas por encima de todo.

– Necesitamos que los Estados europeos asuman solidaria y equitativamente la parte de responsabilidad que les corresponda para afrontar de forma urgente la llegada de personas refugiadas a territorio europeo, repartiendo la acogida, garantizando la asistencia y asegurando la protección de las personas. Esa acogida debe realizarse de forma coordinada entre todos los actores involucrados.

– Queremos felicitar al conjunto de la ciudadanía de la que formamos parte por la respuesta social que se está dando ante esta situación de crisis, una respuesta ejemplar de solidaridad con las personas que llegan hasta territorio europeo huyendo de la guerra y la violencia.

– Deben garantizarse los medios y recursos oportunos con el alcance necesario para evitar que se sigan perdiendo vidas en el Mediterráneo, manteniendo asimismo una capacidad de búsqueda y salvamento en las principales rutas existentes que se adecúe a las previsibles tendencias de desplazamiento.

– Es fundamental articular vías de acceso a la Unión Europea legales y seguras. Luchar contra las mafias implica luchar contra los cauces ilegales de entrada. Sólo habilitando vías de acceso legales y seguras se luchará de manera efectiva contra ellas al tiempo que se protegerá la vida y la dignidad de las personas.

– Debe garantizarse el respeto de los derechos humanos y el derecho de asilo en las fronteras exteriores de la UE, terminando con las devoluciones ilegales y las violaciones de los derechos humanos, incluidos los malos tratos y el uso excesivo o innecesario de la fuerza.

– Desde el conjunto de la comunidad internacional hemos de apoyar de manera decidida a los países que más refugiados acogen y que generalmente son los más cercanos al conflicto. El reasentamiento debe ser una herramienta útil y efectiva en la gestión del flujo de personas refugiadas. Debe ser una opción real y no únicamente un compromiso que no llega a cumplirse o que lo hace en la mayoría de las ocasiones de forma meramente testimonial.

– Es necesario ir al origen en la solución de las crisis de refugiados. Únicamente desaparecerá el problema cuando se ataje desde la raíz. Siria lleva ya más de cuatro años de sangrienta guerra. Ahí están los casos de Afganistán, Iraq o Somalia como conflictos atascados, como guerras sin fin. Pero es también el caso de otras crisis más invisibilizadas pero que también provocan mucho sufrimiento, como las que acontecen en Sudán y Sudán del Sur, República Centroafricana, Malí, Nigeria, República Democrática del Congo, Birmania, etc.

– Es fundamental que se diseñe una política de cooperación con los países de origen y tránsito de los flujos migratorios. Una política de cooperación que debe diseñarse desde una situación de igualdad. Los acuerdos con terceros países no pueden ser realizados en base a impedir únicamente que las personas salgan de sus países por la vía policial y de control de fronteras. Tampoco la cooperación debe ser un mecanismo de negocio para extraer la riqueza de los países. Debe articularse una cooperación sincera y real que permita el desarrollo de los países empobrecidos de forma que disminuya realmente la necesidad de emigrar. En todo caso, las políticas de cooperación deben supeditarse a los progresos realizados en materia de protección de los derechos humanos, en la mejora de los índices de desarrollo humano y en los avances en la construcción democrática y en la gestión de los recursos públicos.

Asimismo, desde Accem lanzamos unas recomendaciones concretas para empezar a trabajar:

Se requieren dispositivos de salvamento y rescate en el mar. La actuación de la UE en el Mediterráneo debe tener fines humanitarios, la protección hacia las personas comienza por evitar su muerte. Se debe poner en marcha un dispositivo de salvamento, lo que no constituye un efecto llamada sino un deber humanitario.

– Deben establecerse corredores humanitarios en los países en conflicto para poder acceder a la población civil, víctima de la guerra y la violencia.

– En los países de transito y origen de las personas refugiadas, se debe facilitar que se pueda solicitar protección internacional en embajadas y consulados. Deben asimismo establecerse visados humanitarios y eliminarse los visados de tránsito.

– Deben incrementarse sensiblemente las plazas de acogida del actual sistema.

– Ha de aplicarse lo previsto en la Directiva Europea de Protección Temporal, una herramienta legislativa que podría ser de mucha utilidad, y activar los mecanismos ya contemplados para afrontar emergencias humanitarias

– Deben eliminarse las prácticas de rechazo en frontera contrarias a la legislación española, europea e internacional, así como al respeto de los derechos humanos, como son el uso de la fuerza y las llamadas devoluciones en caliente.

– Deben ponerse en funcionamiento planes de sensibilización que conciencien a la sociedad de la situación, que generen empatía en la ciudadanía hacia las personas refugiadas y eviten la generación de actitudes xenófobas, discriminatorias y racistas.

– Ha de liberarse una dotación económica que permita mantener el sistema de acogida de forma que se proporcione a las personas la adecuada atención humanitaria, psicológica, social y jurídica.

– Deben de ponerse a disposición de este desafío los ecursos y servicios necesarios para las personas acogidas en Comunidades Autónomas y municipios, en materia de sanidad, educación, servicios sociales, etc.

– Ha de protegerse de forma especial a las mujeres y niñas refugiadas, ya que están expuestas y sufren aún más abusos y violaciones de derechos humanos, así como corren el peligro de convertirse en víctimas de fenómenos como la trata de seres humanos.

– Debe terminarse con las restricciones a la libertad de circulación para los solicitantes de protección internacional que realizan su petición en Ceuta y Melilla. Se hace necesario garantizar el acceso a la Península de los solicitantes de protección internacional que hayan sido admitidos a trámite en estas dos ciudades autónomas.

Pasos pequeños e insuficientes ante el reto urgente de la acogida a los refugiados

En lo últimos meses hemos estado viendo cómo se planteaba el “reparto” de la acogida a las personas refugiadas entre los Estados miembros de la UE. Una circunstancia que hemos seguido muy de cerca y en la que hemos tratado de intervenir para facilitar una respuesta a la altura que requiere la situación actual. Por ello queremos compartir la visión que sobre este tema, que tanto nos afecta, tenemos desde Accem.

Para situarnos, debemos empezar por recordar que, según los datos de ACNUR, en lo que llevamos de 2015 han llegado por la vía del Mar Mediterráneo hasta 137.000 personas a las costas europeas, de las cuales 68.000 han llegado a Grecia, 67.500 a Italia, 1.230 a España y 90 a Malta.

A finales del mes de junio, los jefes de Estado y de Gobierno de los países miembros de la UE acordaron redistribuir en dos años a 40.000 demandantes de asilo de entre las personas que ya han alcanzado las costas de Grecia e Italia.

La Comisión Europea había puesto cifras concretas país por país en virtud de criterios económicos y demográficos. Según la propuesta de la Comisión Europea, España debía acoger a 4.288 personas.

Accem, CEAR y Cruz Roja, las tres organizaciones que realizamos en España junto al Ministerio de Empleo y Seguridad Social el trabajo de acogida e integración social de las personas refugiadas, transmitimos nuestra disposición para aceptar la propuesta de la Comisión Europea y responder adecuadamente desde nuestros conocimientos y experiencia en la materia.

Finalmente, el Gobierno de España ha aceptado acoger a 1.300 personas de las llegadas ya a territorio UE. A escala europea, el compromiso final alcanza la acogida a 32.256 personas.

En otro orden, España sí se compromete a acoger a otras 1.449 personas a través de la fórmula del reasentamiento, es decir, procedentes de los campos de refugiados situados en los países limítrofes a las zonas de conflicto de las que han tenido que escapar estas personas. El conjunto de la UE se compromete a reasentar a 22.504 personas.

Con respecto a todo esto, desde Accem hacemos las siguientes consideraciones:

Aun siendo un avance llegar a un acuerdo para la redistribución de las personas refugiadas llegadas hasta Grecia e Italia, lamentamos que no se haya cumplido el objetivo de alcanzar las 40.000 personas reubicadas en el conjunto de la UE.

Del mismo modo, lamentamos que España, con una población de 46 millones de personas, quede muy lejos de las 4.288 personas acogidas que había pedido la Comisión Europea, con el compromiso de acoger únicamente a 1.300 personas.

España cuenta con la experiencia y la capacidad para poder haber afrontado un reto de mayor envergadura, contribuyendo más intensamente al reparto europeo y dando un mayor ejemplo de responsabilidad para con las personas refugiadas y los Estados europeos más afectados.

Saludamos como una buena noticia la decisión de acoger a 1.449 personas en nuestro país a través de la fórmula del reasentamiento, una herramienta que siempre hemos defendido desde nuestra entidad como una salida segura para las personas refugiadas y como una forma de compartir la responsabilidad de la acogida con los países vecinos a los escenarios de guerra, que son aquellos que siempre soportan el mayor peso del esfuerzo.

Sin embargo, y pese a suponer un avance, no deja de parecernos una cifra escasa habida cuenta que únicamente la guerra en Siria ha provocado la existencia de cuatro millones de refugiados, y que un país como Turquía está acogiendo actualmente a 1,8 millones de personas.

También creemos necesario expresar nuestra preocupación por dos aspectos: por una parte por la manera como se concretará la acogida a las personas reasentadas, pues en el pasado hemos asistido a continuas dilaciones en la ejecución de programas de reasentamiento en los que se manejaban cifras mucho más bajas.

Por otra, reiteramos que para culminar con éxito el proceso de acogida e integración social de las personas refugiadas que lleguen a nuestro país, tanto las reubicadas desde Italia o Grecia como las reasentadas desde terceros países, es necesario dotar adecuadamente con medios económicos y materiales a los programas de acogida.

Asimismo, y de manera general, no podemos evitar preguntamos si desde la UE y desde nuestro propio país se considera que realmente se está actuando y se están tomando decisiones a la altura de las circunstancias y de la magnitud de la situación de emergencia humanitaria a la que nos estamos enfrentando, en el momento de la historia con mayor número de personas refugiadas en el mundo desde el final de la Segunda Guerra Mundial y con decenas de miles de personas intentando llegar desesperadamente a Europa, muchas veces aun a riesgo de perder la vida en viajes llenos de peligro ante la ausencia de formas legales y seguras de poder hacerlo.

Por nuestra parte, no tenemos duda: aceptamos el reto. Estar a la altura de las necedidades de las personas refugiadas, que se ven obligadas a dejar todo para ponerse a salvo, es nuestra razón de ser. Lo hacemos además con la tranquilidad y la confianza de contar con una amplia experiencia y con un equipo humano que siempre ha sido capaz de demostrar su profesionalidad y su implicación con las personas con las que trabajamos. Y porque esa labor tiene un sentido: ayudar a mitigar el dolor y la injusticia y ayudar a las personas que lo necesitan a remontar el vuelo y a que su vida pueda ser un poco mejor.

DMR 2015 – Sólo terminando con los conflictos armados y las enormes desigualdades acabará el éxodo de refugiados y refugiadas

El 20 de junio se conmemora el Día Mundial del Refugiado y tristemente se mantiene en toda su vigencia con cifras que superan el número de personas refugiadas que provocó la II Guerra Mundial. Según los datos de ACNUR al menos 56 millones de personas se han visto obligadas a dejar su hogar en busca de un lugar seguro a causa de la guerra, la violencia o la persecución.

Sobresalen como conflictos generadores de refugiados los que desde hace años se viven en Siria (casi cuatro millones de refugiados) o Iraq. También están los conflictos olvidados, aquellos que apenas ocupan espacio en las pantallas de televisión como son los que tienen a África como escenario. Decenas de miles de personas forzadas a abandonar sus hogares en países como Sudán del Sur, R.D. Congo, Nigeria, Mali, Eritrea, República Centroafricana o Burundi (1).

Todos estos conflictos y las personas que huyen llegan a nosotros por el mar Mediterráneo, poniendo una vez más su vida en juego en su intento de alcanzar territorio UE a través de un viaje lleno de peligros que sólo en su último tramo a través del mar ha podido provocar la muerte de 1.900 personas en lo que va de 2015 (2). Un viaje que con idénticas consecuencias dramáticas se repite en otras zonas del mundo como el Golfo de Bengala en el sudeste asiático, el Golfo de Adén frente a la Península Arábiga o en todo el territorio mexicano hacia los EE.UU.

En las últimas semanas se debate en Europa un posible reparto por cuotas entre los distintos Estados miembros para dar acogida a 40.000 personas. No parece demasiado acoger a 40.000 personas que huyen de la guerra y la desigualdad en un continente poblado por más de 500 millones de personas. Tampoco suena descabellado acoger a 4.300 personas en dos años para un país con 47 millones de personas como es España.

Para Accem se trata de una respuesta necesaria y obligada a una situación de absoluta emergencia humanitaria.

España cuenta con los conocimientos, la experiencia acreditada y una red de organizaciones especializadas para dar respuesta a este reto. Cuenta con un amplio territorio para repartir el esfuerzo de la acogida y cuenta con una sociedad solidaria, generosa y comprometida. Pero es fundamental dotar a este proyecto de los fondos y recursos necesarios para proporcionar unas condiciones dignas de acogida orientada a la integración social de estas personas.

Por supuesto, la acogida debe ir acompañada de otras actuaciones inaplazables como la implicación decidida de la comunidad internacional (¿?) y de Naciones Unidas (¿?) en la resolución de los conflictos que están provocando la muerte y el sufrimiento de cientos de miles de personas.

Y es necesaria una cooperación transparente, honesta, leal, sincera y de igual a igual con los países más empobrecidos del planeta, desprovista de imposiciones guiadas por una visión colonialista o mercantilista. Sólo trabajando de forma activa y decidida por la eliminación de las enormes desigualdades sociales y económicas y la resolución de los conflictos bélicos y políticos se posibilitará que las personas puedan elegir quedarse en su país y no se vean obligadas a abandonarlo.

Posicionamiento de Accem ante las decisiones de la UE tras los naufragios

Tras la reunión de jefes de Estado y de Gobierno de la UE de ayer se ha vuelto a constatar la falta de voluntad de Europa para acabar con esta tragedia sin fin. Se aplazan las decisiones importantes hasta mayo y las que se toman distan mucho de formar parte de una política migratoria y de asilo a largo plazo y sostenible. Se vuelve a hacer prevalecer la defensa de las fronteras frente a los derechos de las personas y la solidaridad. Las dos importantes reuniones que se suponía tenían como objetivo concretar y aterrizar las propuestas en materia de inmigración y asilo nos han resultado muy decepcionantes [1].

Por eso pedimos a los lideres europeos que no repitamos los errores, los estados miembros deben mantener una operación de salvamento y rescate que impida que el Mediterráneo continúe siendo el escenario de muerte en el que se ha convertido. Esta actuación que ha de hacerse de forma inmediata y a corto plazo, el buen tiempo hará que estas situaciones se repitan, debe ser completada con otras a largo plazo de modo que se adopte un plan de acción coherente y con visos de ser eficaz y real. Por ello creemos que se deben reconsiderar algunos puntos.

  • La política migratoria y de asilo europea ha de basarse en vías de acceso legales y seguras y no ser únicamente una política de control de las fronteras. En la base de esa política ha de estar el escrupuloso respeto de los derechos humanos y fundamentales, de la legislación y del deber de salvamento. Esta política también ha de incluir líneas de lucha contra las redes de tráfico y trata de personas pero no sólo a corto plazo sino a medio y largo plazo. Luchar contra las mafias no es sólo eliminar barcos, con la operación militar que eso supone, pues ello no impedirá que busquen nuevas vías y métodos para burlar los controles fronterizos probablemente más peligrosos y costosos para las victimas.
  • Las operaciones Tritón y Poseidón no son ni suficientes ni idóneas. Pese al incremento presupuestario de Tritón, que es bienvenido por ser similar al de la operación Mare Nostrum, no tienen las características ni los objetivos de las operaciones de salvamento y rescate.
  • El reasentamiento de 5.000 personas refugiadas es claramente insuficiente. Europa debe ser más generosa y solidaria tanto con las y los refugiados como entre países miembros repartiendo la acogida. Las cuotas además deben ser definidas claramente. El que no se hayan definido y que la adhesión por parte de los estados miembros sea de carácter voluntario marca claramente la falta de compromiso y solidaridad. No podemos olvidar que nos encontramos en un momento histórico clave en el que se ha superado el número de personas refugiadas de la II Guerra Mundial.
  • El compromiso de devolución rápida de las personas que se consideren inmigrantes nos preocupa especialmente. Necesitamos conocer los procesos que aseguren que las personas serán tratadas con todas las garantías jurídicas, los tiempos, a qué países serán enviados y las premisas en las que serán basadas las devoluciones.
  • La mera externalización de fronteras no contribuirá a mitigar el drama humano que supone el tener que huir o salir de tu país. Mas bien al contrario ya que las personas quedarán atrapadas en países en los que no se respetan los derechos humanos y fundamentales y no tienen sistemas de protección adecuados. La cooperación no tiene nada que ver con esto. Además, no se están teniendo en cuenta las consecuencias sociales que pueden producirse en esos países, como son el incremento del racismo, la xenofobia o la discriminación.
  • Es fundamental el definir e implementar políticas que favorezcan la cooperación pero basadas en la colaboración al mismo nivel y para ello se ha de contar con la visión, la opinión y los ritmos de las poblaciones locales. El codesarrollo necesita que países emisores y receptores de migrantes estén al mismo nivel.

Lo que está sucediendo se puede y debe evitar y tiene unos responsables directos. Necesitamos compromisos políticos firmes y valientes. No podemos esperar más.

No es el momento de mirar hacia otro lado.

#UnaVidaesUnaVida

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[1]

Plan de acción de 10 puntos presentado por el Consejo conjunto de Ministros de Asuntos Exteriores e Interior del 20 de abril de 2015. >>

Declaración de la reunión extraordinaria del Consejo Europeo del 23 de abril de 2015. >>

Debemos recordar #UnaVidaesUnaVida

Las palabras no bastan para expresar lo que está pasando. La fosa común en la que se está convirtiendo el Mediterráneo se agranda ante nuestra impasividad. No vamos a decir nada nuevo porque estas muertes son iguales que las que llevamos viendo desde hace demasiado tiempo pero por eso mismo sentimos que debemos volver a decirlo:

  • Debemos volver a recordar que las personas muertas, así como las rescatadas, son inmigrantes pero también son refugiadas.
  • Debemos volver a recordar que las mafias matan, pero que mientras refugiados e inmigrantes no tengan vías de acceso legales y seguras a Europa no sólo seguirán ahí, sino que se harán más fuertes y peligrosas.
  • Debemos volver a recordar que los países desarrollados tenemos una responsabilidad sobre nuestras actuaciones en los países de origen.
  • Debemos volver a recordar que las operaciones de salvamento no constituyen un efecto llamada, constituyen un deber humanitario.
  • Debemos volver a recordar que inmigrantes y refugiados son, ante todo, personas.

Y por eso, no debemos olvidar que una vida es una vida sea de dónde sea.

Pincha aquí para descargar el comunicado en pdf. >>

Accem

Stop Muertes en la Frontera Sur

Al menos 300 personas han muerto en los últimos días en el Mediterráneo cuando trataban de alcanzar las costas de Europa a bordo de cuatro embarcaciones, según ha informado ACNUR y según el relato de algunos de los supervivientes a la enésima tragedia en la frontera sur del continente europeo.

Las cifras son escalofriantes. Más de 3.000 personas muertas durante 2014. El Mediterráneo convertido en un enorme cementerio ante la impasibilidad de la Unión Europea.

En estos días escucharemos de nuevo la habitual letanía de lamentos y asistiremos a la representación grave de la preocupación ante lo sucedido por parte de todo representante político de la UE.

Una actitud cuanto menos hipócrita cuando los gobiernos de la Unión Europea han sido incapaces de relevar a Italia en la finalizada Operación Mare Nostrum que permitió el salvamento de más de 150.000 personas el pasado año.

En su lugar, la UE respondió con la puesta en marcha en el pasado otoño de la Operación Tritón, que no tiene como fin socorrer a las personas sino únicamente controlar las fronteras.

La Operación Mare Nostrum y sus 9,3 millones de euros mensuales de gastos eran asumidos únicamente por Italia. La Operación Tritón tiene un presupuesto mensual de 2,9 millones de euros, menos de la tercera parte.

Es por esto que el discurso de la Europa comunitaria aparece al menos como indiferente e hipócrita ante la tragedia que no cesa en su frontera sur.

Europa es una fortaleza. Su blindaje a cal y canto fuerza a decenas de miles de personas que tratan de escapar de la guerra, la violencia, la pobreza y el hambre a emprender desesperados viajes en los que arriesgan la vida y en los que en muchas ocasiones la pierden.

Como esta vez, con 300 personas fallecidas; como hace apenas diez días, con 9 personas muertas y 12 desaparecidas cuando intentaban llegar a España desde la playa de Boukana (Marruecos); como los veinte desaparecidos en una barca rescatada por un patrullero de Malta en los últimos días de enero; como los cinco desaparecidos en los primeros días del año, al naufragar la patera en la que habían emprendido viaje desde Argelia en dirección al litoral español.

Como la próxima vez, cuya cuenta atrás ya ha empezado.