"Diamantes negros": sueños de fútbol y cazatalentos sin escrúpulos

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La semana pasada se estrenaba en el Festival de Cine de Málaga la película “Diamantes negros”, dirigida por Miguel Alcantud y dedicada a un tema muy poco conocido en España: el oscuro reverso que se esconde tras las prácticas de muchos clubes de fútbol y ojeadores europeos que visitan África en busca de nuevos talentos que descubrir para el negocio del fútbol profesional.

Todos los niños africanos quieren ser Eto’o, Drogba o Kanouté, pero eso no sucede todos los días. Se estima que hay alrededor de 20.000 menores africanos vagando por las calles europeas tras haber sido abandonados después de ver truncado su sueño de convertirse en una estrella del fútbol en el Viejo Continente.

Miguel Alcantud fue cooperante en Malí, donde está rodada parte de la película. Tomó contacto con esta realidad a través de la ONG francesa Foot Solidaire, que sitúa en 7.000 el número de africanos que llegaron a Francia como futbolistas y acabaron buscándose la vida en la calle.

En “Diamantes negros”, Amadou y Moussa son dos chavales de 15 años que son captados por un cazatalentos europeo en su país, Malí. Tras ser separados de sus familias y llegar a España, entrarán en contacto con un mundo de representantes, dinero e intereses que tiene muy poco que ver con lo que ellos habían imaginado. Su aventura europea ha empezado, pero no tiene buena pinta.

“Diamantes negros” cuenta con Guillermo Toledo y Carlos Bardem en su reparto, en el papel de ojeadores. Los papeles protagonistas son para dos actores no profesionales, Setigui Diallo y Hamidou Samake, ambos de Malí.

El director de la película, Miguel Alcantud, eligió la ficción para narrar esta historia, pues consideró que de este modo podría dar “mayor visibilidad al drama”. En el Festival de Málaga, la cinta acaba de conseguir el Premio del Público.

Alcantud contactó con Ronny Van der Meij, abogado especialista en derecho deportivo que estima en 20.000 los menores africanos que vinieron a África con el sueño del fútbol y acabaron malviviendo en sus calles. El cineasta viajó a París y conoció a menores abandonados tras sufrir una lesión o no superar algunas pruebas.

El viaje de estos chavales comienza en países como Senegal, Costa de Marfil, Camerún o Malí. Un muchacho es seducido por algún presunto cazatalentos europeo que le convence de sus posibilidades de triunfar en el fútbol en Europa, una oferta demasiado tentadora para dejarla pasar. Ni más ni menos que el sueño de cualquier niño, no en África, sino en el mundo entero.

Pero ese viaje no es gratis y la familia debe poner su parte para sufragarlo. El resultado es una inversión que obliga a la familia a vender muchas veces sus propiedades y a hipotecarse de por vida. Todo por esa esperanza de que el chico se vaya a Europa y triunfe en los templos del Olimpo del fútbol.

Después llega la realidad a poner orden. En ocasiones se trata directamente de una estafa, de un engaño, y el niño es abandonado sin más trámites después de haber pagado.

En otras, deambulará probando de equipo en equipo por si hay suerte y en alguno se queda. Pero por cada chico que llegará a ganarse la vida como futbolista, muchos, casi todos, se habrán quedado en el camino y acabarán, finalmente, engrosando las bolsas de la pobreza y la exclusión social, sin puertas a las que llamar y sin poder regresar a casa por vergüenza y miedo al estigma del “fracaso”.

Desde 2008, la FIFA (Fédération Internationale de Football Association) prohíbe a los clubes que fichen a menores fuera de Europa, a sabiendas de la existencia de esta realidad. Sin embargo, esta práctica existe y encuentra formas de burlar los controles. Formas como cursar becas de estudios ficticias, contratos de trabajo como jardineros o empleados de bar, o mediante pasaportes falsificados.

La ONG Culture Foot Solidaire ha denunciado esta realidad ante el Parlamento Europeo, con el apoyo del ex futbolista camerunés Jean Claude Mbvoumnin.

Pese a lo desconocido del tema en España, en varios países europeos ya existen programas específicos para facilitar el acceso a la educación de estos jóvenes, así como para apoyar su proceso de inserción social.

El propio Samuel Eto’o estuvo siete meses viviendo prácticamente en la calle en Francia, antes de que se le comenzaran a abrir puertas. No le sucedió lo mismo a Dungai Fusini, que puso nombre a esta realidad en Italia. Con 14 años, procedente de Costa de Marfil, el chaval vivía en un sótano; no iba al colegio ni aprendía el idioma; por la tarde entrenaba. Un día huyó. Fue encontrado un mes más tarde viviendo bajo un puente.

«Diamantes negros», de Miguel Alcantud, dirige la cámara a este ángulo de la realidad, que permanecía en las sombras. Sótanos del fútbol. Negocio de agentes sin escrúpulos que no ven chavales sino sólo «diamantes negros» que poder pulir y explotar. Traficantes de sueños y vendedores de humo. Jóvenes en busca de un espejismo que acabarán, casi siempre, chocando de bruces con la realidad.

FICHA TÉCNICA

Dirección: Miguel Alcantud

 

Interpretación: Setigui Diallo, Hamidou Samake, Guillermo Toledo, Carlo D’Ursi, Carlos Bardem

 

Guión: Miguel Alcantud

 

Producción: Potenza Producciones y Fado Filmes

 

Nacionalidad: España y Portugal

 

Año: 2013

Duración: 110 min.

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