Puntos a tener en cuenta ante esta situación de emergencia

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Ante toda esta situación que estamos viviendo, desde Accem queremos exponer lo siguiente:

– Hasta el momento actual, tanto la Unión Europea como los Estados miembros de la Unión han ofrecido una tardía y lenta respuesta a la situación de emergencia humanitaria que estamos viviendo. Ahora que comienzan a tomarse decisiones es necesario que se haga con agilidad, eficacia y rapidez pues la lentitud y la torpeza tienen serios costes en vidas humanas y sufrimiento añadido. Todas las decisiones y medidas tomadas deben acompañarse de una suficiente dotación económica.

– Valoramos positivamente, al tiempo, los pasos que se están empezando a tomar en nuestro país encaminados a colaborar en la acogida a las personas refugiadas y esperamos que se tomen las medidas concretas para que esta acogida se haga en condiciones adecuadas y dignas. Queremos recordar que dar una atención y una acogida dignas a estas personas es una responsabilidad para España en virtud de los distintos compromisos internacionales adoptados.

– Accem, junto al resto de organizaciones especializadas en asilo, llevamos décadas trabajando con las personas refugiadas, hemos gestionado antes otras situaciones de emergencia, como las que se derivaron de la guerra en la extinta Yugoslavia. Desde esa experiencia hemos empezado a trabajar ya en esta crisis y estamos seguros de que es posible dar una respuesta adecuada al desafío que se presenta, siempre que se trabaje de forma coordinada, planificada y con los recursos necesarios.

– Estimamos que es necesario establecer una política europea común de asilo y migración que dé prioridad a los derechos humanos y se adapte a la realidad de los nuevos tiempos y retos que vivimos, una política que sitúe a las personas por encima de todo.

– Necesitamos que los Estados europeos asuman solidaria y equitativamente la parte de responsabilidad que les corresponda para afrontar de forma urgente la llegada de personas refugiadas a territorio europeo, repartiendo la acogida, garantizando la asistencia y asegurando la protección de las personas. Esa acogida debe realizarse de forma coordinada entre todos los actores involucrados.

– Queremos felicitar al conjunto de la ciudadanía de la que formamos parte por la respuesta social que se está dando ante esta situación de crisis, una respuesta ejemplar de solidaridad con las personas que llegan hasta territorio europeo huyendo de la guerra y la violencia.

– Deben garantizarse los medios y recursos oportunos con el alcance necesario para evitar que se sigan perdiendo vidas en el Mediterráneo, manteniendo asimismo una capacidad de búsqueda y salvamento en las principales rutas existentes que se adecúe a las previsibles tendencias de desplazamiento.

– Es fundamental articular vías de acceso a la Unión Europea legales y seguras. Luchar contra las mafias implica luchar contra los cauces ilegales de entrada. Sólo habilitando vías de acceso legales y seguras se luchará de manera efectiva contra ellas al tiempo que se protegerá la vida y la dignidad de las personas.

– Debe garantizarse el respeto de los derechos humanos y el derecho de asilo en las fronteras exteriores de la UE, terminando con las devoluciones ilegales y las violaciones de los derechos humanos, incluidos los malos tratos y el uso excesivo o innecesario de la fuerza.

– Desde el conjunto de la comunidad internacional hemos de apoyar de manera decidida a los países que más refugiados acogen y que generalmente son los más cercanos al conflicto. El reasentamiento debe ser una herramienta útil y efectiva en la gestión del flujo de personas refugiadas. Debe ser una opción real y no únicamente un compromiso que no llega a cumplirse o que lo hace en la mayoría de las ocasiones de forma meramente testimonial.

– Es necesario ir al origen en la solución de las crisis de refugiados. Únicamente desaparecerá el problema cuando se ataje desde la raíz. Siria lleva ya más de cuatro años de sangrienta guerra. Ahí están los casos de Afganistán, Iraq o Somalia como conflictos atascados, como guerras sin fin. Pero es también el caso de otras crisis más invisibilizadas pero que también provocan mucho sufrimiento, como las que acontecen en Sudán y Sudán del Sur, República Centroafricana, Malí, Nigeria, República Democrática del Congo, Birmania, etc.

– Es fundamental que se diseñe una política de cooperación con los países de origen y tránsito de los flujos migratorios. Una política de cooperación que debe diseñarse desde una situación de igualdad. Los acuerdos con terceros países no pueden ser realizados en base a impedir únicamente que las personas salgan de sus países por la vía policial y de control de fronteras. Tampoco la cooperación debe ser un mecanismo de negocio para extraer la riqueza de los países. Debe articularse una cooperación sincera y real que permita el desarrollo de los países empobrecidos de forma que disminuya realmente la necesidad de emigrar. En todo caso, las políticas de cooperación deben supeditarse a los progresos realizados en materia de protección de los derechos humanos, en la mejora de los índices de desarrollo humano y en los avances en la construcción democrática y en la gestión de los recursos públicos.

Asimismo, desde Accem lanzamos unas recomendaciones concretas para empezar a trabajar:

Se requieren dispositivos de salvamento y rescate en el mar. La actuación de la UE en el Mediterráneo debe tener fines humanitarios, la protección hacia las personas comienza por evitar su muerte. Se debe poner en marcha un dispositivo de salvamento, lo que no constituye un efecto llamada sino un deber humanitario.

– Deben establecerse corredores humanitarios en los países en conflicto para poder acceder a la población civil, víctima de la guerra y la violencia.

– En los países de transito y origen de las personas refugiadas, se debe facilitar que se pueda solicitar protección internacional en embajadas y consulados. Deben asimismo establecerse visados humanitarios y eliminarse los visados de tránsito.

– Deben incrementarse sensiblemente las plazas de acogida del actual sistema.

– Ha de aplicarse lo previsto en la Directiva Europea de Protección Temporal, una herramienta legislativa que podría ser de mucha utilidad, y activar los mecanismos ya contemplados para afrontar emergencias humanitarias

– Deben eliminarse las prácticas de rechazo en frontera contrarias a la legislación española, europea e internacional, así como al respeto de los derechos humanos, como son el uso de la fuerza y las llamadas devoluciones en caliente.

– Deben ponerse en funcionamiento planes de sensibilización que conciencien a la sociedad de la situación, que generen empatía en la ciudadanía hacia las personas refugiadas y eviten la generación de actitudes xenófobas, discriminatorias y racistas.

– Ha de liberarse una dotación económica que permita mantener el sistema de acogida de forma que se proporcione a las personas la adecuada atención humanitaria, psicológica, social y jurídica.

– Deben de ponerse a disposición de este desafío los ecursos y servicios necesarios para las personas acogidas en Comunidades Autónomas y municipios, en materia de sanidad, educación, servicios sociales, etc.

– Ha de protegerse de forma especial a las mujeres y niñas refugiadas, ya que están expuestas y sufren aún más abusos y violaciones de derechos humanos, así como corren el peligro de convertirse en víctimas de fenómenos como la trata de seres humanos.

– Debe terminarse con las restricciones a la libertad de circulación para los solicitantes de protección internacional que realizan su petición en Ceuta y Melilla. Se hace necesario garantizar el acceso a la Península de los solicitantes de protección internacional que hayan sido admitidos a trámite en estas dos ciudades autónomas.

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